Bastión conservador
La derecha en Madrid, una excepción en Europa
La mayoría de grandes capitales de la Unión Europea están gobernadas por fuerzas de centro-izquierda y socialdemócratas

La derecha seguirá gobernando Madrid. La incontestable victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de 4 de mayo deja claro que la candidata del Partido Popular (PP) seguirá al frente de la Comunidad de Madrid y que podrá hacerlo en solitario, pues acumula más escaños (65) que todas las formaciones de izquierda juntas (58). Sin embargo, que la capital de España sea un bastión conservadora supone una anomalía si la comparamos con las grandes capitales de la Unión Europea (UE), mucho más socialdemócratas.
La tendencia derechista de la capital española no es una novedad. El PP ha gobernado la comunidad durante los últimos 26 años, mientras que en la ciudad ha ganado todas las elecciones a la alcaldía desde 1991 a excepción del período de Manuela Carmena. Además, de entre las diez capitales más grandes de Europa, Madrid es la única donde la extrema derecha obtiene mejores resultados que la media del resto del país. En las elecciones generales del 2019, Vox capturó un 13,86% del voto en Madrid y un 10,26% de media en las otras comunidades. De terminar entrando en el ejecutivo de Ayuso la anomalía sería aún mayor.
Con sus diferencias particulares, hay una tendencia política que se repite en la gran mayoría de países del club comunitario. Las capitales y otros grandes núcleos urbanos son más poblados, cosmopolitas y ricos, y tienden a votar formaciones progresistas, mientras que el conservadurismo está más arraigado en el interior, en áreas periféricas y rurales. La anomalía madrileña es especialmente evidente en la Europa occidental, pues la mayoría de los gobiernos conservadores del continente se ubican en el este. Muchas de esas capitales son urbes menos densamente pobladas.
Eso hace que la mayoría de ayuntamientos de capitales de la Unión Europea (UE) estén gobernados por la izquierda, entre los que destacan Berlín, París, Roma y Londres, que ya no pertenece a los 28. Así, el nuevo Gobierno de Díaz Ayuso también seguirá siendo un caso muy poco habitual en las grandes urbes europeas. Únicamente Sofía (Bulgaria), Atenas (Grecia), Estocolmo (Suecia), Dublín (Irlanda), Helsinki (Finlandia), Bucarest (Rumanía), Riga (Letonia), Nicosia (Chipre) y Luxemburgo capital tienen ejecutivos conservadores o de centro-derecha.
Tendencia de centroizquierda
La tendencia progresista es la norma. En París (Francia), la socialdemócrata Anne Hidalgo gobierna tras revalidar su mandato el pasado junio con un 49% de los votos. En Berlín (Alemania) los socialdemócratas encabezan un gobierno de coalición junto a los ecologistas de Los Verdes y la izquierda. En Viena (Austria) el centro-izquierda afianzó su dominio el pasado 12 de octubre mientras la extrema derecha austríaca (FPÖ) se desplomó a un 7,5% de los votos.
La alcaldía de Roma (Italia) está en manos de Virgina Raggi, miembro del populista y ecologista Movimiento 5 Estrellas. En 2016, Raggi se convirtió en la primera mujer que ganaba los comicios municipales, con un 67,15% de los votos en la segunda vuelta. Sin embargo, en la primera vuelta, la alianza encabezada por la presidenta del partido neofascista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, obtuvo un 20,62% de los apoyos.
En Bruselas (Bélgica) los socialdemócratas gobiernan desde 2019 con ecologistas y socio-liberales. En Ámsterdam (Países Bajos) los verdes gobiernan la capital junto a socio-liberales, socialdemócratas y socialistas. En Lisboa (Portugal), los socialistas ganaron las elecciones municipales de 2017.
En las regiones nórdicas hay variaciones. En Copenhague (Dinamarca) y Oslo (Noruega) -que no forma parte de la UE- gobiernan los socialdemócratas, mientras que en Vilnius (Lituania) y Tallín (Estonia) lo hacen partidos socioliberales de corte centrista.
Fracaso ultra en las capitales
La posible participación de Vox en el Ejecutivo madrileño iría en la línea opuesta a la UE. La extrema derecha ha acumulado fiascos en París, Londres y en Ámsterdam, donde el islamófobo Geert Wilders ni participó. Incluso en países donde la hegemonía política está en manos del ultraconservadurismo de corte reaccionario, sus capitales han esquivado ese giro.
Noticias relacionadasEn Budapest (Hungría), la oposición en 2019 logró derrotar a Fidesz, el partido ultranacionalista del primer ministro Víktor Orban, que desde 2010 controlaba la capital húngara con mayorías aplastantes de hasta dos tercios. Para ello, necesitaron una alianza entre centristas, socio-liberales, ecologistas, socialdemócratas y socialistas. Sin embargo, la formación etnonacionalista de Orbán superó el 40%, más que ninguna otra capital de la UE.
Similar es el caso de Varsovia (Polonia), donde la llamada Coalición Cívica formada por el centro-derecha, liberales, centro-izquierda y ecologistas logró hacerse en 2018 con el control de la capital polaca. Sin embargo, el partido Ley y Justicia capturó un 28,53%.
¿Ya eres usuario registrado? Inicia sesión
Este es un contenido especial para la comunidad de lectores de El Periódico.Para disfrutar de estos contenidos gratis debes navegar registrado.
- Meteorología Predicciones: Mario Picazo avisa de la llegada de El Niño en 2023
- Se queda en redacción Telecinco aparta de pantalla a Marta Riesco otra vez tras implicar a Borja Prado en una trifulca con 'Sálvame'
- El laberinto catalán Así están las encuestas de las elecciones en Catalunya
- Óbito Muere Paco Rabanne, el “metalúrgico” vasco que revolucionó el mundo de la moda
- Buscando enfrentamiento Marta Riesco boicotea un directo de Cristina Porta en 'Sálvame’ y reta al presidente de Mediaset
- Sin rastro desde mayo de 2020 Una barbacoa, una cabaña y doce amigos: Alejandro Mencía, el joven que desapareció entre silencios
- Intermunicipal del PP Feijóo reúne al PP en Valencia para exhibir experiencia y tratar de reconquistarla
- Redes sociales "La vida no nos da para más": el error del BOA que se ha vuelto viral
- Día Mundial El cáncer en Europa: una enfermedad plagada de desigualdades
- Hasta el 2 de julio La línea dura (aunque de buen corazón) de la arquitectura barcelonesa