POLÉMICA EN LA ELECCIÓN DE LAS DISTINCIONES

PP, Cs y Vox se alían para impedir que Fernando Simón sea hijo predilecto de Zaragoza

Los tres partidos rompen el tradicional consenso municipal por un interés partidista

Fernando Simón,  director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). / periodico

D. LÓPEZ / I. TRIGO

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La polémica no cesa entorno al acto en el que el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza distinguirá a sus hijos predilectos y adoptivos y en la que otorgará la Medalla de Oro de la ciudad a los sanitarios. PP y Ciudadanos decidieron acabar de un plumazo con el tradicional consenso con el que se eligen estos reconocimientos en la capital aragonesa para unirse a la ultraderecha en su objetivo por impedir que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el zaragozano Fernando Simón, sea nombrado hijo predilecto de su ciudad el próximo mes de noviembre.

Lo primero que hay que explicar para entender la gravedad de esta maniobra es cómo funcionan estas distinciones. No existe la magia para proponerlos. Tradicionalmente se ha respetado un pacto no escrito entre los grupos municipales para que cada uno ponga un nombre encima de la mesa y el resto lo aceptan para respetar la unanimidad de la junta de portavoces, que es donde se cocinan estos premios. Luego se trasladan a la opinión pública como una decisión de todos como institución y, salvo aquellos partidos que buscan protagonismo atribuyéndose la autoría o mostrando su rechazo, todo queda en el anonimato. Así se hizo el año pasado con los mismos partidos que este lunes se sentaban en esa misma mesa y así lo defendía el Ayuntamiento de Zaragoza, tanto en el caso de Simón como en el resto de hijos predilectos y adoptivos propuestos. En el caso del epidemiólogo, el partido proponente era ZeC.

Lo inédito es que luego una de esas formaciones, Vox, se desmarcara horas después y anunciara que votará en contra en el pleno que debe ratificar esas distinciones . Y que todo un equipo de gobierno municipal, representado por PP y Cs, estuviera dispuesto a seguir los pasos, horas después, de la ultraderecha para romper el tradicional consenso que ha presidido estas distinciones en Zaragoza. Se abre un peligroso precedente por el interés partidista de los tres partidos de la derecha en la ciudad. Y eclipsa completamente una edición en la que también se había decidido homenajear a los sanitarios concediéndoles la Medalla de Oro de la ciudad y distinguir a todas las víctimas del covid-19 en la capital aragonesa como hijos predilectos.

"No reúne requisitos ni méritos"

"Consideramos que no reúne los requisitos y méritos profesionales precisos para recibir esta distinción del ayuntamiento", alegaba el PP en redes sociales. Los mismos argumentos de la ultraderecha dirigidos a Simón desde el partido al que pertenece el alcalde de su ciudad natal. El conservador Jorge Azcón se desmarcaba así de su propio discurso de diálogo y búsqueda de consensos en la ciudad en el marco de unas distinciones que durante años han sido, precisamente, ejemplo de eso.

La derecha y la ultraderecha unirán fuerzas en el pleno y votarán en contra, haciendo de estas distinciones un juego de mayorías en el que, eso sí, en este mandato juegan con la balanza a su favor. Pero sentando a su vez un precedente para futuras distinciones.  Será este viernes cuando, en un pleno extraordinario, se vote el expediente instruido ayer por la junta de portavoces. Y se muestre a todas luces quién decide ahora en Zaragoza las personas que merecen o no tal reconocimiento. Después, llegará el acto de entrega, en noviembre (fuera de su habitual marco del pregón de las fiestas del Pilar, que este año no se celebran), en el que, salvo sorpresa mayúscula, no estará Fernando Simón. 

El equipo de gobierno afea la trayectoria del epidemiólogo zaragozano como nunca antes lo había hecho. Ni como representantes municipales de sus respectivos grupos políticos ni como concejales o miembros de la institución. Y eso que ZeC ya anunció en mayo que iba a proponer nombrarle como hijo predilecto de su ciudad. Ni siquiera ayer en el seno de la junta de portavoces mostraron su rechazo, aseguró el concejal de ZeC, Pedro Santisteve, también en su cuenta de Twitter. Ni mucho menos se emplearon palabras tan gruesas como las que usó la ultraderecha para justificar su posición, ya que calificó de "insulto para la ciudad" el simple hecho de otorgarle esta distinción. En Ciudadanos, por su parte, justificaron su voto en contra alegando que no existía consenso.

La polémica en torno a Simón empañó en parte la elección del resto de nombres propuestos sobre los que, al parecer, no hay discusión. Entre ellos destaca la del cantautor y periodista Joaquín Carbonell, fallecido recientemente por el covid y al que la ciudad le nombrará como su hijo adoptivo. O los de los zaragozanos que han sido víctimas del coronavirus, a los que se distinguirán como predilectos. Este mismo reconocimiento se dará a la Policía Local de Zaragoza, y a los detallistas de los mercados de la ciudad, mientras monseñor Miguel Olaortúa Laspra será hijo adoptivo. Todos propuestos por partidos a los que la tradición manda omitir. Si es que esa tradición ahora tiene algún valor