Debate de política general

Govern y CUP tensan las costuras de sus pactos pero sin romperlas

ERC y Junts salvan los muebles en las cuestiones del 'procés', pero chocan con el aeropuerto

Junts se alía con el PSC sobre el aeródromo y los republicanos les acusan de querer volver a la "sociovergencia"

El diálogo, el aeropuerto, los Juegos de Invierno rompen los dos grandes bloques del Parlament

Puigneró y Aragonès, en el Parlament

Puigneró y Aragonès, en el Parlament / EFE / Quique García

Xabi Barrena
Fidel Masreal
Júlia Regué
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En aquellos Tour de Francia de los 90 donde campaba y campeonaba Miguel Indurain, un ciclista polaco saltó a la fama por su arte en ‘hacer la goma’. Zenon Jaskula tenía la habilidad de ir acercándose o despegándose a voluntad del cabeza de carrera. Cuando uno lo veía lejos, de sopetón, se ponía a rueda. El Govern de ERC y Junts, y su socio preferente, la CUP, rindieron este jueves homenaje a Jaskula ofreciendo una continua unidad líquida, o una desunión con roce, como se prefiera. Y con el PSC y los ‘comuns’ atentos en tensar unas costuras que no amenazaron con saltar, por cuanto en lo muy esencial para el independentismo, el ‘procés’, salvaron los muebles.

Las votaciones de las propuestas de resolución derivadas del debate de política general fueron un galimatías paradójico. La más mediática de las propuestas, la de la CUP que pretendía fijar una fecha para un referéndum fue frenada en seco por los partidos secesionistas mayoritarios. Si por la mañana tanto Oriol Junqueras como Jordi Sànchez habían salido a la palestra para evitar, vía pedagogía, que se viera en el rechazo a la iniciativa anticapitalista como un abandono, por la tarde ERC se abstuvo y Junts votó en contra.

Como el ciclista Jaskula en los 90, ERC, Junts y CUP hicieron la 'goma', despegándose y uniendose evitando siempre descolgarse

En el sentido contrario, los socios de Govern lograron aprobar, gracias a la abstención de la CUP, que solo un referéndum pactado con el Estado puede sustituir el 1-O. Además, los anticapitalistas, quizá contritos por haber ido demasiado lejos exigiendo una fecha (llegó a señalar Eulàlia Reguant el miércoles que esa fecha podía ser simplemente una arma negociadora con el Gobierno de Pedro Sánchez), e incluso proponiéndola para el 2025, vía Carles Riera, votaron a favor del resto de iniciativas sobre el 'procés'. Hicieron la 'goma', pero nada comparado con la que hicieron ERC y Junts.

El aeropuerto como síntoma

De votar ambos en favor del reconocimiento del papel de Carles Puigdemont (en línea con la imagen de unidad que Pere Aragonès quiso trasladar con su viaje relámpago a Cerdeña, tras la detención del 'expresident') a separarse varios kilómetros, merced al PSC y a los 'comuns', en cuanto al aeropuerto y la mesa de negociación.

Sobre la infraestructura, los posconvergentes pactaron el PSC un apoyo al acuerdo del 2 de agosto entre el Ministerio de Transportes y Jordi Puigneró, sin exigir el traspaso de la gestión del aeródromo a la Generalitat. Caballo de batalla de ERC ya desde el Estatut del 2006. Eso le valió a Junts el ataque directo de la presidenta del grupo de ERC, Marta Vilalta, que alertó del retorno de la "sociovergencia" y atacó la "deslealtad de los socios por rehuir de los acuerdos firmados". Todo ello, 48 horas después que Albert Batet (JxCat) exigiera a Aragonès "cultura de coalición".

No queremos que la Generalitat sea una gestoría como quiere el PSC. Hoy se llegan a acuerdos que huyen del consenso entre socios y se retorna a la ‘sociovergència’

— Marta Vilalta. Presidenta grupo ERC

La propuesta de PSC y Junts se aprobó con los votos también de Ciudadanos. En cambio, la del bipartito de Govern, que sí pedía el traspaso de la gestión de El Prat, no. Solo contó con los 64 votos (33 y 31) de los partidos del Executiu.

Sal en la herida

Los 'comuns', por su parte propusieron, y consiguieron, que el Parlament apoyara, gracias a los votos del PSC y de ERC, la mesa de negociación "entre gobiernos y con delegaciones" con 'consellers' y ministros. Es decir, hundió el dedo en la llaga, en una clara trampa para que se visualizase esa costura entre republicanos y posconvergentes bien tensa. ERC no quiso poner árnica y la apoyó y Junts votó en contra.

Y para no perder la costumbre, la actual Mesa del Parlament pudo haberse metido en problemas judiciales por permitir que se votara no solo sobre la autodeterminación, sino sobre la monarquía. Podría ser la tercera Mesa encausada, tras la de Carme Forcadell y la de Roger Torrent. La propuesta aprobada pide la retirada de todas las distinciones honoríficas a Juan Carlos I, de quien Dolors Sabater (CUP) dijo que era un "ladrón y un corrupto". Cs ya anunció que llevaría el orden del día aprobado al Tribunal Constitucional.

Zenon Jaskula, por mucho que pareciera despegarse, siempre llegaba a la meta pegadito a la cabeza de carrera. Y muchas veces por delante.