EL COSTE DE LA PANDEMIA

Aragonès presiona a Sánchez para que transfiera fondos para las ayudas

Pere Aragonès y Alba Vergés de visita a unas instalaciones sanitarias.

Pere Aragonès y Alba Vergés de visita a unas instalaciones sanitarias. / periodico

Xabi Barrena

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Lección de vida para el Govern, parte republicana: el puro voluntarismo, sin más, es contraproducente. La experiencia de la semana pasada, con el fiasco de las ayudas a los autónomos encendió las alarmas en la plaza del Moviment Obrer, sede de Economia y del vicepresidente en funciones de presidencia, Pere Aragonès. Conscientes de la magnitud del error, sobre todo conceptual, que supone obligar a contribuyentes, en pleno tsunami de crisis económica por la pandemia, a jugar al juego de las sillas para lograr una ayuda, el 'president' sustituto dio un volantazo y replanteó el futuro de estas, para hacerlas universales y sostenidas en el tiempo. Y tan importante como el dibujo sobre el papel está el dotar de fondos a estas ayudas, con unas arcas autonómicas exhaustas. Aragonès, según fuentes del Executiu, ha redoblado en los últimos días su presión a Pedro Sánchez para que efectúe una transfusión económica inmediata y, así, atender las lógicas reclamaciones de todos los sectores afectados. Con los hosteleros y autónomos abriendo la cola.

La voluntad del Govern es que el dinero se transfiera y se gestione desde Barcelona, no en forma de ayudas del Estado. "Ellos recaudan los impuestos, ellos tienen el dinero, ellos deben responder a las necesidades de la gente", apuntan en Moviment Obrer.  Y aquí se vuelve al lamento por el voluntarismo. Varias voces en ERC señalaron, a posteriori, que si la Generalitat no dispone de fondos habría sido mucho más didáctico promover una ayuda universal a todos los autónomos con el poco líquido disponible, a riesgo de conceder cantidades irrisorias, para dar a entender el ahogo financiero de la Generalitat.

Porque el rumbo que ha marcado Aragonès al Govern es ese. Poner como prioridad el aplanamiento de la curva de esta segunda ola y atender mediante fondos públicos el cese de actividad de los sectores. El criterio es firme y los republicanos se sienten reforzados por los datos. Consideran inaudito que ahora haya quien ponga como ejemplo a la Comunidad de Madrid, cuando allí la segunda ola empezó cuatro semanas antes.

Sin debate ideológico

Tampoco hay una oposición ideológica de JxCat, entre otras cosas, apunta una voz del entramado gubernamental, porque "cada 'conseller' se encarga estrictamente de su área". "Solo Damià Calvet hace gala de cierto trabajo de equipo y visión de país", asevera. En el otro lado de la balanza está, como era de suponer, Ramon Tremosa. Los republicanos se declaran "impactados" con lo que hace el 'conseller' de Empresa. Y no favorablemente. "No ha entendido lo que significa estar en un Govern. Va a la suya con sus ocurrencias. Todo lo vive como un combate en que gana o pierde", apunta una voz, y otra afirma que "ya lo hacía en el Europarlamento".

Lo sucedido esta semana, alega la parte republicana, es un buen ejemplo. El lunes, la 'consellera' de Salut, Alba Vergés, ya afirmó públicamente que se iban a prorrogar las restricciones a la hostelería. "Y a sabiendas y sin consultar envía una propuesta al gremio hostelero", la de la apertura de 13 a 16 horas. "Para más inri, el jueves los planta y se va a visitar la sede de Amazon, justo cuando arrecia la campaña del pequeño comercio" contra el gigante de la distribución.

El tramo más duro ha pasado

Levantando el foco, los republicanos consideran que esta dura semana que han dejado atrás marca, datos en mano, el fin del tramo más duro de la gestión de la pandemia, hasta el 14-F. Cuando Quim Torra fue inhabilitado, Aragonès era consciente de que la segunda ola determinaría con qué fuerza llegan los republicanos a las elecciones. "Quedan las ucis", reiteran los republicanos, en referencia a ese objetivo de ocupación de 300 camas por enfermos de covid (ahora está en 600), porque la velocidad de contagio ya se ha estabilizado por debajo del 1.

La parte puigdemontista del Executiu, por su parte, se echa las manos a la cabeza con el fiasco de las ayudas a los autónomos y creen que pincha la burbuja de autopromoción de Aragonès como gestor eficiente. A falta de un corpus ideológico que cohesione a Junts, un partido que se define como de centroizquierda pero elige como 'conseller' a un liberal como el propio Tremosa, los puigdemontistas parecen haberse abonado a seguir en el Govern las pautas que marca el PDECat. Desde la llamada del 'conseller' de Empresa a aprobar los Presupuestos Generales del Estado, contra la opinión de la líder de Junts en el Congreso, Laura Borràs, a oponerse a la prórroga de las restricciones. La ausencia de un liderazgo entre los 'consellers' puigdemontistas en el Govern resta fuerza, sin embargo, a estos postulados. 

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