AUTOR DE LA BIOGRAFÍA DE REFERENCIA DEL EMÉRITO

Paul Preston: "Lo que pasa ahora con Juan Carlos no tendrá tanto peso como su legado histórico"

Entrevista con Paul Preston

Entrevista con Paul Preston, autor de la biografía de referencia del rey emérito. / FOTO: RICARD FADRIQUE / VÍDEO: JOSÉ LUIS ROCA

Pilar Santos

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El hispanista Paul Preston (Liverpool, 1946) es el autor de la biografía de referencia del exjefe de Estado: ‘Juan Carlos. El rey de un pueblo’. Profesor en la London School of Economics, atiende a este diario por videoconferencia con motivo del aniversario de la coronación del emérito, el 22 de noviembre de 1975.

-En su libro recoge la fragilidad de Juan Carlos hace 45 años; las presiones que recibió aquellos días y cómo tuvo que estar pendiente de varios flancos: de la familia Franco, de los franquistas más duros, de su padre, de EEUU, de las fuerzas progresistas… ¿En ese momento empezó a ganarse el respeto que ha tenido durante décadas?

-Los primeros meses fueron muy, muy difíciles para él y es cuando hizo un trabajo sensacional. Utilizó su posición como el sucesor nombrado por Franco y, por tanto, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, para controlar y neutralizar a todas esas fuerzas franquistas que querían obstaculizar el paso hacia la democracia. Pero poca popularidad tenía todavía al año siguiente, en 1976. Su padre abdica en 1977 y es un momento muy importante; pasa de ser el sucesor ilegítimo de Franco a ser, como mínimo, el heredero legítimo de la familia Borbón. Luego llegaron las elecciones, la gente empezó a ver que había hecho algo importante para traer la democracia. Facilitó lo que quería una inmensa mayoría. A partir de ese momento y hasta las elecciones de octubre de 1982, Juan Carlos fue el bombero de la democracia y mostró un gran coraje contra el golpismo. Usted me preguntará, o no: ¿Y realmente era o es demócrata Juan Carlos?

"Los primeros meses fueron muy, muy difíciles para él y es cuando hizo un trabajo sensacional"

-¿Era un verdadero demócrata Juan Carlos?

-Es igual. Yo, ni idea. Creo que todo lo que hizo fue una decisión pragmática, por la influencia de una serie de personas: su mujer, la familia real británica, la diplomacia americana, la británica… Hubo presiones a partir de 1969 que le persuadieron. Él quiso cumplir con la misión fundamental para una familia real, que es asegurar que su familia esté en el trono, y le convencieron de que la única forma de hacer eso era por la vía democrática. 

-En su opinión, tuvo un "papel heroico" en la Transición. ¿Puede acabar como un villano?

-Pensando en la biografía que hice, diría que hay tres fases en su vida. La primera es la de la niñez y la adolescencia, hasta 1969. La segunda es la que acabo de describir y en la que contribuye, con bastante coraje, a ayudar a establecer la democracia. La tercera es a partir de 1982. ¿Qué le queda por hacer? Dos cosas: por un lado, ser un jefe de Estado neutral. Y ser un jefe de Estado neutral en un país muy conflictivo era un desafío difícil y lo hizo de maravilla. Trató con equilibrio a la derecha y a la izquierda, a Alianza Popular, al PP y al PSOE. La otra función es ser embajador del país y también lo hizo muy bien. Quizá fue el comienzo de una cuarta fase, que no sale en el libro, porque acaba en la abdicación [2014]. Ahí hay muchas cosas, pero yo diría que cuando está cumpliendo la función de embajador comercial es el momento en que se le abren muchas posibilidades que luego se convierten en las acusaciones actuales.

"Cuando está cumpliendo la función de embajador comercial es el momento en que se le abren muchas posibilidades que luego se convierten en las acusaciones actuales"

-¿Cómo cree que pasará a la historia?

-Si su pregunta es si lo que ha pasado a partir del 2012 o de la abdicación cancela todo lo que dije de las maravillas de Juan Carlos, yo diría que no. A la larga el legado histórico de Juan Carlos va a quedar ahí. Todo lo que está pasando ahora no tendrá tanto peso como su legado histórico, como todo lo que yo he descrito como la segunda fase de su vida.

-¿Le duelen las noticias que lee de él?

-Que sean noticias no me duelen. Si yo encuentro información negativa, no la oculto, porque yo quiero que mis libros sean lo más honestos posibles. Si ha hecho todo lo que dicen que ha hecho, me entristece, me duele, porque es una persona a quien yo francamente admiro. Pero si tuviera que hacer una tercera edición, no afectaría a mi determinación de contar lo que creo que es la verdad en cada momento.

¿Fue Felipe VI neutral con su discurso tras el 1-O? "No, no, no, tres veces no", responde el hispanista inglés 

-¿Cree que Felipe VI lo defiende lo suficiente?

-Es una pregunta muy difícil. Si el deber de un monarca es mantener a su familia en el trono y piensa que esas acusaciones están dañando a la monarquía, sería un poco absurdo salir en su defensa. En Gran Bretaña, cuando ha habido acusaciones contra el Príncipe Andrés, la Reina no ha salido para defenderle. 

-A su juicio, una de las justificaciones para que la jefatura del Estado la ostente una familia real es que tiene que ser totalmente neutral. ¿Felipe VI lo fue en su discurso tras el 1-O?

-No, no, no, tres veces no. Aquella noche yo estaba en la BBC y el periodista me preguntó qué pensaba que iba a decir. Contesté que, para asegurar su propia posición, debía hacer un discurso suave, moderado y neutral. Cuando vi lo que había dicho, me pareció que había hecho todo lo contrario.

-¿Por qué cree que lo hizo?

-Ningún Rey es totalmente independiente. A pesar de su neutralidad, supongo que está sujeto a presiones del Gobierno. Y en ese momento estaba el Gobierno de Rajoy. Y, por otro lado, es lógico que un Rey de España quiera la unidad de su país. Esas cosas le pudieron llevar a hacer un discurso bastante centralista.

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