Elecciones en Madrid

Illa y Gabilondo: la caza desigual del voto de Ciudadanos

Los candidatos socialistas han usado estrategias de campaña muy diferentes

En el PSOE creen que en Madrid se puede captar menos 'voto naranja' que en Catalunya

Pedro Sánchez y Ángel Gabilondo

Pedro Sánchez y Ángel Gabilondo / Europa Press

Daniel G. Sastre

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Las empresas demoscópicas estiman que en las elecciones catalanas Salvador Illa fue el principal destinatario de los votantes de Ciudadanos en 2017 que este 2021 decidieron cambiar de partido. Fueron entre 150.000 y 200.000 papeletas que permitieron al PSC ganar las elecciones -empatado a escaños con ERC- y recuperar la hegemonía en el campo no independentista.

El 'botín' en las elecciones madrileñas tampoco es menor. En 2019, Ciudadanos obtuvo 630.000 votos, casi un 20% del total, que le sirvieron para entrar en el Gobierno regional y convertir a su candidato, Ignacio Aguado, en vicepresidente. Y las predicciones apuntan a que esta vez se quedarán fuera de la Asamblea. Sin embargo, las estrategias de campaña de los socialistas en Catalunya y en Madrid no han coincidido: mientras que Illa fue desde el principio hasta el final a por esos votos -con mensajes como que no gobernaría con los independentistas o subrayando siempre que podía que se siente tan español como catalán-, Ángel Gabilondo ha pasado de lanzar anuncios en la misma dirección a, aparentemente, desentenderse de esos votantes cuanto más se acercan las elecciones.

La razón es que en la sala de máquinas socialistas creen que en Madrid hay menos opciones de atraer a un gran número de votantes de Ciudadanos que en Catalunya. "La coyuntura es diferente. En Catalunya, la gente que piensa que el 'procés' está agotado tiene en el PSC una alternativa clara: Illa estaba en una posición muy sólida de cambio, y muchos votantes de Cs lo veían como un recurso interesante. En Madrid, Edmundo Bal [el candidato de Ciudadanos] dice que si puede va a repetir gobierno con el PP", subrayan fuentes del partido.

El giro a la izquierda

Es decir: en Catalunya, el motor de los exvotantes de Ciudadanos es mucho más claramente el cambio que en Madrid. Como "las realidades son distintas", los equipos de campaña hicieron un diagnóstico diferente, y aplicaron un tratamiento también divergente. Durante casi toda la campaña -sobre todo desde el debate televisado en el que el candidato del PSOE se dirigió a Pablo Iglesias y le dijo: "Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones-, Gabilondo ha parecido disputar más los votos a los partidos a su izquierda que a los que tiene a la derecha.

En el PSOE estiman que la bolsa de votos de Cs que su candidato puede llegar a captar puede contener, con suerte, unas 60.000 papeletas. Aunque constatan que son pocas comparadas con las que se llevó Illa, ni mucho menos las desprecian: en una elección tan ajustada, si caen del lado socialista pueden significar que las derechas pierdan la mayoría absoluta e Isabel Díaz Ayuso pierde el gobierno. "Pero la mayor parte de quienes apoyaron a Ciudadanos en 2019 van a apoyar esta vez al PP", se resignan las mismas fuentes.

"La derecha está hipermovilizada desde antes de las elecciones, y aunque un partido de izquierdas ponga mil pancartas en el barrio de Salamanca [feudo conservador en Madrid capital], poco va a rascar", añaden. Y apuntan una última razón por la que Illa fue capaz de arrastrar a más votantes de Cs de los que parece que atraerá Gabilondo: "En Catalunya, Ciudadanos no es tan de derechas".

Una voz de la sala de máquinas de la campaña del PSC corrobora esa impresión: "Nosotros íbamos a por los votantes progresistas de Cs cabreados con el 'procés'. En Madrid no existe ese votante progresista de Cs: Albert Rivera se cargó el partido cuando quiso sustituir al PP como referencia de la derecha".

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