No habla de expulsión

Malestar en el PSOE con Carmona: es solo "un militante de base" que "no representa" a la dirección

Granados subraya que el exedil no consultó con la cúpula, y si lo hubiera hecho, le habría pedido que rechazara ser vicepresidente de Iberdrola España

La portavoz recalca que la interlocución "fluida" con las eléctricas la seguirá pilotando el Gobierno, y en ningún caso Carmona

Pedro Sánchez, flanqueado por los candidatos socialistas a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid en 2015, Ángel Gabilondo (i) y Antonio Miguel Carmona (d), en el mitin de cierre de campaña que los socialistas celebraron el 22 de mayo de aquel año en el Parque de Berlín de la capital.

Pedro Sánchez, flanqueado por los candidatos socialistas a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid en 2015, Ángel Gabilondo (i) y Antonio Miguel Carmona (d), en el mitin de cierre de campaña que los socialistas celebraron el 22 de mayo de aquel año en el Parque de Berlín de la capital. / EFE / JUANJO MARTÍN

Juanma Romero

Juanma Romero

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En el PSOE no ha gustado ni un pelo que el exedil en el Ayuntamiento de Madrid Antonio Miguel Carmona, quien fuera el candidato a la alcaldía de la capital en las elecciones de mayo de 2015, haya fichado por Iberdrola. Y nada menos que para ser vicepresidente de la eléctrica en España, en plena guerra del Gobierno con las centrales por la subida sin descanso del precio de la luz. Pero la cúpula también recuerda que es un simple "militante de base" que en ningún modo representa a la dirección actual del partido ni ejercerá de puente con el Ejecutivo en su interlocución con las compañías energéticas.

Eva Granados, portavoz en el Senado y portavoz también del comité organizador del 40º Congreso Federal del PSOE, fue muy taxativa respecto a Carmona cuando los periodistas le preguntaron en reiteradas ocasiones por él. Ya el domingo el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, salió al paso de las críticas durísimas de Unidas Podemos y calificó de "mal mensaje" el que emiten el exconcejal e Iberdrola con el fichaje del primero.

"Carmona, en estos momentos, es un militante de base, que hace tiempo que no representa al PSOE ni a su militancia. Y nunca ha representado a la actual dirección. No nos ha gustado esa decisión, no sabíamos nada. Y si nos hubiera consultado, le habríamos dicho que no. El Gobierno ya tiene interlocución fluida con las eléctricas antes, durante y después de este nombramiento y no pasa por esta persona", se despachó Granados.

Se trataba, sobre todo, de una desautorización política hacia quien es, en efecto, un afiliado raso. Carmona había sido elegido diputado en la Asamblea regional entre junio de 1999 y diciembre de 2002, y entre junio de 2011 y junio de 2015. Concurrió como cabeza de cartel en las municipales de mayo de 2015, y obtuvo un pésimo resultado: tercera fuerza en el consistorio (por detrás de Ahora Madrid, la plataforma de quien luego sería alcaldesa, Manuela Carmena, y el PP), un 15,27% de los votos y nueve concejales. Umbral, bien es verdad, que hundió aún más el siguiente candidato, Pepu Hernández, elegido por Pedro Sánchez. Carmona ejerció de portavoz de su grupo hasta agosto de 2015, cuando fue reemplazado por Puri Causapié. No obstante, continuó como edil todo el mandato, hasta 2019, y luego salió de la política. Se quedó como profesor universitario de Economía y tertuliano en las teles, pero sin ningún cargo institucional ni de partido. Su relación con el presidente del Gobierno nunca fue buena.

Granados añadió que no sabe si los estatutos del PSOE contienen algún mecanismo que obligaría a Carmona a darse de baja como militante. Tampoco respondió a la pregunta de si la dirección prevé abrir algún expediente sancionador o de expulsión. Su decisión la tomó "a título individual", y "ahí se queda". "No tenemos nada en contra de Iberdrola o de Carmona, pero es un militante de base. Él sabrá lo que hace. No es una buena decisión", zanjó la portavoz, para reiterar que la interlocución con las eléctricas la comanda el Gobierno, y no descansará en el exconcejal.

"Él sabrá lo que hace", dice Granados, que evita adelantar si se le echará del partido, algo a lo que le facultarían los estatutos si se considera una falta muy grave

La comisión ejecutiva federal (CEF) del PSOE tendría un asidero para suspender de militancia a Carmona o incluso echarle del partido. El artículo 88 de los estatutos califica de falta grave (que conlleva la suspensión de afiliación y/o inhabilitación para el desempeño de cargo público u orgánico por un periodo de tiempo de más de dos meses y hasta 18 meses) "cualquier actuación" que contradiga los principios del PSOE o su código ético y suponga una "mala conducta cívica o ética" y sea considerada grave por la CEF. Y el 89 estipula como faltas muy graves —que comporta la suspensión de militancia o inhabilitación para el ejercicio de cargo público por más de 18 meses o la expulsión del partido— "cualquier actuación" que considere así la ejecutiva federal.

No se trataría, 'strictu sensu', de un caso de puertas giratoriasPodemos sí lo entiende así—, ya que Carmona no ha ejercido un cargo gubernamental y es contratado ahora por una empresa. Pero el fichaje por Iberdrola sí llega en un momento inoportuno para el PSOE, lo que explica el malestar y la airada reacción interna, que visualizaron a través de Twitter dos miembros de la ejecutiva saliente, Óscar Puente, alcalde de Valladolid, y el diputado en el Congreso Odón Elorza.

Granados fue bastante más prudente cuando se le preguntó por Iván Redondo, protagonista ayer domingo de 'Lo de Évole' en La Sexta. Programa en el que insistió en que fue él quien pidió salir del Gobierno y en el que endosó al PSOE errores como la moción de censura en Murcia o la campaña de las elecciones madrileñas del 4-M, decisiones de las que se desligó. La dirigente socialista aseguró que no pudo ver la entrevista porque viajaba a Madrid desde Barcelona y estaba preparando su desembarco en el Senado, que se producirá finalmente este martes, cuando tome posesión de su escaño. "Hay programas de Évole que interesan. Este no lo vi. Me pilló en el AVE", contestó primero.

La dirigente socialista alega que no vio la entrevista de Redondo, aunque lanza un reproche: las funciones de los jefes de Gabinetes han de regirse por la "discreción"

No obstante, luego sí quiso dejar claro que "las funciones de los jefes de Gabinete son eso, funciones de los jefes de Gabinete, que se deben regir por la discreción". Era un reproche clarísimo al exgurú de Sánchez por airear su relación con el presidente. "Las entrevistas están ahí y cada uno tiene que hacer su valoración, y no le toca al PSOE valorar entrevistas en la televisión", remachó la portavoz.

10.500 enmiendas a la ponencia marco del 40º Congreso

A la salida de la reunión del comité organizador del 40º Congreso, Eva Granados comentó algunos datos del cónclave. Se han registrado, señaló, un total de 10.500 enmiendas a la ponencia marco impulsada por la dirección. Y es que este pasado fin de semana acababa el plazo para que las federaciones regionales elevaran sus propuestas de modificación del texto a Ferraz.

También se han elegido ya los delegados que estarán presentes en el cónclave. Serán 1.082: 530 mujeres y 532 hombres. Una representación paritaria de sexos. El congreso, dijo Granados, se centrará en la "buena política", sin "hablar mal de nadie". El PSOE pretende "dar respuestas", ofrecer medidas mediante la "escucha" y el "diálogo". Que su cita de la próxima semana sea el reverso de la convención del PP que se cerró ayer domingo, también en Valencia.