Ante el nuevo Govern

La ANC se aferra a la unilateralidad y Òmnium vindica el 'cuixartismo'

Las entidades se conjuran para volver a movilizar las calles, pero difieren sobre el papel que deben jugar en el magma independentista

Jordi Cuixart y Elisenda Paluzie

Jordi Cuixart y Elisenda Paluzie

Júlia Regué

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Después de apremiar a ERC y Junts a formar un nuevo Govern que evitase la repetición electoral, la ANC y Òmnium Cultural, dos entidades aparejadas como la pata civil del independentismo, se conjuran para volver a las calles -ante el temor a que los indultos desmovilicen-, pero marcan perfil propio y dibujan vías dispares para afrontar la nueva realidad política en Catalunya.

La organización que preside Elisenda Paluzie aprobó esta semana con el 96% de los votos de las bases a favor una nueva hoja de ruta aferrada a la unilateralidad, un atajo que prácticamente todo el tablero institucional descarta a corto plazo. La Assemblea apuesta sin fisuras por emprender una "revuelta permanente" en las calles que fuerce al Ejecutivo de Pere Aragonès a impulsar la desconexión de Catalunya del resto del Estado en esta legislatura. ¿Cómo? Enlazando “desobediencias simultáneas y persistentes” en los ámbitos institucional, económico, social y sindical. 

A su juicio, el 1-O sigue siendo válido, por lo que no hay falta de legitimidad, sino falta de estrategia para levantar la Declaración Unilateral de Independencia del 2017. Para que la comunidad internacional se la sienta suya, animan a tejer una red paradiplomática que se apoye en el Consell per la República para desplegarse y proponen recoger firmas para registrar en el Parlament una ILP para alumbrar una ley de independencia. Fuentes de la entidad opinan que no hay recorrido para la negociación en la mesa de diálogo y que el movimiento necesita una nueva meta para que los partidos no den pasos atrás, un temor que crece en la ANC con la previsible concesión de indultos a los presos, algo que ven como un "desarme" del PSOE al independentismo.

En el acto de presentación del posicionamiento, presentado este domingo en Cornellà de Llobregat, Paluzie ha llamado a retomar el pulso en las calles: "No podemos esperar de brazos cruzados, ni blanquear más renuncias y dilaciones de los que compiten por gestionar una autonomía intervenida. Nos toca volver a poner en marcha movimiento popular", ha indicado, y ha criticado que el contexto actual se asemeje a los años del Estatut del 2006.

Lengua y cultura catalana

A diferencia de la ANC, Òmnium Cultural no traza hojas de rutas para enderezar el ‘procés’, pero sí imprime un catálogo de peticiones urgentes al Govern. Entre ellas destaca el blindaje del uso de la lengua catalana, una defensa de las creaciones artísticas en catalán en las escuelas y el impulso a un gran festival de cultura anual. Asimismo, apuestan por promocionar un plan estratégico que aumente la oferta en catalán en el cine y en las grandes plataformas y, de forma mucho más ambiciosa, crear un gran ‘hub’ de producción audiovisual en Catalunya.

En cuanto al soberanismo se refiere, abogan por un “gran acuerdo de la sociedad civil contra la represión y a favor de la amnistía y la autodeterminación” que vaya acompañado de la movilización en las calles. La estrategia y la táctica independentista la dejan en manos del mínimo común denominador que resulte de la dirección colegiada entre partidos y entidades.

Entre el esencialismo y el pragmatismo

Su presidente, Jordi Cuixart, afirmó en el acto de presentación de sus propuestas en La Farga de L'Hospitalet que "no corresponde a Òmnium marcar los tempos de la legislatura", ni contribuir a la disputa "estéril" entre partidos y, parafraseando a Muriel Casals, remachó que la entidad que lidera será "el último puente, cuando ya no queden, y un espacio de encuentro".

En una entrevista el pasado viernes en RAC-1, Cuixart aseveró que no elegirá entre el independentismo más esencialista –aquel que criticó su abrazo al ministro Miquel Iceta- y el más pragmático, llamando a la conjunción de todas las fórmulas posibles en una estrategia compartida que incluya todos los matices en favor de la amnistía y la autodeterminación.

Cuixart defendió que los indultos no solucionan el conflicto catalán, dudó incluso de que su concesión acabe con la salida de los presos de prisión por los recursos anunciados por el PP y Vox, y repitió el mantra del “lo volvería a hacer” aludiendo a la organización del 1-O y la desconvocatoria de la movilización frente a la Conselleria d’Economia el 20 de septiembre del 2017 como actos de desobediencia civil.

Suscríbete para seguir leyendo