CONSELL DE LA REPÚBLICA

Puigdemont plantea más confrontación y unilateralidad para "desbordar" al Estado

El ex 'president' aboga por la unilateralidad en un acto del Consell de la República, sin ERC y con la CUP como "observadora"

Carles Puigdemont

Carles Puigdemont / ACN / NAZARET ROMERO

Agencias

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Más confrontación y unilateralidad para "desbordar" al Estado. Esa es la hoja de ruta planteada por el ex 'president' Carles Puigdemont este sábado en el Consell de la República, celebrado de manera semi telemática y a caballo entre el Palacio de la Generalitat y Waterloo. Puigdemont ha presentado un nuevo plan estratégico para descongelar la declaración unilateral de independencia aprobada por el Parlament el 27 de octubre del 2017 basado en la "movilización masiva" para "desbordar" al Estado, en un acto sin la participación de ERC y con la CUP como mero "observador".

A tres días de la convocatoria automática de elecciones para el próximo 14 de febrero, Puigdemont ha lanzado esta propuesta estratégica en el acto fundacional de la Asamblea de Representantes independentistas. Esta es una de las estructuras, junto al Consejo por la República (que el propio Puigdemont preside), creada por JxCat y ERC al principio de la legislatura. No obstante, ERC ha declinado participar del mismo este sábado, al considerarlo un acto "partidista" en favor de Junts.

Assumpció Laïlla, diputada de Demòcrates de Catalunya (integrada en el grupo de ERC en el Parlament), ha sido nombrada presidenta de esta Asamblea de Representantes. En un reflejo de la división interna en el independentismo, la asamblea solo ha reunido a 37 de los 70 diputados posibles: ERC ha renunciado a acudir por considerarlo un acto "partidista" de JxCat, mientras que la CUP ha enviado a Carles Riera como "observador".

"Inicio del proceso formal de independencia"

El documento presentado este sábado por los representantes de Junts propone "prepararse para disputar el poder a un Estado español" que ha "renunciado a resolver democráticamente el problema catalán". Los hechos de octubre del 2017, según el texto, "marcan el inicio del proceso formal de independencia", porque se considera que el 1-O tiene "validez y legitimidad" y "solo un referéndum acordado podría sustituir el mandato político" de esa votación.

Contrariamente a la tesis de ERC de que hay que acumular más fuerzas antes de volver a intentar la vía unilateral, el manifiesto considera que los partidarios de la independencia son ya "suficientes" y sumaron el 1-O el "38,5% de todo el censo catalán". El documento alerta de que "el deseable crecimiento social y electoral del independentismo no abrirá por sí solo la puerta a un referéndum acordado", por lo que "sin confrontación nunca habrá negociación" con el Estado: "La vía indolora, de buen grado, no existe", dice el texto, que avala una confrontación "no violenta".

Prepararse para la confrontación

La "fase decisiva" llegará si las fuerzas independentistas superan la mayoría absoluta en escaños y votos y el Parlament desentierra la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre del 2017. "La activación de esta fase conlleva la asunción de todas las consecuencias derivadas de esta confrontación y se tiene que activar una vez se hayan dispuesto los recursos materiales y organizativos suficientes para aguantar una movilización sostenida, generalizada, desafiando el autoritarismo del Estado y protegiendo" las que ya serán "instituciones provisionales de la república", plantea.

Eso implica controlar "los puntos clave del territorio" catalán y "aguantar la posición" -una batalla que no se quiso librar en 2017-, buscando apoyos y reconocimientos internacionales. "Preparémonos" pide estar dispuestos a "asumir los costes" de la confrontación, que pueden traducirse en una "represión masiva por parte del Estado", aunque si la respuesta de la gente también es masiva el Estado puede encontrarse con que esa "represión" sea "logísticamente inasumible".

Unidad entre ciudadanía y partidos

El documento elaborado por el Consejo por la República apela a una "estrecha unidad de acción entre la ciudadanía y las instituciones", como "condición necesaria" para alcanzar la independencia. Llama a "combatir y debilitar las fuerzas de dominación" a diferentes niveles: movilización "sostenida" y masiva de la ciudadanía, "desobediencia" al Estado y "no colaboración en el funcionamiento administrativo y económico del poder de dominación, para generarle un desgaste a la larga inasumible".

Ese será el momento definido como "desbordamiento democrático", con "disrupciones generalizadas de la movilidad", protestas por todo el territorio, así como "pérdida de la normalidad en la convocatoria y el desarrollo de acontecimientos" públicos o en el "ejercicio cotidiano de las obligaciones laborales".