Análisis

¿Govern in extremis o repetición electoral? ¿Qué le conviene a cada partido?

Cada uno de los cuatro posibles escenarios de futuro en Catalunya lleva asociados incentivos perversos

Salvador Illa, Pere Aragones y Laura Borras

Salvador Illa, Pere Aragones y Laura Borras

Alberto López

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Desde que se convocaron las elecciones del pasado 14-F la política catalana se puede explicar en tres actos.

Primer acto

Las desavenencias entre Junts y ERC son insostenibles. Por primera vez en años, además del eje territorial, se habla de otros temas, como la sanidad o la economía según el CEO. Lejos quedan los años en los que la agenda independentista era pegamento que disolvía las diferencias en el espacio que conforman las tres fuerzas independentista. El eje izquierda-derecha reflota en Catalunya. Ya no son los líderes del extremo de cada bloque territorial, Ciutadans y Junts, los únicos que compiten por la victoria. En esa carrera se sitúan hoy además de Junts, un PSC impulsado por la candidatura de Salvador Illa y ERC, con posiciones más moderadas en la estrategia independentista. La opción de un tripartito de izquierdas, transversal en lo territorial, es considerada una posibilidad real.

Segundo acto

A cuatro días de las elecciones, Junts y CUP le arrancan a ERC un pacto por el cual se comprometen todos ellos a no pactar la formación de gobierno con el PSC "sea cual sea la correlación de fuerzas surgida de las urnas". Y se cumplen las sospechas: PSC y ERC quedan por delante de los posconvergentes, que sacan su peor resultado en el historial de elecciones catalanas. ERC saca sus mejores resultados y el PSC vuelve a cifras de 2006. Vox es el otro gran partido victorioso en la noche electoral que marca su máximo. Pero más allá de lo simbólico, el éxito del Vox no importa y, en principio, tampoco el resultado del PSC. Todos los acuerdos posibles pasan por ERC que días atrás descartó a los socialistas. A los republicanos solo les queda una carta que es la de volver a pactar con Junts y CUP un Govern parecido al que ya había con una diferencia fundamental que lo hará todo más complicado: ya no es Junts el 'formateur' del próximo Govern. Pere Aragonès ha quedado por delante.

Tercer acto

Tras tres meses de negociaciones, se rompe la baraja. Reflotan las diferencias en torno a la hoja de ruta independentista que encaminaron a ERC y Junts a convocar elecciones. Los nuevos equilibrios de poder complican aún más un acuerdo entre ambas formaciones. Por otro lado, la otra alternativa de acuerdo, de ERC y PSC, tampoco parece fácil. El eje izquierda-derecha del debate se ha hundido. Según los datos postelectorales del CIS, a estas alturas ya nadie se acuerda de que durante la campaña se habló de otros temas que no fueron el 'procés'. Las repetición electoral es un abismo arriesgado que más de uno prefiere no transitar, pero ser el primero en mover ficha también conlleva costes. a 12 días de que se se acaben los plazos para el pacto y se convoquen automáticamente unas nuevas elecciones catalanas, ¿cuál es el escenario más probable?

Según Predi, el mercado de predicción que programamos desde la Universidad de Zúrich, el Govern de ERC en solitario con apoyos externos de PSC y En Comú Podem ha pasado la opción más probable desde que ERC y Junts airearan su ruptura en las negociaciones. Es un 39% probable. Empatada con la misma probabilidad avanza la posibilidad de la repetición de elecciones, que crece a medida que avanzan los días. La opción de que ERC y Junts retomen in extremis un Govern conjunto se sitúa en el 18%. La última fórmula planteable, de ERC y 'comuns' con apoyos externos del PSC, es apenas un 3% probable. Todo esto se puede observar en el gráfico que sigue a este párrafo.

Equilibrios frágiles y probabilidades ajustadas a pocos días del pitido final. A continuación, se explican los incentivos perversos asociados a cada uno de los cuatro escenarios más probables.

Govern en solitario de ERC apoyado por PSC y En Comú Podem

Este es el escenario seguramente favorito para los de Aragonès, que buscan consolidar su éxito electoral. La posición no sería cómoda, teniendo que pelear cada ley con unos socios parlamentarios que no se lo pondrían fácil. Pero es que el resto de escenarios son aún menos alentadores para los republicanos. Son conscientes de que la repetición electoral les abocaría a volver a la tercera posición. Un acuerdo de gobierno con Junts se ha demostrado endiablado en una negociación en la que ninguno de los dos acepta ocupar una posición subalterna. Gobernar con el PSC, por su parte, supondría una traición al acuerdo firmado en segundo acto, con el correspondiente castigo del espacio independentista.

A los socialistas, la coalición con ERC les interesa aún menos. Los de Illa han quedado por delante de ERC, primeros, en gran parte por los votos que ha recogido de Ciutadans. Representan el liderazgo del espacio alternativo al independentismo. Esta misma razón es la que les distancia de apoyar un Govern de ERC en solitario, que podría interpretarse también como una traición a su espacio. Se trataría de un movimiento arriesgado, sin duda, en un momento débil para el PSOE en general tras las elecciones madrileñas. Pero la repetición electoral también conlleva peligros, como el de perder su mejor resultado, su primera posición. El 'efecto Illa' funcionó una vez y el Gobierno de Pedro Sánchez necesita tiempo, sin elecciones, para recobrar el pulso con la implementación del paquete de reformas europeo.

Repetición electoral

Si los socialistas no ceden algunos votos para evitarlo, el escenario más probable es la repetición de elecciones. La otra posibilidad, que Junts sea quien ceda los cuatro votos parlamentarios que le faltan a ERC par gobernar en solitario, parece descartable. Los posconvergentes aún recuerdan la última vez que alguien entró a un Govern en unas condiciones parecidas: en solitario, con débil fuerza parlamentaria, pero con total visibilidad. Ese Govern fue el de Jordi Pujol, que después alcanzaría mayorías absolutas y duraría 23 años.

La repetición electoral, además, no es el peor escenario para los de Laura Borràs. Les daría la oportunidad de recuperar su hegemonía en el espacio independentista. El otro escenario, el que supone esperar hasta el final e intentar forzar un acuerdo aunque sea mínimo de ERC y PSC, les permite enmarcar a los republicanos como traidores de la causa procesista y, por lo tanto, recuperar el liderazgo del espacio. Nada que no sea un pacto de coalición con ERC que les entregue el poder que consideran tener parece que conseguirá moverles de su actual posición.

Reedición del Govern independentista

Aunque improbable, esta es la tercera alternativa que cuenta con más visos de producirse. Todo depende de los cálculos que hagan los de ERC. ¿Están dejando pasar el tiempo porque piensan que otro actor se moverá antes? ¿Es su espera un farol o están realmente dispuestos a ir a elecciones? Si el peor escenario para ERC es la repetición electoral y el PSC no facilita el apoyo in extremis, los republicanos pueden terminar aceptando formar un Govern con Junts que implique unas condiciones aceptables para estos últimos.

También depende de los números que hagan el resto de partidos del bloque independentista. Ya en las últimas elecciones perdieron fuerza movilizadora. Muchos de sus simpatizantes tradicionales declaran en las encuestas que no fueron a votar por hastío y desafecto con los partidos políticos. Si consideran que hay un riesgo real, aunque sea pequeño, de que el bloque pierda por primera vez desde el inicio del 'procés' la mayoría parlamentaria, tiene sentido pensar que ERC y Junts, con el apoyo de la CUP, presenten un Ejecutivo conjunto en el último minuto.

Govern de ERC y En Comú Podem con apoyo de PSC

Este es el escenario más improbable, a gran distancia de los anteriores. Por su parecido con el primer escenario —el Govern en solitario de ERC apoyado por PSC—, cuenta con el mismo paquete de riesgos y ventajas. La diferencia es la presencia de En Comú Podem. Por un lado, podría facilitar algo que el PSC aceptara ceder sus votos para salvar a los catalanes de unas nuevas elecciones. Por el otro, aumenta el coste potencial del acuerdo para los de Aragonès, que se marginan aún más de la familia independentista. A este coste habría que sumar uno más: sin ninguna necesidad, PSC y ERC estarían cediendo visibilidad a los 'comuns', que comparte frontera electoral con ambos, y que acabarían ocupando tanto el gobierno autonómico como el de Barcelona.

Faltan 12 días para descubrir cuáles son las cartas de cada partido. Quiénes están esperando a que otro se mueva primero y quiénes están esperando a que comience una nueva campaña electoral en Catalunya.

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