Juicio en la Audiencia Nacional

Los mossos que viajaban con Puigdemont: "Le acompañábamos a que se entregara"

"No nos teníamos que esconder de nada ni de nadie", afirman ante el juez

La Fiscalía pide tres años de prisión para cada uno de ellos por un presunto delito de encubrimiento

Carles Puigdemont, en Waterloo (Bélgica). EFE/ Horst Wagner

Carles Puigdemont, en Waterloo (Bélgica). EFE/ Horst Wagner / Horst Wagner

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Los dos mossos d'esquadra que acompañaban al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont cuando fue detenido en Alemania en 2018 han declarado en el juicio que le recogieron en Estocolmo (Suecia) para acompañarle hasta Bélgica, donde "se iba a entregar", y que pensaron que no estaban cometiendo delito alguno.

En el juicio que ha comenzado este martes en la Audiencia Nacional, los agentes Carlos de Pedro y Xavier Goicoechea están acusados de un delito de encubrimiento por el que la Fiscalía pide para cada uno de ellos una pena de tres años de prisión. Según el ministerio público, ambos actuaron siendo "conscientes" de que había una euroorden contra Puigdemont y su intención era ayudarle a regresar a Bélgica y "evitar su identificación en algún lugar donde pudiera ejecutarse" dicha orden.

Los dos acusados han declarado, a preguntas de su abogado --las únicas que han contestado--, que llegaron a la casa de Waterloo el 19 de marzo de 2018, usando unos días de libranza, no en calidad de mossos. En esos primeros días en Bélgica, según han expuesto, estuvieron "ayudando al día a día de la casa", según De Pedro. "Desde montar muebles, ordenar cosas, limpiar o ir a la compra, poca cosa más", ha remachado su compañero.

Días después, la noche del 23 de marzo de 2018, unas personas de las que no han querido dar el nombre les dijeron que se había puesto en marcha la euroorden de detención contra Puigdemont y que debían viajar en coche hasta Estocolmo, donde se encontraba en ese momento el líder catalán, para llevarlo hasta Bruselas. Estas mismas personas les indicaron que los representantes legales de Puigdemont "se iban a poner de acuerdo con la fiscalía belga para ver dónde presentarse". "No era delito si estaba de acuerdo con los abogados y los abogados estaban de acuerdo con un fiscal. No podía ser delito en absoluto", ha razonado De Pedro.

El relato de la detención

Los mossos han contado que salieron de viaje la misma madrugada del 24 de marzo en dirección a Estocolmo, a donde llegaron ya de noche. Al día siguiente, emprendieron la marcha hacia Bruselas, pasando por Suecia y Dinamarca sin encontrar obstáculo alguno, han apuntado. Nada más cruzar la frontera alemana, un "carrusel de vehículos", en palabras de Goicoechea, les interceptó y condujo hasta una zona de descanso por un control "rutinario" de tráfico.

Goicoechea, ha manifestado, sospechó que no se trataba de tal control porque eran demasiados coches, unos con el logotipo de la Policía alemana y otros sin distintivo alguno, y porque "empezó a salir gente encapuchada con armas largas y cortas". Los agentes germanos solicitaron la documentación a todos los pasajeros y, al identificar a Puigdemont, le comunicaron que quedaba detenido porque había una euroorden en su contra, ha señalado el mosso.

"Al resto nos dicen que nos podemos ir tranquilamente, sin pedirnos en ningún momento que paráramos el vehículo, ni nos inspeccionaron --ni a nosotros ni el equipaje que iba dentro--. Insistimos en si nos podíamos ir y nos dijeron que sí, que no habíamos cometido ningún ilícito", ha narrado Goicoechea.

Un coche conocido

Los mossos han recalcado, a fin de probar que estaban convencidos de que su actuación era correcta, que para este desplazamiento usaron "el vehículo que estaba disponible en la casa en aquel momento, un vehículo conocido por todo el mundo", tanto por fuerzas de seguridad como por la prensa. En este sentido, Goicoechea ha recordado que ese coche fue objeto de una investigación policial en Bélgica porque se detectaron "balizas de seguimiento adscritas a una tarjeta SIM de España".

Han esgrimido asimismo que circularon por vías principales, sobre todo autopistas --"con radares y cámaras", ha apostillado Goicoechea--, siguiendo la ruta "más rápida" que marcaba el GPS desde Estocolmo a Bruselas porque sus instrucciones eran llegar cuanto antes a la capital belga. "Cuando el GPS te lleva por países miembros de Schengen sabes que en un momento dado, si se para o le reconocen, evidentemente pueden detenerlo", ha añadido De Pedro sobre Puigdemont.

Interrogados por su abogado sobre por qué eligieron ese coche y ese itinerario, si sabían que las autoridades podían detectarlos en "cinco minutos", Goicoechea ha respondido tajante: "Es que no nos teníamos que esconder de nada ni de nadie".