Las negociaciones para la formación de Govern

ERC y Junts atisban una investidura de Aragonès por Sant Jordi

Los sectores más radicales de JxCat exigen concreción y unilateralidad pero el partido apuesta por un acuerdo sí o sí

ERC asiste con tranquilidad a la recta final de las conversaciones convencida del 'sí' de Junts

Aragonès, en la segunda votación de investidura.

Aragonès, en la segunda votación de investidura. / ACN

Xabi Barrena
Fidel Masreal
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Cambio de tercio en las negociaciones entre ERC y Junts para formar Govern. Tras el doble ‘round’ de la sesión de investidura de los pasados viernes y martes, los contendientes vuelven a negociar, desde este mismo miércoles. No se partirá de cero y diferentes señales emitidas, especialmente desde la trinchera posconvergente, hacen pensar en un desenlace más o menos rápido. Algunos se atreven incluso a vaticinar una investidura exitosa de Pere Aragonès para mediados de abril. Para Sant Jordi, para hacerlo cuadrar todo.

No se trata solo de que Junts haya dicho por activa y por pasiva que no tenía en mente llegar a una nueva convocatoria electoral y que la propia Elsa Artadi habló de unos "días" más de conversaciones, sino, también, de los mensajes que en el propio Parlament se entrecruzaron unos y otros en privado y en los que se animaban a cerrar las negociaciones "rapidito".

El comunicado del Consell per la República de este lunes, en el que se abría a reformular su órgano de dirección, aligeró de presión la caldera independentista. Lo mismo que las palabras de Gemma Geis, de Junts, en el pleno, aceptando que no habría ninguna tutela sobre el ‘president’ de la Generalitat, como había exigido Aragonès en su intervención. Y mostrando una mano tendida. Eso sí, llena de deberes para Aragonès.

Y es que una cosa es la voluntad y, la otra, los hechos. En las costuras de la negociación, más allá de los grandes temas, se han introducido ya mensajes que prometen emociones fuertes. Por ejemplo, el reparto de áreas. O ese pacto de republicanos con la CUP que poco o nada agrada a los posconvergentes. O la unidad de acción en Madrid, exigida por Junts, que cuenta con 4 diputados frente a los 13 de ERC.

Según fuentes cercanas a la mesa de negociación, Junts intenta gestionar aquellas áreas que, hasta la fecha, han gestionado los republicanos y viceversa. "Es un reconocimiento de que en el 2017 negociamos bien", apunta una voz de ERC. Todavía hoy en Junts escuece haber cedido a los republicanos Economia, Salut, Educació, políticas sociales...

La batalla por el pastel

Y es que hay varios objetos codiciados. Por ejemplo, la gestión de los fondos europeos de reconstrucción pospandémicos Next Generation. O la Conselleria de Salut, siempre la que más gasto efectúa y, ahora, aun más. ERC ha tratado de blindar la gestión de los Next Generation para que se vinculen directamente a la presidencia y, por tanto, poder gestionarlos.

Hay debate también sobre quién tendrá la dirección general de Mitjans de Comunicació y quién la secretaría de Difusión, por ende, quién gestionará, entre otros cometidos, la relación con las empresas periodísticas y  la publicidad institucional del Govern. En el mismo apartado cabría englobar la sempiterna lucha por el control de la 'Corpo', el organismo del que dependen TV-3 y Catalunya Ràdio. Actualmente sigue en manos de Junts, a la espera de que se ejecute el pacto de la anterior legislatura para que cambie de manos.

Junts confirma que se ha entrado en materia. Pero avisa de que el reto es titánico. ERC les afea que hayan centrado demasiado la negociación en el Consell per la República y en la hoja de ruta. Pero Junts tiene una composición heterogénea en la que existen dirigentes que exigen que ERC se comprometa con la unilateralidad, con un plan para cuando el diálogo con el Gobierno se agote. Un plan que incluya la preparación de un nuevo embate desde ya mismo.

ERC, convencida; Junts, buscando pista

Contra lo que cabría esperar, el veto a Aragonès no ha creado desasosiego en la bancada republicana. “Estamos convencidos y tranquilos”, dijo una voz clave del partido que subrayaba cómo el candidato había mantenido, en el segundo debate, la firmeza mostrada a Junts del viernes. Que los posconvergentes se desgañiten negando que busquen la repetición electoral ha ayudado a los republicanos a ser pacientes y esperar. “Precisan del Govern, porque a diferencia de CDC no se sustentan sobre un extenso poder local, que ahora se lo reparten con el PDECat, para sobrevivir una travesía en el desierto”, señala un republicano.

Junts, en efecto, no quiere ser tachado de culpable del desacuerdo y de llevar a Catalunya a las urnas en plena pandemia, de nuevo. Pero quiere una buena pista de aterrizaje por parte de ERC para escenificar el acuerdo, porque los más unilateralistas en el partido de Puigdemont rechazan un pacto que sea puro 'postureo'. En este marco es en el que avanzan las negociaciones, mientras organizaciones sociales -como hicieron las empresariales- entonan su particular "tenim pressa".

La CUP ve "inasumible" cualquier "recorte" en el pacto con ERC

Los anticapitalistas no están dispuestos a que en las negociaciones entre ERC y Junts se modifiquen las medidas que acordaron previamente con los republicanos para dar el voto favorable de sus nueve diputados a Pere Aragonès.

La formación defiende que cualquier "recorte" del acuerdo, avalado por la militancia ‘cupera’, sería "inasumible" porque implicaría una rebaja en materia socioeconómica que la ciudadanía "no se puede permitir" en un contexto de crisis por la pandemia del covid-19.

El diputado de la CUP, Xavier Pellicer, defendió en TV-3 que seguirán negociando con ERC para "profundizar el pacto".

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