El laberinto catalán
ERC y Junts difieren también en las posibles consecuencias del 4-M en Catalunya
Los republicanos ven en la neonata debilidad de Sánchez una oportunidad negociadora
Los posconvergentes creen que el presidente restringirá aún más el diálogo con el Govern
Xabi Barrena
Periodista
Periodista de la sección de Política
Fidel Masreal
Periodista
Licenciado en Ciències de la Comunicació por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), curso de periodismo jurídico-político por la UAM-El País, ha ejercido como periodista político en Onda Cero, diari Menorca, Ràdio Barcelona (cadena SER) -donde fue jefe de la sección de Política- y Els Matins de TV3. Desde septiembre del 2008 es redactor en El Periódico, primero como cronista parlamentario en Madrid y en la actualidad especializado política catalana. Autor de "Conviure amb la depressió" (Mina, Eniclopèdia Catalana, 2007), "Game Over: els partits polítics, corrupció i vicis del sistema" (La Mansarda, 2013), "Cuentos Ex" (Magma Editorial, 2019) y "Contes del procés" (Magma, 2019). Colabora como analista en TVE, Catalunya Ràdio, SER Catalunya y RAC-1, entre otros.
Como no podía ser de otro modo, ERC y Junts, socios de Govern desde 2015 y negociando ahora proyectar esa entente hasta 2025, interpretaron de manera distinta y opuesta las consecuencias que los resultados de las elecciones madrileñas pueden tener para Catalunya. Donde unos, los posconvergentes, ven el final de toda opción de negociación con el Estado, habida cuenta de la potencia del triunfo del PP y Vox, contrarios hasta el último suspiro a cualquier acuerdo con el independentismo; los otros, los republicanos, ven una oportunidad dada la neonata debilidad de un Pedro Sánchez que, hasta que a su jefe de gabinete, Iván Redondo, se le ocurrió meter baza en Murcia, nadaba con paso firme.
"El PSOE nunca hace, sino que se le obliga a hacer", apunta una fuente republicana parafraseando una cita de campaña. "Los socialistas ya han visto que cuanto mayor ha sido su acercamiento ideológico hacia la derecha, para tratar de hacerse con el voto de Cs, más terreno se le ha comido el PP. Y, por tanto, cabe esperar que ahora pruebe otra cosa". ¿Cuál? Pues encomendarse a la mayoría de la investidura, aplicar políticas progresistas y mostrar "una clara voluntad de resolver el conflicto político con Catalunya".
Ante la nueva coyuntura española, algunas voces de ERC reclaman que tampoco se convierta en el norte orientador de lo que se decida aquí: "¿Desde cuándo depende nuestra estrategia de unas autonómicas en Madrid?, se pregunta un cargo del partido. Y añade: "Antes, como ahora, se precisan un Govern y un 'president' fuertes que puedan obligar al PSOE a moverse".
"Ante el populismo y la extrema derecha puede haber en Catalunya una mayoría republicana, independentista y de izquierdas. La noche y el día".
Nada más conocerse los primeros sondeos sobre las elecciones en la Comunidad de Madrid, el 'exconseller' Toni Comín, que participaba virtualmente en una charla independentista en Barcelona, ya advirtió de que el PSOE podría tener la tentación de cerrar más su posición respecto al independentismo. Comín lo planteó como un interrogante, a la vista del buen resultado en las urnas madrileñas de los discursos más duros contra el soberanismo.
En Junts, las conclusiones no se centran tanto en mirar al pacto todavía no cerrado entre independentistas como en prever una dificultad añadida al proceso de diálogo iniciado por ERC y en el que las huestes de Carles Puigdemont no creen. "El único que se lo creía mínimamente era Pablo Iglesias", apunta una dirigente de Junts respecto al seísmo madrileño y el adiós del líder de Podemos. Junts cree que el batacazo del PSOE interpela a Sánchez: "O se va adelante o atrás, no puedes ser un Gobierno progresista y no ejercer, o proclamar el diálogo y no concretar...", añaden.
"La gente quiere que les ayuden, que bajemos impuestos, que potenciemos la economía. La izquierda española se ha equivocado, y la catalana sigue el mismo camino".
El eje ideológico
En paralelo a las consecuencias de las elecciones madrileñas sobre el 'procés', el independentismo también saca algunas conclusiones más controvertidas. Por ejemplo, el exlíder de la Cambra de Comerç y diputado de Junts Joan Canadell tuiteó: "El 'modelo Ayuso' de priorizar la economía ha ganado claramente. En Catalunya hemos hecho justo lo contrario, entre un modelo y otro había una opción intermedia". Un discurso liberal que es compartido por una parte de Junts y, por supuesto, rechazado con vehemencia por otras voces del partido y, sobre todo, por ERC. Gabriel Rufián, líder de los republicanos en Madrid, por ejemplo, han lanzado mensajes de solidaridad con Iglesias.
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