La campaña madrileña

El mal menor del PSOE ante el 4-M: Casado en “brazos” de Vox

Los socialistas anticipan que la probable reelección de Ayuso estrechará los lazos del PP con la extrema derecha y le hará perder opciones en toda España

Pedro Sanchez y Vicepresidentas        David Castro

Pedro Sanchez y Vicepresidentas David Castro / David Castro

Juan Ruiz Sierra

Juan Ruiz Sierra

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Más allá de los titulares de campaña, el PSOE se dirige a las elecciones en la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo con cierto pesimismo. Los socialistas insisten en que no hay nada perdido de antemano, que todo depende de la movilización de la izquierda y el resultado de Vox y Cs. Pero las encuestas, una tras otra, reflejan que Isabel Díaz Ayuso podrá ser investida sin problemas gracias al apoyo de la extrema derecha. Ante esta realidad, en la Moncloa ya empiezan a contemplar el resultado adverso como mal menor. El PP mantendría la autonomía, pero al precio de estrechar sus lazos con los ultras, incluso haciéndoles un hueco dentro del Gobierno. La suma puede funcionar en Madrid, pero no en el resto de España. Una victoria de este tipo por parte de Ayuso lastraría las opciones de Pablo Casado en las elecciones generales, que en principio no se celebrarán hasta 2023

El líder del PP lleva varios meses intentando alejarse de Vox. Sobre todo, a raíz de la moción de censura de Santiago Abascal a Pedro Sánchez, el pasado octubre. “Hasta aquí hemos llegado (…) O Vox o España”, dijo entonces Casado. “Yo sí di un paso adelante, y no daré ninguno atrás. Usted y yo debemos ensanchar el espacio de la moderación y hacerlo tan grande como para que los dos podamos ganar dentro de él. Yo ya hice mi parte, consciente de su coste a corto plazo”, insistió ante el líder del PSOE, hace un mes y medio en el Congreso

Pero el sorprendente adelanto en Madrid quiebra esa estrategia, fuerza a Casado a dar ese “paso atrás”. A menos que Ayuso logre la mayoría absoluta, algo que no anticipa ningún sondeo, el PP necesitará a Vox, que también apoya a los populares en Murcia y Andalucía. Pero allí, a diferencia de lo que puede acabar ocurriendo en Madrid después de que Ayuso decidiera romper con Cs y anticipar los comicios, el partido de Casado también cuenta con el respaldo de los naranjas, con muchas posibilidades de quedarse sin representación el 4 de mayo. En Madrid, además, es probable que la ultraderecha acabe dirigiendo alguna consejería.  

¿Puede un entendimiento de este tipo, solo del PP y Vox, ganar en toda España en unas elecciones generales? “Imposible”, contestan los socialistas. La derecha y la extrema derecha nunca llegarán a los 176 diputados de la mayoría del Congreso, y menos aún con el PSOE rondando el 30% del voto, por lo que Sánchez siempre podrá reeditar su alianza con la izquierda y el nacionalismo. Si Ayuso gana, Casado pierde. 

“De una vez por todas, sin rubor, la derecha madrileña ha decidido echarse en brazos de la ultraderecha”, dijo Sánchez este domingo, durante un acto junto al candidato socialista, Ángel Gabilondo. El presidente del Gobierno, cuidadoso en sus comparecencias desde la Moncloa a la hora de criticar a la oposición, acusó esta vez a Ayuso de “cruzarse de brazos” ante la pandemia. Un Gobierno del PP y Vox, concluyó Sánchez, solo supondría más “injusticia social, corrupción, demagogia y ultraderecha, todo ello con una capa de transfuguismo”.  

Votos de otros caladeros

El PP se relaciona con Vox en esta campaña de forma similar al PSOE con Cs. A través de frases como “los hombres sufren incluso más agresiones que las mujeres” y “cuando te llaman fascista sabes que lo estás haciendo bien”, Ayuso coquetea con los mensajes de la formación ultra. Gabilondo, salvando las distancias, hace lo mismo con el discurso de los naranjas, asegurando que no tocará los impuestos y no pactará con “este Pablo Iglesias”, por su “extremismo”. Ambos intentan atraer a los antiguos votantes de los partidos de Abascal e Inés Arrimadas. Sin embargo, ninguno quiere que desaparezcan de la Asamblea de Madrid. Los necesitan para lograr la presidencia. 

Las esperanzas del PSOE, de hecho, se sitúan en que Vox no entre en el parlamento autonómico, al pasarse la mayoría de votantes ultras a Ayuso, que sería la primera fuerza con mucha diferencia, pero no tendría a nadie con quien pactar. La hipótesis, sin embargo, no viene refrendada por ningún estudio demoscópico, pese a la tendencia menguante de los ultras. Así que en el PSOE ya empiezan a preparar el terreno para el día después del 4-M. 

El PP ignora a Gabilondo y se centra en atacar a Sánchez

El PSOE ha colocado en el centro de sus ataques a Isabel Díaz Ayuso durante esta campaña, en la que el candidato que sea investido solo podrá gobernar durante dos años, ya que en 2023 habrá que repetir elecciones en la Comunidad de Madrid, junto a la mayoría de las autonomías. Pero no ocurre al revés con el PP. Los populares, en todos los actos, ignoran al aspirante socialista, Ángel Gabilondo, para volcarse en la crítica a Pedro Sánchez. Al fin y al cabo, consideran en el PP, son los colaboradores del presidente del Gobierno en la Moncloa quienes han diseñado los mensajes de Gabilondo, y también quienes han elaborado las listas del PSOE para el 4 de mayo. 

"Que todos los madrileños lo tengan claro: aquí no se elige al candidato Gabilondo; aquí se elige a Sánchez cuando se vota al PSOE", dijo este domingo el portavoz popular y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Ante las múltiples encuestas que señalan que Ayuso está creciendo en apoyos, a expensas de Vox, Almeida señaló que aspiran a “una mayoría lo más amplia posible para que Madrid tenga estabilidad”. Un día después de que Salvador Illa participara en un acto junto a Gabilondo, el portavoz invitó al exministro de Sanidad a prodigarse más en esta campaña, porque sus apariciones, dijo, suponen “una paletada de votos al PP”.  

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