Continúa la refriega política

El Gobierno confía en dividir al independentismo con los indultos

  • El Ejecutivo cree que pueden ayudar a "desarmar" al soberanismo, diluyendo el cemento que lo une y ahondando la quiebra ERC-Junts y en la posconvergencia

  • Zapatero, miembros de la cúpula federal y barones como Puig, Armengol o Andreu defienden a Sánchez frente a los críticos, a los que se suma Guerra

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al exjefe del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero, a su llegada a la IV Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, este 28 de mayo en Soria.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al exjefe del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero, a su llegada a la IV Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, este 28 de mayo en Soria. / EUROPA PRESS / CONCHA ORTEGA OROZ

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Juanma Romero
Juanma Romero

Periodista

Especialista en información de Gobierno y PSOE.

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Juan Ruiz Sierra
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El Gobierno se encuentra con una oposición cada vez más cerrada -aunque esperable- a su pretensión de conceder indultos a los líderes del 'procés'. Externa, porque las derechas de PP, Vox y Ciudadanos están rearmando el frente de Colón, e interna, porque van goteando las críticas de dirigentes históricos del partido, que se contraponen a las de barones y mandos que sí respaldan decididamente a Pedro Sánchez. El Ejecutivo mantiene su apuesta: considera necesario "abrir una página diferente en Cataluña, una página que tiene que ver con la convivencia de los españoles", como expresaba desde Sevilla este viernes la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Y, además, está convencido, aunque no lo exprese públicamente, que la medida de gracia ayudará a desarmar al soberanismo, dividiéndolo. Un agrietamiento del bloque separatista podría cambiar un panorama político enquistado durante años.

En las últimas horas, circulaba en los móviles de dirigentes socialistas el tuit que colgó el jueves la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie. "Los indultos, si llegan, no serán un éxito. De hecho, serían una decisión política inteligente del Gobierno español contra el independentismo. No solo porque quedan fuera los exiliados y los 3.000 represaliados, sino porque políticamente nos desarman e internacionalmente son nefastos". El Estado, continuó, "con una cara más cínica, la del PSOE y el 'gesto' de los indultos", o con la "más descarnada" de los jueces y de la derecha, "tiene un mismo objetivo: acabar con el movimiento independentista".

Para la cúpula socialista, el mensaje de Paluzie reflejaba el trasfondo de la arriesgada jugada de Sánchez: su voluntad de "desarmar" al soberanismo. Dejarle, razonan distintos altos cargos del Gobierno, sin el elemento que lo aglutina: el lazo amarillo. Sin presos, "no hay lazo". No hay una causa común.

Además, el 'expresident' Carles Puigdemont quedaría fuera de juego, porque no se le aplicaría la medida de gracia -sí a su rival, Oriol Junqueras-, y si volviera a España no se libraría de ser juzgado. Pero la quiebra no se ahondaría solo entre ERC y Junts, sino en la propia formación posconvergente: dirigentes como Jordi Sànchez -que se beneficiaría del indulto gubernamental- son más sensibles a la decisión del Ejecutivo, mientras el sector más duro se situaría enfrente. "El indulto no es una solución al conflicto político. No se puede mercadear con los sentimientos de las personas, con su dolor y el de sus familias", decía este viernes la presidenta del Parlament, Laura Borràs, fiel puigdemontista. En suma, el perdón a los condenados del 'procés', creen en el Ejecutivo de coalición, podría acelerar la descomposición del universo independentista que ya se apreció a las claras en la tortuosa negociación del Govern, que solo cuajó cuando ya se veían las urnas a la vuelta de la esquina.

"Ojalá lo consigamos"

"Es obvio que al independentismo más radical le perjudica. Así se han manifestado explícitamente", sostiene un ministro

"Parece que Paluzie está entendiendo mejor la jugada que la derecha patria", resumían en la Moncloa la sensación que recorre el Ejecutivo. La pretensión de "dividir" al soberanismo. "Ojalá lo consigamos", añadían. "Es obvio que al independentismo más radical le perjudica. Así se han manifestado explícitamente", abundaba un ministro consultado por este diario. "Reduce el victimismo del que se alimenta el soberanismo", convergía una dirigente de Ferraz: "Pienso en los ciudadanos manipulados durante años que tienen que estar hartos de ensoñaciones fuera de la legalidad y que pueden ver que hay capacidad de rebajar la tensión por parte del Gobierno de España. No vendrá mal que presionen un poquito al suyo".

En público, el Ejecutivo continúa desplegando su argumentación. Sánchez participó -como Pablo Casado- en la IV Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, en Soria, pero allí no hizo más que referencia a la necesaria "estabilidad política". Desde Sevilla, su escudera, Calvo, se mostró convencida de que los españoles valorarán la decisión que adopte el Gabinete "cuando vean que la política española se estabiliza" tras una década de "turbulencias" en Catalunya.

Los indultos, dijo la vicepresidenta, "son instrumentos que tienen todas las democracias del mundo, es la decisión del Poder Ejecutivo de poder utilizar el derecho de gracia". Recordó que la Justicia "ha hecho su trabajo", que el Ejecutivo respeta, pero ahora el trabajo está donde "la Constitución lo coloca", en el Consejo de Ministros. Agregó que lo que busca el Gobierno es que Catalunya se sitúe en una "posición de lealtad institucional" y de resolución de los problemas acumulados y situaciones que "forman parte del pasado" y que corresponden "más bien a los errores que cometió el PP".

Las decisiones, "en los órganos"

Sánchez y Calvo invocan la "estabilidad política". La vicepresidenta recuerda que ahora es el tiempo del Gobierno, no de la Justicia

Al coro limitado de voces críticas escuchadas (o leídas) estos días -las de los presidentes de Castilla-La Mancha y Extremadura, Emiliano García-Page y Guillermo Fernández Vara, o las de Felipe González- se sumó este viernes la del exvicepresidente Alfonso Guerra. Indultar a los líderes del 'procés' es "políticamente indeseable y jurídicamente no es legal", porque si algunos de los condenados -caso de Jordi Cuixart- han dicho que no se arrepienten y que lo harán de nuevo, el Gobierno no les "puede dar" la medida de gracia, ya que no se dan "las condiciones". A los barones y a los dirigentes históricos Calvo les remarcó que las decisiones en su partido se toman "en los órganos" de dirección. Iba en la misma línea que, horas antes, la ministra portavoz, María Jesús Montero, y el titular de Transportes y número tres del PSOE, José Luis Ábalos: la decisión es exclusivamente del Consejo de Ministros.

No todos los barones socialistas piensan como Page o Vara. En defensa del Gobierno salieron este viernes los presidentes autonómicos de Comunitat Valenciana, Ximo Puig -"ayuda a resolver el conflicto, pero es exigible un gesto de los independentistas"-, y Baleares, Francina Armengol -"es un error judicializar el conflicto en Catalunya"-. E igual lo hizo la jefa del Ejecutivo riojano, Concha Andreu, quien pidió "no hacer ruido" con la medida porque Sánchez tomará la decisión "en beneficio del bien común y de la convivencia". También el comité regional de los socialistas navarros manifestó su apoyo al presidente para superar la "fractura" en Catalunya. Lo hicieron asimismo los secretarios generales de Galicia y Euskadi, Gonzalo Caballero e Idoia Mendia. Sánchez será "valiente" para sacar a Catalunya "del atolladero", dijo la también vicelendakari segunda.

El líder del PP, Pablo Casado, charla con los presidentes de La Rioja, Concha Andreu, y Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, este 28 de mayo en Soria. 

/ EFE / WIFREDO GARCÍA

Justo la "valentía" fue el 'claim' que utilizaron varios dirigentes socialistas este viernes en redes sociales para aplaudir la determinación de su líder. Había abierto esa vía de defensa el primer lugarteniente del presidente, su director de Gabinete, Iván Redondo, el jueves en el Congreso: "Creo que para arreglar lo que ha pasado en la última década se necesitará un liderazgo valiente". Mandos de la ejecutiva federal como Adriana Lastra, Cristina Narbona, Santos Cerdán, Ander Gil o Ibán García del Blanco expresaron su "confianza" en Sánchez y destacaron su "valentía".

Y mientras, asoma ya una reedición de la foto de Colón. PP y Vox estarán presentes el 13-J en la concentración convocada por la plataforma Unión 78 -fundada por la exlíder de UPYD Rosa Díez- en la plaza madrileña contra de los indultos. Ciudadanos apoya la manifestación y algunos de sus dirigentes sí estarán.

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Además, Casado anunció desde Soria que su partido promoverá una campaña de recogida de firmas contra la medida de gracia, como la que en 2006 impulsó contra el Estatut, cuando la Moncloa estaba ocupada por José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente socialista respalda a Sánchez, al contrario que González, y este mismo viernes, preguntado por la iniciativa de los populares, subrayó que, "con los años", la mayoría se dará cuenta de que todos los movimientos que busquen "acercar posturas" y "favorecer el diálogo" son positivos.

Los expedientes de indulto, mientras, siguen tramitándose, y sin fecha para que lleguen al Consejo de Ministros. En su elaboración trabajan Calvo; el titular de Justicia, Juan Carlos Campo, y el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños.