'OPERACIÓN VOLHOV'

Aragonès niega favores del Govern a Vendrell y Madí

Pere Aragonès

Pere Aragonès / periodico

Xabi Barrena

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Solo Ciudadanos entró al trapo de la 'operación Volhov' y de las presuntas corruptelas de varios de sus imputados con el Govern en el Parlament. El Executiu, y singularmente ERC, sobre la que penden las principales sospechas por las relaciones orgánicas que, hace una década, mantuvo uno de los imputados, Xavier Vendrell, con el partido (exsecretario de organización y ‘exconseller’) opuso una estudiada estrategia de réplica, fundamentada en la falta de legitimidad y de veracidad del operativo policial, empezando por el investigador de la causa, el teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena.

La defensa tuvo su punto álgido, sin embargo, en la respuesta que Pere Aragonès dio, no a Carlos Carrizosa, sino a Miquel Iceta. Este, exquisito en las formas, se limitó a recabar información sin prejuzgar la veracidad de lo que el sumario 'Volhov' insinúa y, en algunos casos, afirma. El vicepresidente en funciones de presidencia aprovechó el cabo lanzado por el socialista para afirmar, de manera tajante, que ni ha habido un comité de crisis "paralelo" al propio Govern que haya gestionado la pandemia ni se ha otorgado ningún contrato a ninguno de los imputados en la 'operación Volhov', es decir, ni a Vendrell, ni a David Madí.

No ha habido, pues, recalificaciones en Cabrera de Mar, ni ampliaciones de concierto educativo para un centro de Sant Joan Despí ni, mucho menos, otorgación de un contrato de suministro de tests de la Conselleria de Salut, entre otras razones porque este fue revocado. Y lo fue antes del almuerzo que mantuvo Vendrell con la titular del departamento. Todo ello dijo saberlo Aragonès tras haber reclamado información a las distintas 'conselleries' afectadas.

Ya lanzado, el republicano calificó la operación policial "de suma de conjeturas" que contienen múltiples "lagunas", y que supone "una violación al secreto de las telecomunicaciones porque se usan conversaciones que nada tienen que ver con la investigación, sino para alimentar el cotilleo político". Añadió que el Govern prevé llevar ante la justicia esta "mala praxis policial".

La sesión de control vivió momentos de tensión, especialmente entre el Govern y Ciudadanos. Estos tildaron de "chupópteros" a Vendrell y al resto de imputados. Aragonès, en su respuesta, y ante la gesticulación evidente con la que Carlos Carrizosa seguía la intervención del vicepresidente, le espetó que estaba haciendo "el payaso".

Y es que Ciudadanos, y en menor medida, de manera más cautelosa, el PP,  como era obvio y preceptivo, se lanzaron sobre las conversaciones en las que Vendrell explica las presiones ejercidas sobre distintos departamentos para obtener prebendas para sus negocios.

Dimisión y tranquilidad

También hubo múltiples referencias a la operación, en la sesión de control a los 'consellers', especialmente de Ciudadanos. En algunas, incluso, se reclamó la dimisión de la 'consellera' de Salut, Alba Vergés. Esta, sin embargo manifestó estar "muy tranquila" y señaló que el sumario de 'Volhov' es en sí una gran falsedad.

'Completó' la respuesta de ERC la portavoz del partido, Marta Vilalta, acusando al Gobierno de dedicarse "al espionaje político", por divulgar conversaciones privadas, en vez de centrarse en la gestión de la pandemia. El objetivo, dijo, "es debilitar al independentismo". La 'consellera' de Justícia, Ester Capella, en respuesta a Vilalta tildó de "impropia de una democracia" la operación policial de la semana pasada.

 Posteriormente, en la comparecencia de Aragonès para dar cuenta de la gestión del covid, Carrizosa volvió a la carga para insinuar que "a lo mejor es difícil conseguir documentación" de lo que él considera "amaños" demostrados. "Es una desvergüenza que les merma todo el crédito", aseveró.

Para el líder de Ciudadanos, a Pere Aragonès "se le está poniendo cara de convergente", porque, en su opinión, ERC es lo mismo de siempre, lo mismo que la antigua CDC. "Nosotros somos la Catalunya que no chupa del bote", exclamó.