Tras el verano
PSOE y Podemos retomarán la negociación presupuestaria en un clima de alta tensión
Socialistas y morados han chocado en las últimas semanas por el precio de la luz y el envío de menores a Marruecos
Sánchez y Díaz serán los encargados de solventar las discrepancias que surjan en la primera fase del diálogo
Miguel Ángel Rodríguez
Periodista político, especializado en la información parlamentaria del Congreso y el Senado
El parón veraniego suele calmar los ánimos, aunque en el Gobierno parece que su efecto ha sido el contrario. El periodo estival no ha sentado bien a la salud de la coalición que regresará al trabajo la próxima semana con más grietas que con las que se fueron. En este clima de alta tensión, los negociadores de PSOE y Unidas Podemos retomarán la negociación presupuestaria, conscientes de que por delante faltan aún algunos baches por superar. Unas dificultades finales que quedarán en manos de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.
Hace justo un mes, la vicepresidenta segunda y líder de los morados desveló que las conversaciones para configurar las cuentas públicas de 2022 ya habían arrancado. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a las negociaciones. Desde entonces, la relación entre ambos socios de Gobierno se ha deteriorado.
En tan solo unas semanas, socialistas y morados han protagonizado media docena de choques, algunos de ellos bastante intensos. El acuerdo que alcanzó el Gobierno con la Generalitat para ampliar el aeropuerto de El Prat no sentó bien en Unidas Podemos por su impacto ambiental. A este primer roce se suman la continua disputa por las medidas para paliar la incesante subida del precio de la luz -Podemos amenaza con movilizaciones en las calles- y la devolución de menores a Marruecos. Las discrepancias sobre este último asunto han provocado verdaderas tensiones en el seno del Ejecutivo, con intercambio de cartas y acusaciones cruzadas.
Nuevos interlocutores
Con estos focos de tensión aún latentes, el Gobierno al completo regresará al trabajo la próxima semana después de pausar su actividad tras la reunión del Consejo de Ministros del pasado 3 de agosto. Será entonces cuando se reactiven las negociaciones entre socialistas y morados para seguir definiendo los Presupuestos para el próximo año. No obstante, según fuentes conocedoras de las conversaciones, ambos equipos han estado intercambiado documentos a lo largo de las últimas semanas.
A esta primera fase de las negociaciones entre Montero y Álvarez se ha sumado el jefe de Gabinete de Díaz, Josep Vendrell. La líder del espacio de Unidas Podemos ha querido que uno de sus colaboradores más directos esté también presente en todas las reuniones para reportarle los avances. Fuentes cercanas a la vicepresidenta segunda señalan que finalmente será ella quien cierre con el propio Sánchez cualquier escollo que pueda surgir, una prerrogativa que heredó tras la salida de Pablo Iglesias del Gobierno.
Posibles discrepancias
La intención del Ejecutivo es negociar primero entre ellos una cuentas públicas expansivas, en la línea de las del pasado año, que se vean reforzadas con los fondos europeos (el martes llegaron los primeros 9.000 millones de euros) y que resulten atractivas para sus socios en el Congreso. Con Cs autoeliminado de la ecuación para aprobar los Presupuestos, fuentes del Gobierno señalan que Sánchez mira ya hacia los 189 'síes' que permitieron sacar adelante las cuentas de 2021: a los del grupo socialista (120) y de Unidas Podemos (35), se sumaron los de ERC (13), PNV (6), EH Bildu (5), PdeCat (4), Más País (2), Compromís (1), Nueva Canarias (1), PRC (1) y Teruel Existe (1).
No obstante, antes de presentar ningún proyecto a los aliados en el Congreso, los dos socios del Gobierno deberán alcanzar varios acuerdos. Fuentes de Unidas Podemos señalan que acuden a la negociación "sin líneas rojas", pero que exigirán que se vaya cumpliendo el acuerdo de coalición, sobre todo en materia de fiscalidad. Los morados se aferran al acuerdo internacional de establecer un tipo mínimo del 15 % a las grandes sociales para presionar al PSOE hacia una reforma fiscal. Montero, por su parte, no parece estar dispuesta a dar su brazo a torcer.
Este no es el único asunto en el que podría encallar el diálogo. En los Presupuestos, más allá de comprender las partidas monetarias, se pueden incluir medidas de otra índole. Unidas Podemos está dispuesto a intentar introducir iniciativas para paliar los precios de la luz y también de los alquileres, una batalla que llevan meses disputando en el Ejecutivo y que, por el momento, no parece tener solución a la vista.
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