La estrategia de los conservadores

La fórmula de Casado para contener a Vox en Catalunya

El PP diseña la estrategia electoral con un ojo puesto en la irrupción en el Parlament de la formación de ultraderecha

El dirigente marca a los suyos los asuntos en los que tienen que centrarse y les pide no azuzar dos debates en concreto

Pablo Casado, el pasado viernes, en la lonja de Roses (Girona).

Pablo Casado, el pasado viernes, en la lonja de Roses (Girona). / Glòria Sánchez / Europa Press

Pilar Santos

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La dirección del PP ha decidido echar el resto en las autonómicas catalanas del 14 de febrero. Considera que los resultados que arrojen las urnas afectarán a la vida política de los dos próximos años, un periodo en el que, salvo sorpresas, no habrá ni elecciones autonómicas ni generales. Y la marcarán no solo por la fotografía que ofrezca del independentismo sino también de la derecha, sobre todo después de la moción de censura de Vox y el duro discurso que Pablo Casado hizo contra Santiago Abascal, líder del partido radical.

Las encuestas han empezado a reflejar la irrupción de la formación ultra en el Parlament, donde se aprovechará de la caída de Ciudadanos, que no ha digerido en ese hemiciclo la debacle de Albert Rivera de 2019. En la sede de Génova llevan semanas poniendo el foco en Catalunya. Casado viajó hasta la comunidad catalana los cuatro viernes de noviembre, repitió el primero de este mes y volverá el próximo. Y el partido envió también hace unos días a Barcelona a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para apoyar a los restauradores y comerciantes, enfrentados a la Generalitat por sus restricciones para frenar la pandemia, justo lo contrario que ha hecho ella en la región.

El líder del PP pide a los suyos evitar entrar en el debate de los indultos y el chat de exmilitares

En paralelo al apoyo sobre el terreno que los dirigentes puedan dar al candidato del PPC, Alejandro Fernández, la dirección está buscando la fórmula para contener a Vox. El principal temor de los populares es que la campaña gire en torno al eje identitario: catalán o español. “Por un lado, ellos nacieron cabalgando sobre el ‘procés’ y el independentismo, así que es su tema estrella. Y en nacionalismo español siempre van más allá”, admite un miembro de la cúpula del partido. Casado ha pedido a sus principales colaboradores no entrar en el debate sobre los indultos de los presos del 1-O y tampoco en el de los chats militares retirados. En el primer caso, los dirigentes del PP subrayarán la posición del partido ya conocida (si el Gobierno concediera esa medida de gracia recurrirían ante el Supremo y denunciarían el asunto en Bruselas), pero no abundarán en el asunto. En el segundo, un tema temporal, esperan, los populares han quitado importancia al contenido de las conversaciones de los exmilitares. “¿Me preocupa este chat o me preocupa que ERC y Bildu se hayan incorporado a la dirección política del Estado? Me preocupa más que ERC y Bildu se hayan incorporado a la dirección política del Estado”, se respondió José Luis Martínez-Almeida, portavoz del PP y alcalde de Madrid.

La respuesta ante los mensajes xenófobos

El plan de Casado es evitar la polarización, en la que tanto Vox como el PSOE y Podemos se sienten “cómodos”, se quejan en Génova. “Como en las generales, necesitan un Vox que dé miedo y haga olvidar los pactos vergonzantes con Bildu y ERC”, apunta un asesor. El líder del PP ha reclamado a sus principales dirigentes que centren sus mensajes en la campaña en la denuncia de los "socios radicales" de Sánchez, y en la gestión y experiencia que tiene su partido, después de gobernar “15 años España” con José María Aznar y Mariano Rajoy.

El PP venderá la experiencia en la Moncloa y su gestión en las autonomías que gobiernan

Ese marcador les da una victoria abrumadora frente a la ultraderecha: 15 años contra cero. Entonces, se jacta Casado, “ya sacaron de España de la crisis”, como él espera hacer cuando haya generales. También blandirán la “experiencia en anteriores crisis migratorias” cuando Santiago Abascal repita en la campaña catalana sus mensajes contra la inmigración. Los conservadores creen que el partido ultra intentará replicar en algunos municipios la estrategia que le funcionó en las elecciones andaluzas de hace dos años (en Almería sobre todo) y en las generales (Murcia), cuando su argumentario incluyó mensajes xenófobos y en favor del proteccionismo económico.

Ayuso, el perfil más ultra

Cómodo se siente el PP hablando de armonización fiscal, una bandera que el PSOE ha dejado que ERC coja, pero que no perjudica a los populares. “Todo lo que sea economía, bajada de impuestos y gestión, incluida las diferentes estrategias para frenar la pandemia, nos va bien”, asegura el miembro de la dirección del partido. En ese terreno, la presencia de Ayuso puede ayudar en la campaña. Es la dirigente más parecida a Vox que tienen en el PP (una vez apartada Cayetana Álvarez de Toledo, diputada por Barcelona). La presidenta defiende su gestión ante la segunda ola del covid y ha declarado la guerra al Gobierno por querer imponer unos topes mínimos y máximos en los impuestos cedidos a las autonomías.

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