Crisis territorial

La negociación en Catalunya y las elecciones en Madrid retrasan la reforma de la sedición y los indultos

  • “Nada de eso está cerca”, señalan en el Gobierno, que quiere tomarse las cosas con “calma”

  • El Ejecutivo espera al nuevo ‘president’ y al desenlace de los comicios del 4-M para mover ficha

Gabriel Rufián pasa por delante de Pedro Sánchez, Carmen Calvo y Pablo Iglesias.

Gabriel Rufián pasa por delante de Pedro Sánchez, Carmen Calvo y Pablo Iglesias. / EUROPA PRESS / E. Parra

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Juan Ruiz Sierra
Juan Ruiz Sierra

Periodista

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Cuando Miquel Iceta terminó su primer discurso en su comisión del Congreso de los Diputados, el pasado jueves, varios grupos parlamentarios, de Cs a Bildu, pasando por el PP y ERC, le reprocharon que no hubiese hablado de Catalunya. Sus antecesoras en el cargo, como Meritxell Batet y Carolina Darias, le dijeron al ministro de Política Territorial, sí se habían detenido en el conflicto territorial cuando comparecieron en este organismo. Pero Iceta no, más allá de reafirmar el “compromiso” del Gobierno con el “diálogo”. 

En un contexto político tan cambiante como el actual, con mociones de censura en Murcia que se dan por ganadas y se frustran días después, inesperados adelantos electorales en Madrid y larguísimas negociaciones de investidura en Catalunya, el Ejecutivo no tiene prisa por abordar las cuestiones más sensibles de la crisis territorial: la reforma de la sedición, que rebajaría las penas a los políticos independentistas condenados por el referéndum del 1-O, y los indultos a esos mismos dirigentes. Tampoco tiene fecha la próxima convocatoria de la mesa de diálogo con la Generalitat, suscrita entre el PSOE y ERC a cambio de que los republicanos se abstuvieran en la investidura de Pedro Sánchez, que de momento solo se ha reunido una sola vez, justo antes del estallido de la pandemia. “Calma. La mesa se convocará cuando sea conveniente y oportuno para ambos gobiernos”, señalan en el Ejecutivo. 

La Moncloa quiere esperar a que se resuelva la investidura en Catalunya. De momento, la negociación entre los republicanos y JxCat se encuentra atascada. Tanto, que Salvador Illa pidió el pasado sábado que le dejasen presentarse a él, en un debate que puede incluso que se celebre, pese a que el candidato del PSC tiene escasas, o nulas, posibilidades de ser elegido. El Ejecutivo aguarda al nuevo Govern, en principio presidido por ERC, para analizar sus primeros pasos antes de mover ficha en el conflicto territorial. 

Pero también hay otro motivo que explica la ausencia de iniciativas en la Moncloa. Los socialistas, encargados de la política territorial dentro de su coalición con Unidas Podemos, contemplaban aprobar en primavera la reforma de la sedición para su discusión en el Congreso. Después, en junio como pronto, abordar los indultos, probablemente parciales, una medida muy controvertida para la que el Gobierno lleva tiempo preparando el terreno

Rufián avisa al Gobierno de que ERC puede retirar su apoyo ante la falta de movimientos

Sin embargo, la precipitada convocatoria electoral anunciada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fuerza a cambiar los planes. El PSOE asume que estos pasos lastrarían sus posibilidades en los comicios del 4 de mayo en una autonomía tradicionalmente conservadora como esta, dentro de una campaña en la que concurren con un discurso y un candidato de centro, Ángel Gabilondo, intentando atraer a los antiguos votantes de Cs, que ahora, como muchos de sus altos cargos, se encuentran a la fuga. En el Gobierno resumen su posición sobre la reforma de la sedición y los indultos: “Digamos que nada de eso está cerca. Mucha calma”.  

Malestar republicano

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Mientras tanto, ERC, cuyo rol en el Congreso ha sido en esta legislatura fundamental para que el Gobierno saque adelante sus iniciativas (desde los Presupuestos hasta la investidura de Pedro Sánchez), no para de transmitir su malestar durante los últimos días. Ahora que el PSOE ha iniciado un nuevo acercamiento a Cs a través de la fallida moción de censura en Murcia, los republicanos temen perder capacidad de influencia. Al mismo tiempo, intentan desencallar la negociación para la investidura de Pere Aragonès con JxCat y la CUP, partidos que siempre han denostado la actitud negociadora de ERC, calificándola de puro “entreguismo” a Sánchez. 

El martes, durante la sesión de control en el Congreso, su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, elevó el tono con el jefe del Ejecutivo, a quien reclama concreción. El sábado fue más allá. “Si el Gobierno no soluciona próximamente la situación de los presos del ‘procés’, ERC actuará en consecuencia”, advirtió en RNE. Fuentes del Ejecutivo atribuyen sus palabras a la necesidad de los republicanos de mostrar contundencia con la Moncloa para alcanzar un pacto con JxCat y la CUP. Así que, por el momento, “calma”.