El Govern ya acepta como opción que la pandemia impida las elecciones del 14-F

La portavoz del Govern i  'consellera' de Presidència, Meritxell Budó, el 25 de agosto del 2020

La portavoz del Govern i 'consellera' de Presidència, Meritxell Budó, el 25 de agosto del 2020 / periodico

Xabi Barrena

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Uno de los temores de <strong>Pere Aragonès</strong>, y de ERC, cuando la inhabilitación de Quim Torra le obligó a liderar el Govern, era que la segunda oleada pandémica fuera causa de un aplazamiento de los comicios del 14 de febrero. Un temor alentado por algunas voces posconvergentes que ya entonces dejaban caer soterradamente que estaba por ver si se darían las condiciones para celebrar los comicios. Era una especie de epílogo de la lucha silenciosamente a gritos entre ambos partidos, uno, Esquerra, en pos del avance electoral, y el otro, JxCat, por dejar pasar todos los meses posibles. En este contexto la portavoz del Govern, Meritxell Budó (de Junts), dibujó este martes, por primera vez y nada menos que en la rueda de prensa del Executiu, un gran interrogante sobre la celebración de las elecciones el 14-F.

Tras asegurar que el Executiu trabaja para que se pueda llevar a cabo la jornada electoral, y para ello está elaborando un protocolo de actuación, Budó señaló: “Veremos cómo evoluciona la pandemia y si es posible” que los comicios se celebren. Ponía, pues, sobre la mesa, las dudas y, por ende, las desconfianzas, entre los dos partidos del Govern que se atribuyen mutuamente un sempiterno tacticismo electoral.

Cabe recordar que el estado de alarma decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez sancionaba, explícitamente, que la situación no debía interferir en ningún proceso electoral.

La ausencia de Torra

“Nosotros no hemos escogido este escenario”, dijo Budó en referencia a la inhabilitación de Quim Torra a las puertas de la segunda oleada y sugiriendo que la ausencia del cabeza visible en la primera oleada era sensible. “Nuestro compromiso es que las elecciones se lleven a cabo", pero si la pandemia no lo permite, "todos juntos tenemos que gobernar y gestionar esta crisis sanitaria, económica y social hasta el último día. El Govern está comprometido a ello", aseveró. 

Como también está conjurado, mantuvo, para "poder garantizar el derecho a voto de los ciudadanos, y que las elecciones se hagan teniendo en cuenta todas las recomendaciones sanitarias, de higiene y protección para los votantes y las personas a las que les tocará trabajar",

ERC acogió las palabras de Budó sin sorpresa ni escándalo. Primero, porque se trata de poner sobre el tapete esos mensajes soterrados y, después, porque aún faltan muchas semanas. Más o menos las mismas que distan del confinamiento del 14 de marzo al fin del estado de alarma de junio. “Están muy nerviosos”, estimó una voz republicano de sus socios en el Executiu. En cualquier caso, la posición oficial es que se hará “todo lo posible" por realizar las votaciones “de forma segura”.

Al hilo de este punto, la también ‘consellera’ de Presidència apuntó que en opinión del Govern el decreto de estado de alarma del Ejecutivo de Pedro Sánchez se les “queda corto”, por cuanto no apuntala a la Generalitat con todas las competencias que precisaría para imponer nuevas restricciones de una manera rápida y eficaz.