30% de participación

La abstención oscurece la estrategía del régimen argelino

A la espera de los resultados definitivos, la mayor participación en las grandes ciudades, próxima al 40%, se registró en Tamarraset

El movimiento de protesta "Hirak" pide el fin del régimen militar que domina en el país desde la independencia de Francia en 1962.

Dos oficiales electorales en un colegio de Argelia

Dos oficiales electorales en un colegio de Argelia / Efe

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las legislativas del sábado marcaron un nuevo récord de abstención en ese tipo de comicios en Argelia, al rondar el 70 por ciento, lo que confirma, según los activistas, la distancia de la ciudadanía con el sistema político local desde el estallido en febrero de 2019 del movimiento de protesta "Hirak", que pide el fin del régimen militar que domina en el país desde la independencia de Francia en 1962.

Según el presidente de la Autoridad Electoral Nacional Independiente (ANIE), Mohamed Charfi, la participación provisional al cierre de los colegios electorales se cifró en un 30,20% en territorio nacional y en menos de 5% en el extranjero, números que arrojan sombras sobre la estrategia del Gobierno, que había planteado la consulta como el "final del Hirak" y el nacimiento de "la nueva Argelia".

A la espera de los resultados definitivos, la mayor participación en las grandes ciudades, próxima al 40%, se registró en Tamarraset, capital del sur, mientras que la menor se produjo en la región septentrional de la Cabilia, de mayoría bereber, donde no superó el 1%.

"En la Cabilia, la mayoría de los colegios electorales no han abierto y los pocos que lo han hecho han sido a escondidas, solo para funcionarios y la administración local", explicó Said Salhi, vicepresidente de la Liga Argelina de Defensa de Derechos Humanos (LADDH).

Tercera consulta desde el Hirak

Esta es la tercera consulta ciudadana que tiene lugar en Argelia desde que en abril de 2019 el entonces presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika -que dirigió el país durante 20 años y gravemente enfermo en los últimos cinco- renunciara presionado por la movilización en la calle y por la cúpula militar que le había sostenido en el poder.

En diciembre de ese año, y tras un proceso que llevó a la cárcel a miles de personas, empresarios, militares, periodistas y políticos próximos al "círculo de poder" de Bouteflika, y activistas del Hirak fueron convocados para elegir un nuevo jefe del Estado

La victoria correspondió al exprimer ministro Abdelmedjid Tebooune, considerado un hombre del aparato, en unas elecciones en la que la abstención superó el 60%.

El pasado 1 de noviembre, Argelia celebró un referéndum sobre la enmienda de la Constitución -presentado igualmente por el Gobierno como la construcción de la nueva Argelia frente a las demandas del Hirak- en el que el índice de abstención fue del 76,4%.

A partir de entonces, el gobierno argelino endureció el discurso de desprestigio del Hirak y la represión policial, que ha acabado con las protestas callejeras y llevado a cientos de personas a la cárcel, la mayoría acusadas de "amenazar la seguridad del Estado".

Dudas sobre la legitimidad

En este ambiente, Tebboune restó el sábado importancia a la participación y aseguró que la legitimidad de los futuros diputados reside en la forma en la que han sido elegidos "por el pueblo".

"Creo que vamos por buen camino, ya que estamos atacados desde el otro lado. Hay quien no está contento con el hecho de que Argelia conceda el poder de decisión a su pueblo", aseguró el mandatario a la prensa tras depositar su voto en Argel.

“Los que quieren boicotear son libres, siempre que no traten de imponer (su decisión) a otros. Soy optimista sea cual sea la tasa de participación", agregó Tebboune, para quien "lo importante son quienes saldrán elegidos de las urnas. Tendrán la legitimidad necesaria porque fueron elegidos por el pueblo para asumir el poder legislativo”.