Sánchez y Casado chocan hasta con la Navidad

Es una anécdota más del largo debate de siete horas que este miércoles vivió el Congreso, pero es reveladora. Pablo Casado reprochó a Pedro Sánchez que hablara de las "fiestas del afecto" y no de la "Navidad". "¿Tanto les cuesta celebrar el nacimiento de Jesús en un país cristiano, en una civilización occidental?", se quejó el líder del PP. La distancia que separa al presidente del Gobierno y al jefe de la oposición es cada vez más grande.

Los diputados estaban convocados a abordar nada menos que el contenido de tres cumbres europeas (brexit incluido) y el estado de alarma por el covid-19. Ahí es nada. La sesión acabó siendo un "potaje", como se quejó Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, con cada portavoz poniendo el foco en el tema que más le interesaba. Casado, tras empezar afeando a Sánchez su resistencia a referirse a la Natividad, pasó a denunciar las alianzas que ha buscado el Gobierno de coalición para aprobar los Presupuestos del 2021. "Ha puesto en el puente de mando de la nación a los que quieren llevar a España contra la roca", afirmó. Después se quejó de que el Ejecutivo le acuse de "bloquear" la renovación del Consejo General del Poder Judicial y revalidó su petición de que Sánchez aparte de esa negociación a Podemos. Casado considera que el presidente es un "cobarde" por no dejar fuera a Pablo Iglesias.

En la réplica al jefe de la oposición, Sánchez empezó respondiendo el comentario navideño. "¡El señor Casado busca cualquier tipo de motivo para confrontar conmigo! ¡Incluso las navidades! Felices Fiestas, Feliz Navidad, hágaselo mirar...", dijo riéndose y entre aplausos de su bancada. El dirigente socialista se sintió cómodo en la tribuna y, con la mano en el bolsillo, como le reprochó después Santiago Abascal (Vox), siguió respondiendo largamente a todos los portavoces y a Casado, al que acusó de tener una "agenda lunática" con problemas inventados. En su turno final, el líder del PP lamentó el tono "frívolo" y de "monologuista" cómico de Sánchez. Para "agenda lunática", le espetó, la de ser "palmero" de quienes no condenan los asesinatos de ETA o los que apelan a la balcanización de España. Las siete horas de debate sirvieron para constatar que ni la pandemia ni la grave crisis que se avecina parece que les impelen a buscar el entendimiento.