La resaca electoral

El PDECat, entre la desaparición y el resistencialismo

El partido abre una "reflexión" sobre su futuro y convoca una reunión extraordinaria para tomar "decisiones"

Votación de Àngels Chacon

Votación de Àngels Chacon. /

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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El PDECat reunió a su dirección este lunes bajo el signo de la derrota evidente. La respuesta ahora mismo es que el partido sigue dispuesto a seguir existiendo. Por ahora, porque es evidente que el debate interno existe y existirá porque la condición de fuerza extraparlamentaria deja a la posconvergencia tocada política y económicamente. Tocada y hundida, según algunos destacados dirigentes de este espacio.

La candidata, Àngels Chacón, compareció el domingo para afirmar la voluntad del partido de no cerrar la persiana. Apeló a una carrera de fondo de un partido con proyecto. Este lunes, en clave voluntarista, el presidente del partido, David Bonvehí, afirmó que existe un "espacio electoral" (77.000 votos) en Catalunya pese a no haber obtenido ni un solo escaño.

Internamente, hay dirigentes que apelan a los casi 200 alcaldes posconvergentes para mantener la voluntad de supervivencia. Y siguen afirmando que Junts per Catalunya (su principal rival y adversario) tiene un futuro poco halagüeño. En cambio, otros asumen en privado que la supervivencia del PDECat está en el aire. El propio Bonvehí anunció la celebración de un consejo nacional (máximo órgano de dirección entre congresos) de forma inminente para tomar "las decisiones que como partido se tengan que tomar".

Una vida tortuosa

Desde el nacimiento del partido heredero de Convergència, la navegación ha sido siempre tortuosa, ante una marejada de pugnas internas entre familias que han hecho estallar en mil pedazos ese espacio político. El 'expresident' Carles Puigdemont ha ido ganando todas las batallas internas. Los defensores de mantener un espacio vivo con la bandera del independentismo de centroderecha se atrincheraron en un partido que perdió buena parte de sus cuadros y a los presos independentistas, y se quedó con el 'expresident' Artur Mas como única referencia destacada.

Las dificultades han sido constantes. La mala situación económica, la falta de un liderazgo electoral claro, la decisión del partido de Puigdemont de apropiarse del nombre de Junts y la ruptura interna respecto al PNC de la exconvergente Marta Pascal, que ha quedado todavía en una mayor irrelevancia política en estas elecciones.

Mientras en Junts sostienen que la formación de Bonvehí había cerrado un pacto verbal para concurrir unidos a las elecciones, la dirección del PDECat sostuvo que debía emprender una travesía del desierto. El jarro de agua fría de este domingo ha sido doble, dado que en los últimos días de campaña los posconvergentes se mostraban convencidos de que lograrían entrar en el Parlament.

Las opciones, según las voces consultadas, pasan por dos vías. O el atrincheramiento en el municipalismo o una refundación absoluta de un espacio político que, pese a conservar los derechos electorales, se ve ahora abocado a problemas de financiación severos con la espada de Damocles de los juicios por corrupción de la antigua Convergència, a la que Chacón ha reivindicado como referente.