Rufián: "Vox es una maquinaria política, policial, judicial y muy amoral"

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, este 9 de septiembre en la sesión de control en el Congreso.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, este 9 de septiembre en la sesión de control en el Congreso. / periodico

Xabi Barrena

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El independentismo catalán azuzó con más displicencia que vehemencia a Vox y a su líder. Tanto Gabriel Rufián como Laura Borràs porfiaron en destacar la distancia oceánica que les separa con el partido proponiente de la moción, al que situaron más allá de la línea democrática. Y ambos, aunque con más ahínco la posconvergente, no ahorraron, también, la crítica al Gobierno actual y, singularmente al PSOE.

El discurso de Rufián fue sobre todo de alerta. “Si nos quedamos en que son racistas, machistas y fascistas les hacemos un favor”, razonó el republicano, que trufó su discurso más profundo con ‘perlas’ de consumo inmediato. Así, en el cóctel se juntaron reflexiones como que “su receta para llegar al poder es: guerra judicial, fachas en la calle y mentiras en la tele”, con definiciones de Vox como que es “el partido del cuarto cubata” o el “ectoplasma del falangismo, el franquismo, el cuñadismo y el trumpismo”. Porque, para el republicano, el partido ultra "es una enorme maquinaria política, policial, judicial y amoral. Terriblemente amoral".

“Vox es el partido del cuarto cubata, el ectoplasma del franquismo y el cuñadismo".Gabriel Rufián, ERC

Para acabar, Rufián rogó a la bancada socialista (“¡Qué bien les va Vox para parecer más progres!”) que rompieran con “el PSOE de Felipe González y José Luis Corcuera”. “¿Qué ganan callando ante ellos?, ¿Qué ganan haciendo un funeral de estado a Franco?, ¿Qué hacen no arreglando la situación de nueve presos políticos catalanes?, ¿Qué hacen planeando la fuga del emérito?. De sus miedos y complejos vive la ultraderecha de este país hace 40 años”, sentenció.

Sobre los presos abundó la otra oradora republicana, Dolors Bassa, hermana de Montse, la ‘exconsellera’ de Treball encarcelada, con quien Rufián se dividió el tiempo de intervención.

Moción de márqueting

La portavoz de JxCat, Laura Borràs, para no dar pábulo “ a la operación de márqueting mal disimulada”, como definió la moción de censura, anunció que no replicaría ulteriores intervenciones del líder ultraderechista.

Quiso dejar bien claro Borràs que el rechazo a la moción no obedecía que no hubiera razones para la censura del actual Gobierno, sino a la distancia “democrática” que le separa del partido proponiente”. Y se centró, entonces, en la crítica al Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Para empezar, culpó al líder socialista de la propia entrada en el Congreso de Vox por haber adelantado unas elecciones, en el 2019, “previendo una mejora de los resultados del PSOE que no se dio. ¡Vaya negocio!”. Y, como luego harían sus homólogos republicanos, repasó las sentencias relacionadas con el ‘procés’, singularmente las de esta semana, y las comparó con la manga ancha con la que, según ella, aplicó el Ejecutivo en la huída de Juan Carlos I, el pasado mes de agosto.