Ola de violencia

Los Mossos atribuyen intento de homicidio a los 8 anarquistas detenidos por los distubios

El mayor Trapero se reúne con más de 200 mandos y les pide una respuesta "profesional y sin estridencias"

La policía autonómica cree que los arrestados por los disturbios del sábado actuaban como "grupo organizado"

Los Mossos atribuyen tentativa de homicidio a los ocho anarquistas detenidos

Jose Rico

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Después de dos semanas en medio de dos huracanes, el de los disturbios y el de las negociaciones para formar Govern, los Mossos d'Esquadra se han reivindicado este martes de manera contundente, en pleno abierto sobre el modelo de orden público en Catalunya y el compromiso de ERC y la CUP de abordar su revisión en la legislatura en ciernes. Y ha sido una figura tan venerada por unos como incómoda para otros como el mayor de la policía autonómica, Josep Lluís Trapero, el encargado de defender la labor y la profesionalidad de sus agentes durante los altercados por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

Trapero ha reunido a más de 200 mandos del cuerpo, desde jefes de área hasta la cúpula, en un cónclave en el que, según fuentes consultadas por Efe, el 'conseller' de Interior, Miquel Sàmper, también ha intervenido para agradecer el "buen trabajo" de los Mossos. El mayor ha pedido a los agentes que den en todo momento una respuesta "tranquila y profesional" a los altercados y, sin rehuir la autocrítica, les ha emplazado a rendir cuentas con "transparencia", pero "sin estridencias".

En un mensaje que puede interpretarse como un recado a los partidos que reclaman cambios en el modelo de orden público, Trapero ha dejado claro, según fuentes citadas por la ACN, que "esta crisis es social, y no policial", por lo que los Mossos no son los responsables de haberla provocado. En declaraciones a Efe, el comisario portavoz de los Mossos, Joan Carles Molinero, ha subrayado que los agentes desarrollarán su trabajo siempre tratando de aislarse del "ruido mediático y político", que, según algunos intervinientes, intenta desgastar al cuerpo y ponerles en tensión.

Por un debate sereno

"Somos una policía profesional y haremos lo que hemos hecho siempre: un proceso interno de auditoría, de propuestas de mejora y de adaptación a las circunstancias que estamos viviendo, rehuyendo el ruido mediático y político", ha defendido Molinero. Según ha explicado, los mandos que han intervenido en la reunión no se han opuesto a mejorar el sistema actual, pero han pedido que los cambios sean fruto de un debate "reflexivo, tranquilo y sereno", y siempre a medio y largo plazo, y analizando pros y contras de cada medida.

"No podemos decir que mañana dejamos el foam (los proyectiles de precisión) y pasamos a los tanques de agua o al gas pimienta sin reflexionar. Debemos tener sobre la mesa todos los elementos con objetividad", ha reclamado el portavoz de los Mossos en referencia a la exigencia de la CUP de prohibir el uso de las balas de foam, como la que supuestamente mutiló un ojo a una manifestantes el primer día de protestas en Barcelona.

Las críticas de algunos partidos a los Mossos se han ido suavizando a medida que el grado de violencia se iba haciendo mayor en las calles. El Gobierno central ha reclamado una respuesta policial firme a lo que definió como "guerrillas callejeras". La portavoz del Ejecutivo catalán, Meritxell Budó, ha rebajado un poco más la contundencia con la que su formación, Junts, se despachó en un primer momento contra los agentes y pidió un debate "silencioso" sobre el modelo policial, avalando incluso el uso de balas de foam.

Para obligar a todas las fuerzas a posicionarse, el PSC ha decidido impulsar en todos los ayuntamientos declaraciones de apoyo a los Mossos y a los comerciantes que han sufrido "actos de vandalismo".

Grupos organizados

Por lo que respecta a la investigación de los altercados, los Mossos atribuyen un delito de tentativa de homicidio a los ocho supuestos miembros de un grupo anarquista "organizado", que ya dan por desarticulado, que detuvieron tras los disturbios del pasado sábado en Barcelona, donde quemaron una furgoneta de la Guardia Urbana con un agente dentro.

Los ocho detenidos son cinco hombres y tres mujeres, todos ellos mayores de edad, que este martes han pasado a disposición judicial, en una causa en que la policía catalana también les atribuye los delitos de pertenencia a grupo criminal, desórdenes públicos y daños.

El 'conseller' de Interior, Miquel Sàmper, desveló el lunes que de la quincena de detenidos en los incidentes del pasado fin de semana en Barcelona, en que un grupo de personas incendió una furgoneta de la Guardia Urbana con un agente dentro, que pudo salir ileso, siete eran de un grupo anarquista que actuaba con violencia.

Según los Mossos, al final han sido ocho los detenidos de este grupo, que dan por desarticulado, y que actuaban "conjuntamente" y con un "grado de violencia muy elevado", dañando entidades bancarias, comercios, mobiliario urbano e incendiando un vehículo de la Urbana con un agente dentro.

En concreto, según los Mossos, de los 14 detenidos el pasado sábado en los disturbios en las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, ocho formaban parte de este grupo organizado que supuestamente lideró los actos vandálicos más graves ocurridos en la capital catalana.

Seis italianos

Estos ocho detenidos han pasado esta mañana a disposición judicial: seis son de nacionalidad italiana, uno francés y otro español, según la policía catalana. Según los Mossos, en las últimas movilizaciones detectaron la existencia de un grupo muy activo que actuaba con un alto nivel de organización, cometiendo "acciones agresivas y violentas" hacia la policía.

Además, actuaban siempre en grupo, ya que mientras algunos realizaban la acción vandálica el resto les protegían y les daban cobertura y la vía de salida para evitar su detención, según la policía catalana.

Los Mossos han detallado además que los ocho detenidos tomaban medidas de seguridad y autoprotección para evadir la acción policial, con lo que aprovechaban la gran cantidad de personas congregadas para promover la acción violenta y generar la máxima confusión posible para dificultar la acción por parte de la policía.

Registros en naves

Ante esta situación, los Mossos desplegaron el pasado sábado un dispositivo específico para poder neutralizar a este grupo, lo que acabó con la detención de siete de sus supuestos integrantes, a los que posteriormente se añadió un octavo.

Tras las detenciones, agentes de la Comisaría General de Información de los Mossos registraron dos naves industriales ocupadas situadas en Canet de Mar y Mataró, en la comarca barcelonesa del Maresme, en presencia de los arrestados, para recoger pruebas e indicios que los relacionen con su supuesta trayectoria delictiva. Los Mossos d'Esquadra mantienen la investigación abierta y no descartan más detenciones.