Actuación cuestionada por el Govern

Trapero y los Mossos cierran filas ante las críticas de JxCat y la CUP

Trapero defiende a ultranza la labor de la policía frente a las críticas del propio 'conseller' de Interior y de JxCat

Dirigentes de Junts cuestionan en privado las críticas y los sindicatos policiales claman contra la politización del cuerpo

Limpian las pintadas y reparan los destrozos de la comisaría de Mossos de Vic tras los incidentes por la detención de Pablo Hásel

Limpian las pintadas y reparan los destrozos de la comisaría de Mossos de Vic tras los incidentes por la detención de Pablo Hásel. /

Fidel Masreal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los Mossos d'Esquadra, de nuevo, en el centro de un huracán de intereses políticos, discursos contradictorios, protesta social, violencia y destrozos, el uso de balas de foam para dispersar a manifestantes y un notable divorcio entre los agentes y sus mandos, por un lado, y el nuevo 'conseller' y los partidos del Govern, por otro. Todo ello en un contexto de tensión, dada la previsión de nuevas movilizaciones, y una evidencia: una joven que ha perdido un ojo supuestamente por un disparo de una bala de foam de la policía.

La situación del cuerpo autonómico, un logro de autogobierno del nacionalismo catalán, lleva meses deteriorándose políticamente. Por un lado, el partido del Govern que pilota la 'conselleria', Junts per Catalunya, ha hecho bandera de las posiciones más radicales contra la actuación policial. Pidió la dimisión del 'conseller' Miquel Buch, de Junts, y forzó, a través del 'expresident' Quim Torra, investigaciones internas. Torra tardó en condenar la violencia de los manifestantes. Y la investigación interna, definida como la mayor auditoría a los Mossos, acabó con escasas concreciones.

A estos precedentes puede sumarse los de la huelga general de 2012 y el polémico desalojo de los indignados de la plaza de Catalunya de Barcelona, ordenado por el entonces 'conseller' Felip Puig, entre otros. El 'caso Ester Quintana', la mujer que perdió un ojo por una bala de goma, motivó ya entonces una voluntad de revisión del modelo de seguridad pública.

Revisar o no revisar

El momento culminante de la actual tensión política y policial se produjo este jueves. Después de que el director general de los Mossos, Pere Ferrer, afirmase que "no es el momento" de hablar de cambio de modelo policial, Junts lanzó un comunicado contra la actuación de los Mossos y, al mismo tiempo, el 'conseller' de Interior, Miquel Sàmper, también pedía una revisión "urgente" e "inaplazable" del modelo de orden público. Sectores de Junts no escondían este viernes su discrepancia con esta posición política.

Horas después, los Mossos cerraban filas de forma contundente. Primero, con una reunión de la cúpula de los agentes, a instancia del mayor, Josep Lluís Trapero, en la que se defendió la actuación de los agentes y se pidió evitar los "silencios y el ruido" a su alrededor. Es más, según citaba la agencia Efe de fuentes presentes en la reunión, en la misma no se ha entrado a fondo del debate político suscitado alrededor de la actuación de los Mossos, aunque uno de los mandos ha tomado la palabra para pedir que el cuerpo se conjure para "aislarse del silencio y del ruido" que rodea sus intervenciones.

Aragonès, templado

El otro partido del Govern y vencedor de las elecciones, ERC, optó este viernes por una posición templada: Disposición a "fortalecer" el modelo policial, como afirmó en una rueda de prensa el dirigente de Esquerra, vicepresidente del Govern en funciones de 'president', Pere Aragonès. La republicana Marta Vilalta sí explicitó la voluntad de acometer "un cambio de modelo de seguridad pública" en favor de la mediación.

Mensajes, el de Vilalta y el de Junts, en un contexto de negociaciones políticas para atraer a la CUP a un pacto de gobierno, mientras los anticapitalistas han reclamado de nuevo la dimisión del 'conseller' de Interior, como hicieron con sus antecesores, y la eliminación de la Brigada Mòbil (los antidisturbios) de los Mossos.

Indignación sindical

Los sindicatos policiales levantaron también la voz de una manera todavía más contundente que en anteriores ocasiones. Jordi Silva, representante del sindicato de mandos, en declaraciones a TV-3, describía a un cuerpo policial "cansado y desesperado por la clase política", y replicaba a la petición de un cambio de modelo policial: "Hablemos del modelo social que estamos creando, grupos esperando para quemarlo todo, hacer barricadas, atacar a la policía...".

Toni Castejón, del sindicato Fepol, también cerró filas: "Los compañeros están trabajando bien, con las herramientas que tenemos, hacemos". "No puede ser que políticamente se nos esté cuestionando. Los Mossos no son el problema, sino la solución", añadió.