Comisión de la 'Kitchen'

El exchófer de Bárcenas se mantiene firme y responde con un lacónico "no" a las acusaciones en su contra

Se acoge a su derecho a no declarar pese a las advertencias de Rufián de que su falta de colaboración le traerá consecuencias

Sergio Ríos, exchófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, en la comisión 'Kitchen' del Congreso.

Sergio Ríos, exchófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, en la comisión 'Kitchen' del Congreso. / Efe

Ángeles Vázquez

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Sergio Ríos, chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, se mantuvo firme y prácticamente solo pronunció un lacónico "no" a la pregunta de la diputada de Vox Macarena Olona de si "los hechos que había expuesto eran ciertos". Esos hechos habían pasado por recordarle que fue portero de un prostíbulo hasta que empezó a trabajar como conductor del exsecretario general del PP madrileño Francisco Granados, principal imputado en el 'caso Púnica', y luego fue capaz de espiar "la intimidad" de la familia Bárcenas por "2.000 euros al mes, una pistola y la promesa de ingresar en el cuerpo nacional de policía".

Para acogerse a su derecho a no declarar por estar imputado en la Audiencia Nacional y no volver a hablar solo asintió a la pregunta de si había dicho "no". Previamente ella había hablado de su "nada brillante" trayectoria en la academia de policía donde fue el penúltimo de su promoción y trató de forzarle a hablar hasta insinuando un supuesto vínculo entre su abogado, Javier Vasallo, que también lo es de Granados, y Baltasar Garzón, cuyo bufete representa a varios imputados del 'caso Tándem', en el que se enmarca la 'Kitchen' y cuyo principal imputado es el excomisario José Manuel Villarejo.

"No tiene 10 años"

Como es habitual el que con más insistencia preguntó al compareciente fue el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que le advirtió de que podía estar mal asesorado y le anunció que intentaría que asumiera su responsabilidad por negarse a responder. No tuvo éxito, ni cuando le espetó que "a nadie le caen bien los chivatos" ni cuando le dijo que era como otros policías citados en la comisión, "muy patriotas" pero que iban al Congreso "como si estuvieran en un bar o como niños de 10 años", porque no mostraban respeto a la Cámara.