La estrategia del Govern en el conflicto con el Estado

Aragonès busca unidad soberanista para encarar con firmeza el diálogo con Sánchez

Dice que las conversaciones serán "las más difíciles que ha afrontado el Govern"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en la Moncloa al ’president’, Pere Aragonès, el pasado 29 de junio. /

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en la Moncloa al ’president’, Pere Aragonès, el pasado 29 de junio. / / DAVID CASTRO

Fidel Masreal

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Optimista, sacando pecho y tratando de eludir el triunfalismo sobre sus primeras semanas al frente del Govern, el 'president' Pere Aragonès ha aprovechado el balance del curso político para anunciar que se está avanzando discretamente en las conversaciones entre partidos y entidades independentistas en busca de una estrategia conjunta con la que afrontar con firmeza la mesa de diálogo con el Gobierno que se retomará en septiembre tras una parálisis de un año y medio. Una mesa en la que ha insistido en que participará personalmente para trasladar al Ejecutivo español un mensaje ambicioso en favor de la autodeterminación y la amnistía y para aclarar que no aceptará que los posibles avances en autogobierno sean moneda de cambio.

Aragonès, en rueda de prensa, ha asegurado que ha habido ya primeros contactos "de forma discreta" de los que no ha querido dar mas detalles, para lograr encarar de forma unificada la negociación más difícil de los últimos años con el Estado, dado que la alianza ha hecho "fuerte" al independentismo como sucedió, ha citado, en el 1 y el 3 de octubre del 2017.

El 'president' ha eludido en todo momento las polémicas con Junts per Catalunya -que ya ha sugerido que la negociación debería durar menos de los dos años acordados si se constata que no avanza- y los ha dejado en meros comentarios personales, porque el pacto de Govern dice que se dará un margen de dos años antes de hacer una primera evaluación del avance de estas negociaciones.

Aragonès, con todo, está lidiando con una posición escéptica, la de JxCat, y también con la advertencia de la CUP respecto a proyectos como la ampliación del aeropuerto de El Prat y los presupuestos de 2022, en los que los anticapitalistas exigen más concreciones a cambio de su voto favorable. Sobre las cuentas del próximo año, el 'president' no ha deslizado comentario alguno, aunque estas semanas son decisivas en el Govern dado que todas las 'conselleries' plantean sus exigencias al titular de Economia, Jaume Giró, que posteriormente deberá negociar con la CUP como socio preferente en un contexto de crecimiento de las desigualdades y de dificultades económicas por la pandemia.

Pero el 'president' ha exhibido -en tono de autoafirmación- una posición mejor a la de la anterior legislatura, cara a esta negociación con el Gobierno dado que, tras las turbulencias, la Generalitat ha recuperado "la fuerza institucional" para encarar las conversaciones con la Moncloa, que serán "las más difíciles que nunca ha afrontado el Govern".

El eje social

En el eje socio-económico, Aragonès se ha acogido a las últimas cifras del paro y a la inversión extra de 70 millones en la Renta Garantizada de Ciudadanía para asegurar que la recuperación avanza y que el plan de choque social prometido se está aplicando. Con todo, ha asumido que en la Renta Garantizada hará falta otra inyección económica similar, en otoño, y ha asumido, en el marco de la "insuficiente" reunión de la comisión bilateral con el Gobierno de este lunes, que no hay avances para pactar una solución al conflicto con el Ingreso Mínimo Vital aprobado por el Ejecutivo central, ni para desencallar el recurso del Gobierno al Constitucional contra la ley catalana que limita los precios de los alquileres en las ciudades donde han subido más. Por ello, ha pedido al presidente del Gobierno que afronte "con valentía" el asunto de la vivienda "y si no que nos lo deje afrontar a nosotros".