NUEVO DESENCUENTRO

La crisis de inmigrantes en Canarias encona el choque entre PSOE y Podemos

El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, pasa delante de Pedro Sánchez, el pasado 24 de junio en el Congreso.

El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, pasa delante de Pedro Sánchez, el pasado 24 de junio en el Congreso. / periodico

Miguel Ángel Rodríguez / Juanma Romero

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Tras una semana de desencuentros en el seno del Gobierno de coalición, la crisis migratoria que se está viviendo en Canarias recrudece, aún más, la tensa relación entre el PSOE y <strong>Unidas Podemos</strong>. En medio de las críticas de la oposición y con fricciones entre el Ejecutivo central y el autonómico, el vicepresidente segundo, <strong>Pablo Iglesias</strong>, y dirigentes de su partido han solicitado un referéndum para el Sáhara, palabras que "no ayudan", insiste el PSOE, a mantener la estratégica relación con Marruecos para enfrentar el drama humanitario, controlar las fronteras y luchar contra las mafias. Un gesto que ha elevado el choque entre ambas formaciones y ha desencadenado las críticas del sector socialista del Consejo de Ministros.

Con las formaciones de la derecha volcadas en atacar la gestión del Gobierno —el propio Pablo Casado acudirá este viernes a Canarias—, Unidas Podemos se ha sumado a los reproches contra las políticas del Ejecutivo, pese a formar parte de él.  Podemos Canarias llegó a solicitar el pasado miércoles la dimisión del ministro del InteriorFernando Grande-Marlaska, aunque la dirección estatal les hiciera rectificar. Estas hostilidades, se suman a los roces entre los Ministerios de Defensa y de Interior —ambos en manos socialistas— y un enfrentamiento abierto con el Gobierno canario, que lidera el PSOE.

Con este escenario tan delicado sobre la mesa, la cúpula socialista se muestra muy molesta por la actitud desleal de sus socios. Un enfado que se ha visto incrementado por la petición de Iglesias —impulsada también desde el grupo parlamentario morado— de celebrar un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui. "Exteriores es una materia que lleva la ministra y el propio presidente, y no es negociable. Ahora mismo allí el conflicto, con un escenario prebélico, es preocupante. Hay que ser extremadamente prudente. Los tiempos los marcan Pedro Sánchez y Arancha González Laya, y no se permiten aventuras de posicionamientos políticos. Son cuestiones que se llevan al máximo nivel, y no puede haber injerencias que desestabilicen. No es un tema menor, ni una tontería, ni algo que se pueda resolver con un tuit, y Marruecos ya ha advertido de que la posición de Iglesias no ayuda", avisan desde la dirección del PSOE.

"La posición del Gobierno de España en lo relativo al Sáhara Occidental es muy clara y no ha variado ni en las últimas horas, ni los últimos días, ni en las últimas semanas", sentenció este jueves Laya, rechazando la posibilidad de un referéndum para el Sáhara y ateniéndose a las resoluciones de la ONU, que expresan "claramente los parámetros de la negociación" entre las partes y que no habla de un plebiscito. No es la primera vez que la ministra reconviene a los morados precisamente por este mismo asunto. En febrero, la jefa de la diplomacia se vio obligada a explicar a su homólogo marroquí, Nasser Burita, que la posición española sobre el Sáhara no había cambiado. Lo hacía después de que el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, hombre de la total confianza de Iglesias, hubiera recibido en su departamento a una representante del Frente Polisario. El propio vicepresidente admitió después que la postura de España la fija Exteriores. 

"La posición del Gobierno de España en lo relativo al Sáhara Occidental es muy clara y no ha variado ni en las últimas horas, ni los últimos días, ni en las últimas semanas"

Arancha González Laya

— Ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación

Los morados sí reconocen que acordaron que los llamados ministerios de Estado (Defensa, Interior, Justicia y Exteriores) y sus políticas quedan solo en manos de los socialistas —así quedó por escrito plasmado en su protocolo de coordinación—, pero sostienen que pueden tratar de influir en sus decisiones

Influencia internacional

Las palabras de Laya, echando por tierra el planteamiento de Iglesias, buscan evitar el deterioro de la relación que mantiene España con Marruecos, al que se considera un socio estratégico para hacer frente a la inmigración irregular y el tráfico de personas en mitad de la crisis humanitaria que vive Canarias. Tal es la importancia que España concede al reino alauí que Marlaska viaja este viernes a Rabat para reunirse con su homólogo y "reforzar" la colaboración entre ambos países en materia migratoria y, en especial, en lo relativo a las salidas desde territorio marroquí hacia Canarias. Es el séptimo viaje oficial de Marlaska a Marruecos desde que accedió a Interior en junio de 2018. El último tuvo lugar el pasado 6 de febrero, antes del estallido del covid. El ministerio destaca que "gracias a las políticas y actuaciones conjuntas" desarrolladas entre los dos países en 2019 se logró revertir "la tendencia creciente de llegadas irregulares en 2018 con un descenso del 50%". Ese es el "camino a seguir" ahora, indican desde el equipo de Marlaska. 

Hasta cuatro ministros muestran su incomodidad con Iglesias y critican su "protagonismo"

La ofensiva del Ejecutivo para controlar un tema especialmente sensible continuará el domingo. Ese día Laya vuela a Senegal y el 17 de diciembre Sánchez encabezará la delegación española para un reunión de alto nivel (RAN) con Rabat. La parte socialista del Consejo de Ministros quiere mimar a su socio del sur, guste más o menos a un Podemos al que Ferraz ve, como resume un responsable de la ejecutiva, "obsesionado con marcar perfil". 

Que la convivencia entre socialistas y morados se ha perturbado en los últimos días lo prueba la catarata de declaraciones de ministros elegidos por Sánchez críticos con los de Iglesias. La más clara, y no es casualidad, fue este jueves la titular de Defensa, Margarita Robles, quien recordó que la política exterior la fijan el presidente y Laya. "Eso tiene que quedar muy claro. Cualquier otro miembro del Gobierno que tenga otra posición será a título particular", indicó. La ministra lanzó un recado nítido a Podemos: "Formar parte de un Gobierno exige también unas responsabilidades". Las diferencias han de dirimirse dentro de la coalición, dijo, pero cuando se toman las decisiones todos los miembros del Gabinete han de ser "solidarios" y salir en su defensa. 

Robles, como ya había hecho la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se manifestó a favor de unos Presupuestos sin "vetos cruzados" entre partidos ni "exclusiones". Es la misma tesis que defiende el presidente, pero no la que quiere Iglesias, que prefiere afianzar el bloque de investidura con ERC y Bildu. "El Gobierno es Gobierno no solo de las personas que lo han votado sino de todos los españoles. A veces a lo mejor algunos miembros del Gobierno se olvidan de que tenemos que gobernar para todos los españoles y no solo para aquellos que nos han podido apoyar con sus votos". Disparo claro a Podemos. 

Otros dos ministros se unieron a Calviño este jueves y proclamaron su incomodidad con los morados. El titular de Justicia, Juan Carlos Camporeconoció en Telemadrid que a él también le gustaría que "fuese el PP quien apoyase" las cuentas de 2021 y la responsable de Industria, Reyes Marotoinsistió en Antena 3 en no poner vetos y en tender la mano a Cs y al PP. La ministra cuestionó incluso el "protagonismo" que Podemos ha querido dar a Bildu en las negociaciones de los Presupuestos. El Ejecutivo, dijo, debería "serenar" el ruido generado en torno al apoyo de la izquierda aberzale, informa Europa Press. Campo dejó otro latigazo: la enmienda antidesahucios que UP firmó con ERC y Bildu es "absolutamente anormal".