ILLA, COMO ACTIVO DE FUTURO

Iceta o Iceta en el PSC

Pedro Sánchez, junto al líder del PSC, Miquel Iceta, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el pasado 6 de febrero en Barcelona.

Pedro Sánchez, junto al líder del PSC, Miquel Iceta, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el pasado 6 de febrero en Barcelona. / periodico

Daniel G. Sastre / Juanma Romero

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El candidato del PSC a las elecciones de febrero será Miquel Iceta. Parece una obviedad, pero el propio primer secretario de los socialistas catalanes tuvo que salir este martes al paso de los rumores —que desde el partido tildan de "interesados"— acerca de que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, podría darle ya el relevo.

En TV-3 preguntaron directamente a Iceta quién sería mejor candidato, si él o Illa. "Creo que yo", respondió. Los argumentos que ofreció son los mismos que repiten en las salas de máquinas tanto del PSC como del PSOE. "En estos momentos Illa es muy útil en el Gobierno, y para el PSC tener una pieza importante en el Gobierno es estratégicamente muy relevante", señaló.

Se refería también a que, en plena pandemia, sería complicado justificar el relevo del ministro más implicado en su gestión, que además comparece casi a diario para dar cuenta de la evolución del coronavirus y cuya valoración en el seno del Ejecutivo es excelente. Pedro Sánchez quiere seguir teniéndolo a su lado en un momento crítico

En privado, desde el PSC se ofrecen otros argumentos que imposibilitan un relevo inmediato. Tras calificar de "memez" la idea, en el partido dan por "caso cerrado" que Iceta será candidato. "Si tuviéramos encuestas que nos dicen que con Miquel sacamos 15 y con Salvador 40… Pero no", afirman.

En el PSC esgrimen que la idea es una "memez": Illa no tendría un resultado espectacular

Otras fuentes recuerdan que, incluso en el caso de que alguien en Ferraz o en la Moncloa estuviera pensando en una operación de ese estilo, "la imagen que se daría, a pocos meses de las elecciones, es la de que el PSOE elige al candidato del PSC". Y eso, añaden, sería perjudicial para los intereses electorales socialistas.

Desde el partido también subrayan que Illa, que sigue siendo secretario de Organización del PSC, es una figura "claramente al alza", y más desde que la pandemia le ha dado un protagonismo mediático que antes no tenía. Todas las fuentes consultadas dan por hecho que el futuro del socialismo catalán pasa por el actual ministro de Sanidad, pero no el futuro más inmediato, que son las elecciones catalanas.

No hay "margen"

En la Moncloa y en Ferraz la percepción es similar. "Nunca se ha planteado" el relevo de Iceta por Illa, coinciden varias fuentes de primer nivel de la cúpula federal. "Si el calendario fuera otro, si las elecciones autonómicas fueran dentro de un año, o un año y medio, podría haber algo de margen. Pero ahora mismo no. No se ha puesto encima de la mesa porque siempre nos hemos movido en unos plazos estrechos: los comicios, o eran en otoño o en febrero, cuando finalmente serán", razonan fuentes de la cúpula federal. 

"Miquel será lo que él quiera ser", dice un peso pesado de la cúpula de Sánchez

"Miquel será lo que él quiera ser", zanja un peso pesado de la dirección del partido. Una sentencia que resume la determinación de Ferraz de respetar la voluntad de Iceta, con quien Sánchez mantiene una excelente relación y una interlocución continua. 

El presidente no abre ese melón, también porque desea mantener a su lado a Illa, el hombre al que fichó para sorpresa de muchos y que ahora es un activo dentro del Ejecutivo y en el puente del mando del PSOE, donde lo integró a principios de año. Porque, como aseguran fuentes próximas al líder socialista, no tiene "sentido alguno" que Illa marche de un ministerio clave "en mitad de la pandemia". 

De salvar los muebles a la expectativa de tirón

Las del 14 de febrero serán las terceras elecciones autonómicas en las que se presente Miquel Iceta como candidato del PSC. En las del 2015 fue el aspirante accidental tras la salida abrupta de Pere Navarro, en plena sangría interna. El líder del PSC sacó a su partido del pantano del derecho a decidir y salvó los muebles. No hubo catástrofe, aunque sí bajada: de 20 escaños a 16. Tercera fuerza, aunque por encima de Podemos. 

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