El laberinto catalán

Los 5 escollos que amenazan con hacer embarrancar el pacto ERC-JxCat

A cuatro días de que expire el plazo para la primera votación de investidura, el acuerdo sigue en el aire

La presidenta del Parlament  Laura Borras  amb l expresident de la Generalitat  Quim Torra  i el vicepresident en funcions  Pere Aragones  despres de la sessio de constitucio de la cambra  el 12 de marc de 2021  (Horitzontal) Job Vermeulen ACN

La presidenta del Parlament Laura Borras amb l expresident de la Generalitat Quim Torra i el vicepresident en funcions Pere Aragones despres de la sessio de constitucio de la cambra el 12 de marc de 2021 (Horitzontal) Job Vermeulen ACN / Job Vermeulen

Xabi Barrena
Fidel Masreal
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A cuatro días de la sesión de investidura, o no, de Pere Aragonès para ser el nuevo 'president', el pacto entre partidos independentistas que lo ha de permitir todavía está en el aire debido a una serie de piedras en el camino que deberán de sortear.

Carles Puigdemont, en diciembre del 2020.

Carles Puigdemont, en diciembre del 2020. / EUROPA PRESS

El rol de Puigdemont

El rol de Carles Puigdemont es la raíz del distanciamiento entre ERC y Junts. Una Generalitat con un 'president' que no es posconvergente pone en riesgo la presencia constante del residente en Waterloo. Y quizá por ello, el propio Puigdemont se colocó como cabeza de lista formal para el 14-F, aunque no jugara en campaña el papel central que muchos de los suyos ahora añoran.

Esquerra no reconoce a Puigdemont más allá de que sea un "represaliado" que cuenta con toda su solidaridad. Pero le niega el papel de 'padre moral' del independentismo.

Así las cosas, ERC prefiere que el órgano extragubernamental de decisión del independentismo sea el de siempre, el que forman los tres partidos parlamentarios y las dos entidades, Òmnium Cultural y la ANC. Para ERC, el Consell de la Republica es solo un amuleto más de Puigdemont para desgastar a ERC. En cambio, el 'expresident' y su entorno pelean por que el Consell sea el referente exterior y el gran aglutinador.

Torra y Sánchez, reunidos en el Palacio de la Moncloa, en julio del 2018.

Torra y Sánchez, reunidos en el Palacio de la Moncloa, en julio del 2018. / POOL

La hoja de ruta independentista

ERC afirma que si algo ha aprendido del 'procés' hasta 2017 es que no se debe de fijar una fecha que acabe convirtiéndose en una soga. Para los republicanos, hay un acuerdo "prácticamente cerrado" con Junts por el que se emprenderá la vía del diálogo con el Estado, como mínimo, hasta el final de la legislatura española, a finales de 2023. Llegados a ese punto, sabedores de que los réditos del diálogo serán escasos, se plantea una nueva negociación sobre qué hacer a partir de ese momento.

En cambio, Junts quiere concretar que la alternativa a esa negociación con el Estado, en la que no cree Puigdemont, sea un paso adelante hacia la independencia. JxCat está maniatada por el discurso de Laura Borràs en campaña, que sorprendió incluso a los suyos prometiendo otra declaración de independencia. Así que Junts dice necesitar concreciones: si se prepara otro referéndum unilateral, qué decisiones concretas se tomarán tras un eventual resultado favorable.

Quim Torra y Pere Aragonès en una imagen de archivo de un Consell Executiu. La silla del 'expresident' quedará vacía todo lo que resta de legislatura.

Quim Torra y Pere Aragonès en una imagen de archivo de un Consell Executiu. La silla del 'expresident' quedará vacía todo lo que resta de legislatura. / EFE / QUIQUE GARCIA

El reparto del Govern

La prioridad de ERC, junto con la solución al conflicto con el Estado, es la reconstrucción de Catalunya tras la crisis pandémica. Para ello, el elemento clave son los fondos europeos, que consideran intrínsecamente ligados al 'president'. Y no cederán la gestión de los mismos a Junts, que necesita situar a un vicepresidente o vicepresidenta con poderes económicos, probablemente en manos de Elsa Artadi.

En el pacto de 2017, Esquerra asumió las carteras de mayor peso, como Salut, Educació y Economia, algo de lo que Junts todavía se arrepiente. Del intercambio de cromos con aquello que los republicanos saben que Junts puede desear, como conservar la Conselleria de Territori o ganar carteras sociales, dependerá que se desencalle la negociación. El diálogo no se ceñirá a los nombres de los departamentos, sino que incluirá un puzle de direcciones generales. Y el control de los medios públicos de comunicación cotiza como una 'conselleria'.

Diputados electos de la CUP, junto a otros miembros de la formación.

Diputados electos de la CUP, junto a otros miembros de la formación. / EFE / Enric Fontcuberta

El papel de la CUP

Los republicanos vierten grandes esperanzas en que la CUP les ayude a vencer la resistencia de Junts y poder decantar la obra de Govern hacia la izquierda. Así se ha de interpretar el preacuerdo alcanzado este domingo entre ERC y la CUP en materia social y también respecto a la hoja de ruta independentista. En cambio, la CUP ha echado en falta concreción de JxCat en sus conversaciones. Los de Puigdemont han tratado de hacer pinza con los cupaires para exigir una mayor concreción en los planes hacia la independencia.

Con todo, Esquerra no tiene garantizado que pueda contar con el apoyo anticapitalista en la primera votación de la investidura de Aragonès, a la espera de lo que decidan las asambleas de los antisistema a partir del próximo miércoles. Una opción alternativa sería que en segunda votación, por mayoría simple, el republicano sí sea investido.

Laura Borràs preside la reunión de la nueva Mesa del Parlament.

Laura Borràs preside la reunión de la nueva Mesa del Parlament. / EUROPA PRESS / David Zorrakino

La función del Parlament

Que Laura Borràs presida la Cámara es sinónimo de una voluntad, de nuevo, de situar al Parlament como batalla insumisa ante las leyes y las resoluciones judiciales del Estado. Falta por ver qué actitud tomará ERC, si la de rehuir los "fuegos de artificio", como se tildaron en su día a estas acciones simbólicas sin apenas beneficio práctico, o entrar en el juego, concentrando en la Cámara la desobediencia y descargar al Govern de estas batallas. Borràs y Junts cuentan con que, de entrada, Esquerra permita el voto delegado del 'exconseller' Lluís Puig, diputado y residente en Bélgica. Pero ERC y el PSC también suman mayoría en la Mesa del Parlament. Por ello, JxCat quiere atar un pacto por el que entre independentistas no habrá disidencias.

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