Ejecutiva republicana

ERC reabre el debate sobre la ley electoral catalana

Propone al resto de partidos del Parlament, excepto a la ultraderecha, crear una ponencia para hallar una solución de consenso

Vilalta al Gobierno: "La 'agenda del reencuentro' no es ningún proyecto político

Urnas, papeletas y equipos de protección, preparados para el 14 F

Urnas, papeletas y equipos de protección, preparados para el 14 F. En la foto, un trabajador traslada unas urnas en los talleres municipales, en Barcelona. /

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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Si hay un asunto guanianesco en la política catalana, que aparece y desaparece de la arena pública desde 1981, es, sin duda, el de la ley electoral catalana. Prevista en el Estatut de 1981, nunca ha llegado a desarrollarse porque los partidos no se han puesto de acuerdo, sobre todo, en la traslación de los votos a escaños. Unos, los partidos ahora no independentistas, prefieren los modelos que igualan el voto sin medir en qué provincia o demarcación se ejercita y, los otros, lo contrario. ERC intenta, ahora, reabrir el debate.

Según ha comunicado la portavoz republicana, Marta Vilalta, la fuerza ha enviado una misiva a todos los partidos con representación en el Parlament, a excepción de la ultraderecha, con el fin de crear una ponencia en la Cámara para discutir y consensuar una ley propia que evite, entre otras consecuencias, tener que acogerse, como en la actualidad, a la normativa que rige para los comicios en todo el Estado.

Vilalta reclamó a todos los partidos que "dejen a un lado la calculadora" y se pongana discutir, también, sobre otros temas "que tienen relación con los derechos fundamentales, como el voto de los jóvenes" [ERC defiende que sea posible a partir de los 16 años] y el de los ciudadanos migrados a Catalunya.

No es casual que la propuesta provenga de ERC, uno de los partidos con mayor asentamiento territorial y que, aunque sus feudos se hallen en el 'rere-país' obtiene buenos resultados, por ejemplo, en el área y región metropolitana. Unas zonas, las más pobladas, donde, en los últimos ciclos electorales, el apoyo a los socios de ERC, Junts, ha ido menguando llegando a ser en algún municipio, puramente residual.

Valga recordar, por ejemplo, que en los comicios al Parlament del 2017, Junts aventajó en 10.000 votos a ERC y eso se tradujo en dos escaños más, mientras que los 35.000 en favor de los republicanos del 14-F de este año apenas supuso un escaño más.

En el mismo sentido, los 50.000 votos de diferencia que obtuvo el PSC sobre Esquerra no sirvieron para marcar ninguna diferencia de escaños entre ellos. Ambos se quedaron con 33.

Ecos de la mesa

Vilalta aun avivó los últimos rescoldos de la mesa de diálogo celebrada la semana pasada. Mandó dos mensajes. El primero, de conciliación, a Junts a los que emplazó a retornar a la mesa que es "entre gobiernos", aun a sabiendas de que el domingo el secretario general de la fuerza posconvergente, Jordi Sànchez, ya habías aseverado que no iba a cambiar su alineación, es decir, que no se iba a incluir solo 'consellers'.

El segundo mensaje fue para el Gobierno del Estado. "El conflicto es de soberanía. Nuestro proyecto es la independencia y aun no sabemos cuál es el del Ejecutivo. Porque la 'agenda del reencuentro' no es un proyecto político", aseveró la republicana.