Entrevista

Ekaizer: "Si ser rey fuera por oposición, Juan Carlos no habría aprobado"

El periodista acaba de publicar el libro «El rey al desnudo», una crónica sobre los últimos y polémicos escándalos de Juan Carlos I

'El rey al desnudo': crónica de un fraude (real)

Ernesto Ekaizer, para entrevista

Ernesto Ekaizer, para entrevista / Aniol Resclosa

Albert Soler

Albert Soler

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Nacido el 1949 en Buenos Aires, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en España, donde ha trabajado en multitud de medios y ha publicado varios libros. El último acaba de salir y está dedicado a Juan Carlos I, con el título de «El rey al desnudo» y el clarificador subtítulo «Historia de un fraude». La enfermedad, felizmente superada, le sienta bien, a Ekaizer: se lo ve con ganas de guerra, de no guardarse nada. O tal vez, como dice él, sea el efecto de los corticoides. Por si estos fallan, pide un té, que también es excitante.

Eso de que la fiscalía quiere archivar las causas contra el rey emérito acaba de saberse, lástima que no ha podido incluirlo en el libro.

El paripé ha terminado como era previsible. Los fiscales exoneran a Juan Carlos I. Conclusión: en nuestro Código Penal, para cometer un hurto hay que sustraer algo con un valor de 400 euros. En cambio, para cometer un delito fiscal, 120.000 euros en un único periodo impositivo y todavía se puede regularizar. Y si aun así se descubre, pues se negocia para que pagando, quede en nada (Messi, Ronaldo…). Si eres Borbón, ni eso. La fiscalía te lo afina...

¿Ha recibido amenazas o, como mínimo, «avisos», telefónicos, por escribir un libro como este?

No, ninguno, lo único que me ha sorprendido es que en La Coruña, donde normalmente las presentaciones las hago en un salón enorme vinculado a las cajas, para este libro nos dijeron que mejor en otro lugar.

Y a la hora de documentarse, ¿le pusieron palos en las ruedas?

Lo escribí durante la convalecencia de la Covid, que fue larga y todavía tuve que reingresar cuatro veces. La investigación la había hecho antes. Probablemente sin el estímulo de los corticoides, que tienen efecto eufórico no habría podido escribirlo (ríe).

Vaya, que lo escribió dopado como Jack Kerouac «En la carretera».

Exactamente. En palabras de mi médico, el corticoide es como un bombero: apaga el incendio, pero destroza la casa. Y es muy cierto, yo tengo la casa destrozada.

Hace poco leía que todo un gobierno socialista daba dinero a la Casa del Rey, en metálico para no dejar rastro.

He leído la noticia igual que usted, pero no tengo fundamentos para pensar que es así. Tampoco puedo decirle nada de la noticia que ha salido en algunos medios sobre un documento de 2007 que no tiene firma, de un trust, según el cual Corinna pensaba darle a Juan Carlos un porcentaje de una sociedad saudí. A mí, Corinna me dijo que esto era falso. Y debo decir que la creo, que es un montaje.

¿Ha hablado mucho con Corinna? 

Muchas veces. A usted le gustaría.

Seguro que sí. ¿Y a usted?

Je, je, lo digo porque es una persona que no rehúye la conversación y que no tiene pelos en la lengua.

Ah, pensaba que se refería a físicamente.

Físicamente es guapa, eso está claro. Pero sobre todo es una mujer muy estructurada: sabe lo que quiere y sus palabras tienen siempre un contenido.

¿Se fía de Corinna? 

Creo que buena parte de las cosas que dice, son ciertas. Lo he comprobado. Por ejemplo, toda la historia de las cuentas en Suiza, que sacó ella a la luz en 2015. Es más: si no hubiera sido por ella misma, ella no estaría imputada. Habló en una cinta de las cuentas en Suiza, del abogado del rey Juan Carlos, de su gestor... A raíz de esto, el fiscal se incautó de la documentación de las dos fundaciones, una de Juan Carlos, Lucum, y la otra, Zagatka, formalmente de su primo Álvaro de Orleans, pero de la cual Juan Carlos es el tercer beneficiario, y el cuarto, Felipe de Borbón, y quinta y sexta las dos infantas. Por lo tanto, lo que dijo Corinna, va a misa.

¿La relación entre Corinna y el rey era solo económica o había amor? ¿O era sexo?

Era un 'coup de foudre'. Y después, está claro, las afinidades económicas ahí están. Ella es consejera de Lukoil, la multinacional petrolera rusa y le presenta al multimillonario mexicano Allen Sanginés-Krause, responsable de Lukoil en el banco Goldman Sachs , y se hicieron muy amigos. A final de 2008 Lukoil hace una oferta para quedarse Repsol, y Juan Carlos lleva a cabo todo un lobby nunca visto, a cara descubierta, frente al gobierno de Zapatero, para que apoyen el control de Repsol por parte de los rusos. Es impresionante la tabarra que le llega a dar el rey a Zapatero. Provoca una minicrisis en el gobierno, puesto que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, se planta y dice «esto es Europa, Lukoil no puede entrar». Y no entra. Pero Juan Carlos hizo lobby a favor de la empresa de la que su amante era asesora y de la que su amigo mexicano era responsable en Goldman Sachs. Y de hecho, es el primer dirigente de Europa que recibe a Medvedev, presidente ruso.

¿Tiene motivos Corinna para temer por su vida, como ha dicho?

Ha demandado a Juan Carlos por difamación y por acoso ante la High Court de Londres, por ser seguida ilegalmente por los servicios españoles de inteligencia, lo cual allí es un delito penal. Juan Carlos tendrá que responder y ya ha contratado al bufete Clifford Chance, la minuta será astronómica. Es kafkiano, cada vez debe poner más dinero: para regularizar las cuentas, para pagar este carísimo bufete... de donde saca el dinero? Dice que se lo prestan. O sea, cada vez se hunde más.

Visto como está el patio, ¿a quien le dejaría antes dinero para que se lo guardara: a Corinna o a Juan Carlos?

A ninguno de los dos.

¿El fraude es el rey o la monarquía en general?

Yo he escrito un libro sobre el rey, no sobre la monarquía. Lo único que hago es investigar el origen de 100 millones de dólares, siguiendo su itinerario. Claro, siguiendo el itinerario te encuentras muchas cosas. A mi parecer, Juan Carlos no ha hecho honor a su puesto de jefe de estado. En este sentido, es un fraude.

¿La monarquía sobrevivirá a todo eso?

Creo que sí, pero con dificultades. Porque Juan Carlos realizó una abdicación de emergencia a raíz del caso Noos, en 2014. Y yo me pregunto: ¿Ni él ni Álvaro de Orleans le dijeron nada a Felipe de las dos fundaciones en Suiza, de una de las cuales es beneficiario el mismo Felipe? Felipe VI dijo que no sabía nada, y en 2019, después de una reunión con su padre, va a un notario y renuncia al dinero que pueda haber en las fundaciones. Y después, durante un año no explica nada, hasta justamente el día siguiente de decretarse el estado de alarma por la Covid, cuando nos dice que le ha quitado a Juan Carlos la asignación. Más que coronavirus, parecía corinnavirus. Ah, y renuncia a la herencia, que renunciar a la herencia de alguien que no ha muerto, podrá tener valor simbólico, pero no tiene ningún valor jurídico. En cuanto a Juan Carlos, hace más de un año que está en Abu Dabi. Ya veremos como acaba. Marcharse es muy fácil, volver es más difícil.

¿No cree por lo tanto que Felipe lo ignorara?

No, no lo creo. Es elemental que, si alguien te tiene que suceder como rey, le expliques que le has colocado de segundo beneficiario en la fundación Lucum, que ha recibido 100 millones de dólares del rey Abdullha de Arabia Saudí.

Algunos medios dicen que hay un complot contra la monarquía, complot del cual ahora usted debe de formar parte.

Lo que ha habido es un pueblo español que ha asistido con una calma notable a la elevación de Juan Carlos a jefe de estado, por imposición de Francisco Franco. Asistió a ello con sentido común, a pesar de que no se consultara en referéndum. Y ahora asiste a la corrupción que representa Juan Carlos I con mucha naturalidad, no veo ninguna convulsión.

Esto es España, estamos muy acostumbrados a corrupciones.

Mi primer libro en España fue sobre Ruiz Mateos y Rumasa, el segundo, sobre Mario Conde, después escribí sobre De la Rosa -los tres relacionados con el rey-, después sobre Bárcenas y el PP, y ahora este sobre Juan Carlos I. Es una saga.

¿El principal enemigo de la monarquía es la monarquía?

Juan Carlos es una amenaza para la institución monárquica, fomenta el descrédito. Es como Pablo Llarena, la incompetencia del cual va fortaleciendo a Puigdemont y el independentismo.

¿Nos vendieron un rey de cuento?

Nos vendieron un rey totalmente de cuento, con cama redonda de los medios de comunicación con el juancarlismo.

¿Le gustan más el dinero o las mujeres?

Esto tiene que venir junto, si no, no le sirve.

¿Todo se reduce a los cien millones del libro?

Hay mucho más. Un tema interesantísimo es el regalo del sultán de Baréin: 1,95 millones de dólares en billetes, uno sobre otro, en una maleta, en 2010. El rey va a Suiza y le da la pasta a Arturo Fasana, su gestor allá, y éste lo ingresa en un banco.

Tengo que suponer que esta maleta con el dinero no pasa controles de aduana.

Nadie la mira, el rey viaja en su jet de las Fuerzas Aéreas.

Yo nunca he tropezado con nadie que me haga esos regalos. ¿Por qué él sí?

Él ha cortejado siempre a la monarquía alauita, y ha querido vender aquí, en España, que en Arabia Saudí existe un proceso de transición hacia la modernidad. De alguna manera ha sido el propagandista. Si uno ve las relaciones que va tejiendo con los países del Golfo, dice «qué premonición la de este hombre», porque durante muchos años otorga distinciones a altos dirigentes de aquellos países, y mire dónde ha terminado: en Abu Dabhi (ríe).

¿Si para ser rey hicieran falta oposiciones, Juan Carlos las habría aprobado?

No.

¿Cómo quedará para la historia?

Depende de varios factores. Desde enero tiene 83 años, digo yo que tiene que hacer un testamento. ¿Qué dirá? ¿A quien dejará su fortuna?

A mí no me mire.

Él asegura, amargamente, que Felipe no le felicitó cuando cumplió 83 años, veremos cuánto deja al hijo y a las hijas. Eso por un lado. Por el otro, ¿cuándo volverá? ¿Morirá en los Emiratos Árabes? Será difícil que su funeral sea de Estado.

¿Lo considera un exiliado?

Está autodesterrado. Al menos su abuelo Alfonso XIII eligió lugares menos exóticos, Montecarlo y Francia.

¿Es cierto que cobraba un porcentaje por cada barril de petróleo que España le compraba a Arabia?

Se decía que cobraba a través de su amigo Colón de Carvajal. No puedo afirmarlo, es una de tantas historias que corren. Lo que es cierto es que cuando Manuel de la Rosa era representante en España de Kuwait Investment Office (KIO), le giró cien millones de dólares. Qué curioso que sean siempre cien millones de dólares.

Será que por menos de esto, no levanta el culo de la butaca.

Cien millones que fueron a parar a una banca suiza y que ahora han reaparecido. En la investigación de la fiscalía ha aparecido un trust en Jersey con 20 de aquellos cien millones, a nombre de un testaferro -Joaquín Romero Maura- a quien no se puede interrogar porque padece alzheimer.

¿Se ha rodeado siempre de pelotas incapaces de decirle «esto no se hace»?

Había uno que no, uno que le decía que lo que hacía estaba mal: el general Sabino Fernández Campo era capaz de decirle las cosas a la cara. Y al rey no le gustaba que se lo dijera, no quiere que le lleven la contraria. Por eso fue relevado como jefe de la Casa Real.

¿Qué le diría si lo tuviese delante, en mi lugar?

Le diría que es un fraude.

Ande con ojo, que hemos quedado que no le gusta que le digan según qué cosas.

Es un gran relaciones públicas y tiene una extraordinaria capacidad de empatía. Por lo tanto, tiene una capa de teflón y le resbala todo lo que le digan.