En clave Madrid

¿Saben qué quiere ser Ayuso de mayor?

La presidenta y candidata en Madrid el próximo 4-M sale a ganar por mayoría absoluta. A imponerse fuera. Pero también dentro de un partido donde quiere acaparar cuota de poder ante un Casado débil

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, en un centro comercial.  FOTO: JOSÉ  LUIS ROCA

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, en un centro comercial. FOTO: JOSÉ LUIS ROCA / José Luis Roca

Gemma Robles

Gemma Robles

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Hay una pregunta que ronda en la cabeza de la clase política nacional desde hace ya un tiempo. Que irrumpe en buena parte de las conversaciones de los cargos y dirigentes del Partido Popular y que, aunque no lo confiese, a buen seguro ocupa y preocupa a su actual jefe, Pablo Casado. ¿A qué aspira realmente Isabel Díaz Ayuso?. ¿Qué quiere ser de mayor?. Y ustedes, lectores, ¿se atreverían a hacer algún tipo de apuesta en este sentido?. Pues sí, la mayoría de parlamentarios de este país, incluido Casado, aunque no pueda decirlo, piensan lo mismo. Es más que probable que al escuchar o al leer un interrogante como estos vean, con voluntad o sin ella, la imagen del Palacio de La Moncloa como lugar de ansiado destino por la política madrileña .

Pero los viajes a La Moncloa suelen ser larguísimos, cuando no frustrantes y en muchos casos frustrados por terceros o por los atracones de tacticismo. Si no, que se lo pregunten a la socialista Susana Díaz. O a la popular Soraya Sáenz de Santamaría, que dio por hecho siendo vicepresidenta que tenía fácil no mudarse y quedarse en la sede presidencial con tan solo presentarse a un congreso del PP y ‘vender’ gestión. En su caso se le olvidó que el partido, y sobre todo ese partido, te quiera y te considere uno de los suyos, suele resultar imprescindible para triunfar. No fue su caso.

¿Será algún día el caso de Ayuso?. En la organización de las gaviotas dan por hecho que ella, periodista de profesión y avalista del ya archiconocido eslogan electoral ‘Comunismo o libertad, 4 de mayo’, tiene ganas, pero que es imprescindible que se las guarde si no quiere caer al suelo, merced a alguna zancadilla, antes de subir al pódium. Una de las que más insiste públicamente en que Díaz Ayuso está centrada en Madrid y no en otras cosas es su madrina política, Esperanza Aguirre, a quien hace años llevó las redes sociales en la organización regional. Como después haría con Cristina Cifuentes. Sí, sí, la hoy defensora del liberalismo llevado al extremo con la hostelería en tiempos pandémicos fue, no hace tanto, la Ayuso 4.0. Y le gusta la comunicación y su uso al servicio de la política sin muchos remilgos, como evidencia el hecho de que haya puesto a su lado a su admirado Miguel Ángel Rodríguez, otrora mano derecha de José María Aznar.

La presidencia del PP regional

Pero volvamos a Aguirre. Que sea ella, la madrina, quien colabore a desviar la atención sobre las posibles ambiciones nacionales de la actual presidenta y candidata madrileña tiene significado. Y en el PP, por supuesto, se lo dan. Y es que Esperanza Aguirre vivió en sus carnes las consecuencias de precipitarse a la hora de dar señales de querer volar más alto. A ella, como al excalde y después exministro Alberto Ruíz Gallardón, les cortaron las alas desde un despacho de Génova. Entonces, en propiedad de Mariano Rajoy.                      

Ayuso, también como Aguirre en su día, sale en unas semanas hacia las urnas a por una mayoría absoluta con la que gobernar sin Ciudadanos, a los que detesta. Su campaña será de tinte nacional y tener como adversario a Pablo Iglesias se lo pone más fácil. Pretende asimismo decirle a sus colegas de partido ‘aquí estoy yo, y no sólo Alberto Núñez Feijóo, por si hay que cambiar cosas’. Esa mayoría absoluta no es sencilla y las encuestas, de momento, la sitúan dependiendo de Vox… de los ultras, con los que ella no se entiende mal, todo hay que decirlo.

Si logra un buen resultado el 4 de mayo, que de momento no hay sondeo que no se lo conceda, tendrá músculo suficiente para dar un segundo paso siguiendo, también en esto, la estela de Aguirre: pelear por presidir el partido en Madrid, una opción que hasta ahora no veía nada clara Pablo Casado y los suyos (por algo será), que señalan también hacia el acalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, como opción. Otro al que sus propios compañeros le han colgado el cartel de potencial sucesor... ¿Qué por qué se habla ya tanto de la sucesión de Casado?. Eso es otro artículo. Llegará. 

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