Demandas para el 14-F

La hostelería catalana exigirá al ganador de las elecciones una gestión de la pandemia sin cierres

La restauración y el ocio se quejan de la ausencia de diálogo con el Govern durante la crisis sanitaria y piden imaginación para equilibrar salud y economía

Los hoteleros reclaman el compromiso de acelerar el plan de vacunación para lograr la confianza del viajero y salvar el verano

Un camarero recoge una mesa de una terraza de un restaurante del barrio de la Barceloneta.

Un camarero recoge una mesa de una terraza de un restaurante del barrio de la Barceloneta. / Efe / Quique Garcia

Patricia Castán

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A Silvia M., camarera de 37 años “en modo erte” desde hace 10 meses, las palabras de los políticos desde los telediarios le suenan a ruido de fondo. Ha perdido, en este orden, la confianza en los partidos, la fe en la gestión de la crisis sanitaria, la ilusión por el reparto masivo de vacunas y la esperanza por volver a trabajar este verano en el bar-restaurante del Eixample donde llevaba un par de años y donde solo una cuarta planta de la plantilla sigue activa, relata a este diario. Ve la remontada tan larga y a los candidatos “tan lejos de las necesidades de sectores como la hostelería”, que el domingo no irá a votar. ¿Qué les pediría si le fueran a hacer caso? “Tan solo que nos escuchen; deciden sobre nosotros desde sus despachos y sin tocar su sueldo. Con la que está cayendo, en lugar de proponer soluciones para salir de esto, solo discuten sobre quién es más independentista o más constitucionalista que el otro y con quién pactarán. Es vergonzoso”, opina.

El desencanto en uno de los sectores más tocados por la crisis y las consiguientes restricciones se palpa desde esta voz casi anónima hasta la primera fila de los chefs y empresarios. Albert Raurich ha pospuesto una y mil veces la reapertura del Dos Palillos porque ni un Nobel de Matemáticas podría ver las cifras de explotación más claras que él: inviables. Así resultan la mayoría de negocios en el actual marco de actuación en pandemia del Govern. Por eso, su demanda es clara: “Solo pido a quien gane que gobierne”.

"Empobrecimiento de Barcelona y Catalunya"

La ligera ampliación horaria iniciada esta semana en la hostelería les suena a broma. El Gremi de Restauració de Barcelona alerta del proceso de “empobrecimiento de Barcelona y Catalunya”, en boca de su director general, Roger Pallarols. Quiere confiar en que cualquier cambio “sea para bien y para salir de una etapa negra”. Lo primero que harán con el ganador será pedir una reunión para detallarle cara a cara la situación “crítica” de la restauración, que les dejen de pedir sacrificios, que se estabilice la actividad con horarios más amplios y que “se frene en seco el proceso de destrucción empresarial”.

La otra exigencia obvia será ampliar las ayudas directas para paliar el endeudamiento, así como "dejar de discriminar a los centros comerciales", aún en el dique seco. Para Pallarols, otra clave para quien forme gobierno será “abordar la grave crisis que vive Barcelona” para que vuelva a ser una ciudad de éxito, defiende.

Y si la capital catalana pasa por un mal momento, el resto del territorio también se ve en jaque. Francesc Pintado, al frente de la patronal de Tarragona, obviando reiterar los reproches de los últimos meses, pide a gritos el equivalente a un pasaporte sanitario “que permita la movilidad a quien se ha vacunado, ha pasado el covid o se acaba de realizar una prueba negativa”. Rechaza de plano un nuevo cierre o más limitaciones generalizadas, cuando hay “fórmulas más imaginativas para que convivan la pandemia y la economía”. Su propuesta, que se articularía mediante una app que podría derivar del CatSalut, daría alas “por ejemplo a localidades de las Terres de l’Ebre que no han tenido casos y sufren las mismas restricciones que otros municipios muy afectados”, ilustra, tras haber presentado ya la petición al ‘conseller’ Tremosa.

Pendientes de un hilo

Peor aún que la hostelería está el subsector del ocio nocturno, apagado desde hace meses sin la menor rendija de actividad y que afecta a 37.000 trabajadores en Catalunya. Las federaciones empresariales de ese ámbito se han cansado de apelar a un interlocutor desde manifestaciones y movilizaciones. Al margen de las aperturas, la Fecalon apela a un plan de ayudas económicas urgente y, con la vista en el futuro, que se faciliten “nuevas licencias menos restrictivas en los planes de usos urbanísticos” para tener opciones de negocio.

Quim Boadas, desde la Fecasarm, clama por más “empatía”, “gane quien gana”. El primer paso debería ser “dejar de criminalizar al sector”, mantiene. Abogan por un Govern “valiente y trabajador, dispuesto a pensar en alternativas a los cierres y a hacer compatibles los avances científicos con la actividad del ocio y la salud”. A su juicio, también ha de apretar al gobierno central para oxigenar al sector en materia tributaria y de ayudas directas, compensando “la arbitrariedad y desproporción de las restricciones”.

 En el mismo triángulo de una crisis sanitaria que paraliza vida social y viajes está el alojamiento. En los últimos meses, las restricciones perimetrales y horarias han golpeado aún más a los hoteles que se habían atrevido a reabrir. En plena capital catalana, apenas un 24% siguen activos y los planes de retorno del resto peligran en la misma medida que el plan de vacunas se retrasa. El director del Gremi d'Hotels de Barcelona, Manel Casals, cree que el nuevo Govern tendrá que redoblar la presión a Madrid para lograr ayudas directas para su sector, pero sobre todo incide en la necesidad de acelerar a toda costa la vacunación, ya que es la única forma de "devolver la confianza al viajero" y hacer que vuelva a Catalunya como "destino seguro". Solo esa vía podría llegar a salvar la campaña de verano, que muchos ya dan por perdida.

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