Casado, entre el pasado y el futuro

El líder del PP tiene difícil reaccionar con contundencia ante la imputación de Cospedal y afianzar la imagen de que, con él, el partido ya ha pasado página a la corrupción 

Si es presidente de los populares, es gracias a que ella movilizó al partido para que Santamaría no ganara las primarias

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casadl / Tarek / PP

Pilar Santos

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Pablo Casado visitó este miércoles la feria de alimentación Madrid Fusión pocos minutos después de que saltara la noticia de que el juez había imputado a María Dolores de Cospedal. El líder del PP, según habían adelantado la víspera sus asesores de prensa, tenía previsto hablar ante los micrófonos. En su agenda, un tema principal: los indultos que prepara Pedro Sánchez para los dirigentes del 1-O. El partido empezó el martes una campaña de recogida de firmas con mesas por toda España y ha decidido hacer de la medida de gracia su eje central de oposición. Sin embargo, con la imputación de Cospedal por su supuesta implicación en el espionaje a Luis Bárcenas, Casado decidió esquivar a la prensa y la reacción oficial llegó por boca del portavoz nacional y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que se escudó en el tradicional “respeto absoluto” a las resoluciones judiciales y el obligado respeto a la presunción de inocencia.

El líder de los populares no tiene fácil hablar con contundencia sobre la posible implicación de Cospedal en el ‘caso Kitchen’. Si llegó a la presidencia del PP en julio de 2018 es gracias a ella. La exministra de Defensa, que también era la número dos del partido entonces, no logró pasar a la segunda vuelta de las primarias para suceder a Mariano Rajoy. El corte lo superaron Casado, que ocupaba el cargo de vicesecretario de Comunicación, y la todopoderosa exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La muy mala relación entre ambas era vox populi. Cospedal no dudó en movilizar a todo el partido para convencer a los compromisarios que el joven diputado, apadrinado por José María Aznar y con posiciones liberales y conservadoras, era la mejor opción para el partido. 

Ni un mes de tregua

En este tiempo, el máximo dirigente de los populares ha tenido un discurso tajante ante la corrupción y ha lanzado varios avisos a navegantes de que no va a dejar “pasar ni una”. Los estatutos de la formación fijan la suspensión de militancia de un dirigente en la apertura del juicio oral, pero Casado podría actuar antes si considerara que hay una infracción “muy grave”.

“Él ya sabía que tenía una herencia pesada y con minas enterradas en forma de sentencias e investigaciones. No es nada nuevo", dice un colaborador de Casado

El líder del PP no ha disfrutado ni un mes seguido del oxígeno que le regaló Isabel Díaz Ayuso con su victoria aplastante en las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid. Ciudadanos reclamó a los populares que dejen de “obstaculizar a la justicia” ante la investigación sobre la trama ‘Kitchen’ y aporten todos los datos “aunque les perjudiquen”. El PSOE y Podemos pidieron al dirigente conservador que dé la cara y aseguraron que la corrupción “es pasado y presente del PP”.

“Él ya sabía que tenía una herencia pesada y con minas enterradas en forma de sentencias e investigaciones. No es nada nuevo. Lo sabía él y lo saben los españoles”, resume un colaborador que trabaja con Casado desde que se presentó a las primarias. En la sede de Génova, subrayan el expediente impoluto de todos los altos cargos del partido desde 2018, cuando cogió las riendas e insisten en la presunción de inocencia de la exsecretaria general. “Hoy es la noticia del día, no lo negamos, pero mañana los indultos a los dirigentes independentistas seguirán ahí”, declara un vicesecretario. “Y eso es lo grave, no el pasado del PP. Casado es el futuro y lo que necesitan los españoles”, añade.

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