En clave Madrid

España tensa y entre dos olas

El país se congela y evidencia nuevas urgencias y polémicas justo cuando los políticos preparaban otras batallas

La declaración de Madrid como zona catastrófica, la gestión de 'Filomena' y la subida de la luz, nuevas banderas del PP

El precio de la electricidad en mitad de un temporal y de una crisis sanitaria vuelve a enfrentar a Podemos con el PSOE

Gemma Robles

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La política va al ralentí en este comienzo de año. Nuestros gobernantes y parlamentarios no encuentran la manera de recuperar una ansiada normalidad en sus agendas y tratan, simplemente, de sortear la incertidumbre. Que si aquí confino unos territorios o cierro más comercios; que si allá presido un comité de crisis de Protección Civil o critico la gestión (la ajena, claro).

Estamos en una España entre dos olas: la de frío, que nos ha (casi) obligado a encerrarnos de nuevo y plantea nuevos desafíos en un momento crítico y la (tercera) de la devastadora pandemia, cuyas cifras de contagio continúan siendo indigeribles.                             

 Eso ni significa que no haya planes de gobernanza y de oposición sobre la mesa de todas las administraciones y organizaciones. Haberlos, haylos. Por existir, existen hasta proyectos electorales en Catalunya y en las sedes de los principales partidos. Hasta hay pendiente una remodelación en el Gobierno central que hipotéticamente (sí, hipotéticamente, que con Pedro Sánchez el factor sorpresa/riesgo siempre cotiza al alza) afectará a dos ministerios, incluyendo al que todavía pilota el candidato socialista Salvador Illa.

Pero… de pronto nieva realidad y surgen nuevas y urgentes prioridades. Más incertidumbre sobre la incertidumbre a sortear.

Filomena, ¿catastrófica?

El virus sigue devorando salud y recursos, además de expectativas, pese a la esperanza de las vacunas. Y ‘Filomena’, con aires de hacer historia sobre nuestras gélidas y tensas espaldas, amenaza con sumar tensiones especialmente para los sanitarios y trabajadores esenciales. El temporal no ha terminado y se desplaza hacia el noreste del país. Prudencia.

No será hasta final de la próxima semana cuando pueda cuantificarse, hasta donde sea cuantificable, cuál es el coste humano y económico real de esta borrasca, aunque ya hay quien con unos cálculos preliminares estima que Madrid puede merecer el trato zona catastrófica... atentos a esto.

Ha sido el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, quien ha sugerido esta posibilidad. Lo ha hecho con buen tono, entre llamada y reunión; entre comparecencia y visita a alguna unidad de ayuda en unas horas frenéticas para él. No ha parado. No para. Evita (de momento) actuar como portavoz del PP y se ciñe a su papel de regidor, agradeciendo al Ejecutivo de Sánchez su colaboración y pidiendo, eso sí, más efectivos militares para poder desbloquear cuanto antes la ciudad.

Eso, mientras la presidenta regional desempeñaba esta vez un papel más discreto y el líder de su partido, Pablo Casado, cogía la pala y retiraba nieve de la puerta de centros sanitarios –así lo hicieron saber los populares a la prensa facilitando imágenes-.

Todo esto no ha impedido que otros dirigentes del PP hayan ido tirando, con mediana intensidad, dardos al presidente Sánchez, a quien acusan de haber estado desaparecido demasiado tiempo en esta crisis. Bien. Esos dardos de cargos intermedios se irán convirtiendo, a partir de este lunes,  en lanzas en manos de los jefes del partido que ya preparan el acoso al Gobierno por su supuesta mala gestión y falta de previsión ante ‘Filomena’.

Las peticiones de comparecencias en el Congreso (que ha aplazado su actividad al menos hasta el miércoles por los efectos del temporal) y las críticas más altisonantes se abrirán paso. Como la insistencia en hacer bandera de declarar a Madrid zona catastrófica algo que, al menos por ahora, el Ejecutivo no ve necesario. Otra polémica servida.

Luz y ertes

Tampoco se librará el Gobierno de la ofensiva que le tienen preparada por la polémica subida de la luz y el gas, de la que le hacen responsable tanto la oposición como algunos de sus socios parlamentarios. Es una cuestión que escuece a la coalición de izquierdas, sobre todo a Podemos, que tanto criticó a Mariano Rajoy por favorecer la pobreza energética con sus políticas. Ahora son otros los que preguntan al vicepresidente Pablo Iglesias dónde están las medidas y las reformas para evitar que los más desavorecidos pasen frío o se queden sin luz en una España entre dos olas. 

Él, a través de su partido, culpa al PSOE de haber echado el freno de mano en los cambios que son pertinentes para evitar precios como los que se están dando actualmente. Otra disputa en la cesta de disputas internas del Ejecutivo... ¿lo positivo?. Parece muy cerca el acuerdo con agentes sociales para prorrogar ertes hasta mayo. Algo es algo.  

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