Casado ensaya con Bárcenas su 'operación silencio'

Casado pidió a los dirigentes de su partido el 16 de febrero que no den ninguna explicación sobre los escándalos del “pasado”

Los populares temen que lo peor llegue a partir de la próxima semana, cuando se active la ‘comisión Kitchen’ con la declaración del extesorero

casado mascarilla

casado mascarilla / Efe / Mariscal

Pilar Santos

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"Desde hoy, esta dirección nacional no va a volver a dar explicaciones sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o incluso haya podido perjudicarle. Sencillamente no nos lo podemos permitir con el calendario judicial que se avecina. El coste electoral ha sido y es tremendo". Esto es lo que pidió Pablo Casado a sus compañeros de partido el 16 de febrero, dos días después del hundimiento del PP de Catalunya en las elecciones al Parlament. De aquella intervención ante el comité ejecutivo nacional quedaron dos titulares: esa petición a los dirigentes de su partido y el anuncio de que dejarán la sede de la calle Génova.

Con el cambio de edificio todavía por concretar, los altos cargos del partido podrán empezar este lunes a ensayar la estrategia de hacer el vacío a la corrupción del pasado. La reforma de la sede se está juzgando ahora en los tribunales y, a primera hora, el extesorero Luis Bárcenas se enfrentará al interrogatorio como acusado por el presunto pago de esas obras con dinero de la 'caja b'. Casado quiere dejar de preocuparse de "delincuentes" como él y quiere ocuparse de los planes de "futuro" que propone a los españoles como alternativa a Pedro Sánchez, y ha dado la indicación de "no hablar" del asunto.  

En Génova inquieta más la erosión política en el Congreso y la presión de los dirigentes de Vox

Sin pruebas

En todo caso, la declaración en la Audiencia Nacional no es lo que más preocupa al equipo de Casado. A fin de cuentas, en un escrito a la fiscalía que remitió en plena campaña de las catalanas, el extesorero admitió que no tenía pruebas de que su antecesor en la tesorería, Álvaro Lapuerta, y él negociaron con la empresa Unifica "pagar parte de la ejecución" de las obras en negro. Y no las tiene porque, según asegura, se las robaron en la 'operación Kitchen', la que el Gobierno de Mariano Rajoy montó a cargo de fondos reservados para sustraer a Bárcenas cualquier documento que pudiera acreditar la financiación irregular del PP.

Esa operación, que todavía se está analizando en la Audiencia Nacional, ha propiciado que los grupos parlamentarios lancen una comisión de investigación que echará a andar, el día 17, con Bárcenas precisamente de primer compareciente. Esos debates en el Congreso de los Diputados, admiten fuentes de la dirección, inquietan más al líder del PP que la declaración de este lunes, ya que tomarán la palabra todos los grupos parlamentarios, incluido Vox, su contrincante a la derecha que no tiene lastres de corrupción ni errores de gestión.

La erosión al PP de esa comisión, además, se mantendrá en el tiempo, ya que se ha solicitado una prórroga para poder seguir trabajando hasta el verano. Después de Bárcenas pasarán por ella, entre otros, Rajoy; la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría; el comisario jubilado José Manuel Villarejo; el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y su exsecretario de Estado Francisco Martínez, y la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal. Cuando todo acabe se podrá ver si la 'operación silencio' de Casado ha tenido éxito.

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