El Onze de Setembre

El independentismo llena la calle para exigir una hoja de ruta compartida

La líder de la ANC reclama a Aragonès que haga efectiva la desconexión y el presidente de Òmnium presiona a la línea institucional para que concrete sus planes

Última hora de la manifestación, en directo

Júlia Regué

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Del “presidente, ponga las urnas” de Carme Forcadell al “presidente, haga la independencia” de Elisenda Paluzie han transcurrido dos consultas sobre la independencia, una declaración unilateral de independencia fallida, un juicio a la cúpula del ‘procés’ y nueve indultos, sin olvidar la pandemia del coronavirus. Siete años de carril que para el independentismo deben continuar con una estrategia compartida de la que la línea institucional carece en pleno choque sobre el diálogo con el Gobierno. Y, pese al covid-19 y la desorientación soberanista, la multitud volvió a las calles con motivo de la Diada para exigir hechos contundentes que avancen en la desconexión de Catalunya.

'Estelades' al vuelo, 400.000 personas según los organizadores, 108.000 según la Guardia Urbana de Barcelona, recorrieron el centro de Barcelona dispuestos a no dar “ni un paso atrás” y convencidos del “lo volveremos a hacer”. Bajo el lema “Luchemos y ganemos la independencia”, la ANC volvió a los clásicos con una manifestación en movimiento que echó a andar desde la plaza de Urquinaona –símbolo de las protestas contra la sentencia del ‘procés’- y hasta la Avenida del Marquès de l’Argentera, pasando por la Via Laietana.

Con mascarillas y, en muchos tramos, sin posibilidad de mantener la distancia de seguridad, los manifestantes lucieron carteles con lemas como "Queremos la independencia ahora", "Govern, cumplid vuestro compromiso: culminar la independencia" o "La lucha de los 3.300 represaliados no es por el aeropuerto".

El reencuentro

La manifestación comenzó con un abrazo de los tres presidentes que ha tenido la ANC: Carme Forcadell, Jordi Sànchez y Elisenda Paluzie, entre aplausos y gritos de independencia. La euforia contenida de algunos de los presos indultados se desató en una protesta a la que no acudían desde el 2017 debido a su encarcelamiento. La cabecera, formada por los líderes de las entidades soberanistas, arrancó su marcha a las 17.14 horas. Filas atrás se colocaron los miembros del Govern, incluido el ‘president’ Pere Aragonès, y las comitivas de los partidos independentistas.

La manifestación comenzó con un abrazo de los tres presidentes que ha tenido la ANC: Carme Forcadell, Jordi Sànchez y Elisenda Paluzie

Un grupo de unas 30 personas con el nombre de Donec Perficiam intentó frenar el desfile a la altura de la plaza de Sant Jaume con una pancarta en la que se podía leer “Basta de traidores” aunque, tras prender dos bengalas, pactaron con el cordón de seguridad de la ANC facilitar el transcurso de la manifestación. Todo siguió según lo previsto y la multitud llegó a la avenida del Marquès de l’Argentera cuando la cola todavía seguía hasta la plaza de Urquinaona. Los Comitès de Defensa del Referéndum terminaron integrados dentro de la marea y hubo incidentes a la altura de la Jefatura Superior de Policía.

El diálogo sin plan b

La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, exigió al Govern que "deje de mirar permanente el Estado esperando concesiones que no llegarán nunca" y "que vuelva a tener proyecto propio, centrado en la autodeterminación, en terminar lo que empezó el 1-O". Convencida de que la independencia llegará "con la lucha constante y persistente por desgastar al Estado en Catalunya", Paluzie cargó contra el diálogo sin un plan b y animó a los asistentes a prepararse por y para la ruptura.

Paluzie: "Presidente, haga la independencia. Nos tendrá a su lado para lo que haga falta, no lo dude"

También reclamó concreciones el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, que intervino en el escenario tras cuatro años sin hacerlo al estar preso, para dejar claro que sigue determinado a presionar a los políticos para coser una hoja de ruta compartida: "Lo podemos volver a hacer porque luchando por la independencia luchamos por vivir en democracia", espetó.

El líder de la Associació de Municipis per la Independència, Jordi Gaseni, reaccionó con un “un mensaje a España” a la masa reunida: “¡Que se jodan! El pueblo catalán sigue en pie”.