COMITÉ FEDERAL DEL PSOE EN BARCELONA

Sánchez impulsa a Illa: "Es el cambio que no se puede impedir"

El líder socialista acusa al independentismo y la derecha de “inventarse trucos” para aplazar los comicios por “temor” al candidato del PSC

El presidente del Gobierno reivindica el “verdero exilio” y trufa su discurso de dardos contra Pablo Iglesias tras las últimas polémicas

El todavía ministro de Sanidad se presenta como el aspirante del "reencuentro" para "pasar página" del 'procés'

Comité Central del PSOE que se celebra en Barcelona

Comité Central del PSOE que se celebra en Barcelona

Juan Ruiz Sierra
Júlia Regué
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pedro Sánchez mostró este sábado, durante el comité federal del PSOE celebrado en Barcelona, su absoluta confianza en el desenlace de las elecciones catalanas, que en principio se celebrarán el 14 de febrero: la victoria y posterior investidura como ‘president’ de Salvador Illa, candidato del PSC y todavía ministro de Sanidad. Las encuestas, al menos las últimas, indican que el triunfo del socialista catalán en las urnas es posible, pese a que los pactos posteriores se anticipan muy complicados. Pero Sánchez no dudó. Habrá “cambio”.  

La posibilidad de que los comicios tengan lugar dentro de tres semanas está cada vez más cerca, tras la decisión del Tribunal de Justícia de Catalunya (TSJC) de suspender cautelarmente el aplazamiento, hasta el 30 de mayo, aprobado por el Govern . Todavía falta que los magistrados tomen su decisión definitiva (se han dado de tiempo hasta el 8 de febrero), así que Sánchez no dio por hecho que las elecciones serán el 14-F. Pero sí acusó a los rivales de los socialistas catalanes de inventarse “trucos” por "temor" al empuje del ministro, que dejará el Gobierno la semana que viene. 

"Cuando ha llegado la hora, se puede atrasar el cambio, pero no se puede impedir. Y ese cambio se llama Salvador Illa"

— Pedro Sánchez, líder del PSOE

“Las fechas son lo de menos. Lo importante es el respeto a las reglas democráticas. Y aún más importante es que Catalunya cierre cuanto antes un ciclo estéril, una década fracasada, y abra paso a un tiempo nuevo. Es inútil de que sigan inventando trucos. Cuando ha llegado la hora, se puede atrasar el cambio, pero no se puede impedir. Y ese cambio se llama Salvador Illa”, dijo Sánchez durante un comité federal atípico. Por su enclave: en Barcelona en lugar de Madrid. Y por su formato: telemático, con muy pocos participantes presenciales. Entre ellos, Miquel Iceta, líder del PSC, Illa y Sánchez.

Sin "revanchas"

Si Sánchez usó la palabra "cambio", Illa empleó "reencuentro". En unas breves palabras, dijo ser un aspirante para "pasar página" a una década "perdida" por el 'procés'. "No voy a preguntar a nadie qué ha hecho estos últimos diez años, no pienso ajustar cuentas con nadie. Creo en una Catalunya sin revanchas y que se centra de verdad en lo que importa: el trabajo digno, la sanidad pública y los avances sociales", insistió.

"No voy a preguntar a nadie qué ha hecho en los últimos diez años. Creo en una Catalunya sin revanchas"

— Salvador Illa, candidato del PSC

“Salvador garantiza trabajo y buena fe. Es curioso. Desde que se conociera la candidatura de Salvador, muchos han hablado del ‘factor Illa’. Hay quien trata de cuantificarlo. Unos lo observan con temor, como estamos viendo no solamente en los independentistas sino también en esa derecha. Otros con una enorme ilusión”, dijo el presidente del Gobierno, que también dedicó varios minutos a ensalzar la “generosidad” de Iceta. 

El pasado noviembre, el primer secretario de los socialistas catalanes comunicó a Sánchez su intención de dejar paso a Illa, ante su mejor valoración en el electorado. Pero ambos, junto al propio Illa, se comprometieron a no decir nada sobre el cambio planeado hasta finales del pasado año, negando el relevo en la candidatura, que cogió por sorpresa a sus rivales. Por eso, dicen los socialistas, han intentado retrasar los comicios del 14 de febrero. El independentismo, en cambio, argumenta que el aplazamiento es casi obligado, debido a los malos datos en la autonomía, que en las últimas 24 horas ha diagnosticado 3.809 nuevos contagios y ha sumado 70 muertes. Según su relato, el Gobierno se niega ahora a adelantar el toque de queda y estudiar un posible confinamiento, como piden varios territorios, para evitar quedarse sin argumentos contra la suspensión de los comicios catalanes. 

Cargas contra Podemos

Pero Sánchez, en su discurso (largo, de casi una hora), no solo se detuvo en Catalunya. Habló de la situación de la pandemia, pasando de puntillas por la tercera ola y mostrando su optimismo tras la llegada de la vacuna. Del próximo congreso del PSOE, que se celebrará en octubre. Y de la necesidad de que España aproveche esta difícil coyuntura para iniciar su “transformación”. El presidente también lanzó varios dardos a su socio en el Gobierno, Pablo Iglesias. 

Sobre todo, por las polémica palabras que el vicepresidente segundo y líder de Podemos pronunció hace unos días en La Sexta, en las que consideró que la situación de Carles Puigdemont y la del exilio republicano eran comparables. Primero, Sánchez reivindicó ese exilio. “Se fueron porque defendían la legalidad democrática. Lo dieron todo, incluso su vida, por la libertad. Tenemos una deuda con aquellas gentes”, dijo. Y después, cuando recordó la génesis del PSOE, añadió: “Somos un partido que ha sobrevivido a la persecución y al exilio. Hablo del verdadero exilio”.

La otra carga contra Iglesias tuvo que ver con la posición tradicional del líder de Podemos, basada en dibujar un escenario en el que son siempre los morados quienes fuerzan al PSOE a tomar medidas ambiciosas, verdaderamente de izquierdas. Frente a las "barricadas" y los "paraísos prometidos", Sánchez defendió la izquierda realista del PSOE. “Somos la izquierda que apuesta por la unidad de la izquierda. Es un orgullo poder decir que somos la izquierda. Todos sabemos lo que esto significa”, concluyó.