Las negociaciones para la formación del Govern

JxCat presiona a ERC con el amago de retrasar la investidura de Aragonès

Los posconvergentes se plantean que Borràs no postule al candidato de Esquerra para el día 26

Los republicanos se muestran "tranquilos" y tildan la maniobra de "chantaje negociador"

La presidenta del Parlament  Laura Borras  amb l expresident de la Generalitat  Quim Torra  i el vicepresident en funcions  Pere Aragones  despres de la sessio de constitucio de la cambra  el 12 de marc de 2021  (Horitzontal) Job Vermeulen ACN

La presidenta del Parlament Laura Borras amb l expresident de la Generalitat Quim Torra i el vicepresident en funcions Pere Aragones despres de la sessio de constitucio de la cambra el 12 de marc de 2021 (Horitzontal) Job Vermeulen ACN / Job Vermeulen

Xabi Barrena
Fidel Masreal
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Junts per Catalunya no garantiza investir a Pere Aragonès como 'president' la próxima semana. El partido de Puigdemont argumenta que ERC no ha concretado su plan independentista. Añade que los republicanos dilatan las negociaciones y sostiene que todo está todavía en el aire, por lo que puede ser mejor esperar unas semanas más que cerrar en falso un acuerdo en los próximos días. Eso sí, la amenaza es aventada a través de los medios de comunicación y no comunicada directamente a los republicanos.

Las fuentes consultadas de Junts, dentro y fuera del Govern, argumentan que pese a que ERC ha dado sus votos a Laura Borràs, de JxCat, para que sea presidenta del Parlament, ellos no tienen la obligación todavía de dar el 'sí' a Aragonès. Obviamente, los republicanos lo entienden de otro modo. Creen que hay un pacto, espejo del de 2017, que obliga a los posconvergentes a investir al candidato de Esquerra, a menos que rompan su palabra. Y si ello sucede "lo tendrán que explicar muy y muy bien".

Junts exige a ERC más compromiso con la hoja de ruta independentista. E incluso explican que las reuniones negociadoras no se están llevando a cabo con la intensidad que sería lógica por parte de los republicanos. En Esquerra afirman estar "muy tranquilos": "Lo estamos haciendo todo nosotros", dicen. Eso sí, aseveran que todavía no alcanzan a comprender qué quiere JxCat "porque no lo saben ni ellos". De todo el ruido sobre ese presunto "acto equivalente" a una votación de investidura que podría efectuar Borràs, ERC extrae que es un "chantaje negociador". "Otro más. Estamos acostumbrados", lamentan. Cabe recordar, asimismo, la denuncia en su día de la CUP de que los posconvergentes gustaban de alargar "las negociaciones al máximo para obtener mayores réditos".

El plan b de ERC

Siempre según la versión de dirigentes conocedores de las conversaciones, todo está en el aire. Falta saber, aseguran en Junts, cual es el plan b de ERC si la estrategia de negociar con el Gobierno central no da frutos. Junts sigue poniendo sobre la mesa la vía de lo que llama la "confrontación inteligente". Los republicanos, por contra, acusan a Junts de obviar la triple crisis pandémica en las negociaciones y aseveran que el capítulo de la nueva hoja de ruta está "prácticamente" pactado.

El mensaje en Junts es el de que no pueden volverse a repetirse las batallas constantes entre independentistas que han protagonizado los últimos años. Por ello consideran prioritario atar un buen acuerdo antes que un acuerdo urgente, pese al contexto de covid y crisis socioeconómica. Junts batallará por una hoja de ruta ambiciosa y por un frente común en Madrid, algo que ERC, que triplica los escaños de los puigdemontistas en el Congreso, pone muy en cuarentena.

Malestar con Serret

Los recelos son constantes. Por ejemplo, en el entorno de Puigdemont en Waterloo no ha gustado nada que la 'exconsellera' de Agricultura, Meritxell Serret, de ERC, decidiera de incógnito presentarse ante el Supremo en Madrid tras un periodo en Bélgica. Esta actitud rompe la estrategia de los desplazados al extranjero, porque entre otras razones estos no reconocen la autoridad del Supremo para juzgarlos. Que Serret se haya puesto a disposición del alto tribunal descoloca y enoja a los de Puigdemont, y no lo disimulan.

En paralelo, Junts vive el inicio de un proceso interno de digestión de la derrota por la mínima respecto a ERC. Cada vez es más generalizada la tesis de que Borràs, candidata a presidenta, no repetirá en el futuro y para ella se ha diseñado un retiro dorado en el Parlament. De ahí que los interrogantes internos sobre liderazgos futuros son, aunque prematuros, una evidencia. Empezando por las elecciones municipales en Barcelona dentro de dos años si, como es previsible, la concejala Elsa Artadi vuelve al Govern para pilotar la vicepresidencia del Ejecutivo de Aragonès.

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