EL LABERINTO CATALÁN

ERC se desentiende de la reforma del delito de sedición

Pere Aragonès

Pere Aragonès / ROBERT RAMOS

Xabi Barrena

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«Que no traten de darnos gatos por liebres». Así repuso este lunes  un altísimo cargo de ERC cuando esté diario le preguntó si, puertas adentro, más allá del mensaje público, el partido veía con buenos ojos la iniciativa del Gobierno bipartito de reformar el delito de sedición del Código Penal.  Y no. No hay doble discurso, pese a que la medida, de llevarse a cabo, puede suponer un ahorro de tiempo de cárcel para los presos independentistas.

 «Es una reforma imprescindible para la democratización del Estado», apuntó por la mañana la portavoz Marta Vilalta con un tono más de observadora que de parte implicada, es decir, desentendiéndose. Y sentenció: «Pero no resuelve nada del conflicto. Se precisa una solución política a una represión que es política. Es decir, la amnistía».

El líder extramuros de ERC, Pere Aragonès, vino a decir lo mismo con otras palabras.  tildó de «parcial» la solución que se daría con esa modificación del Código Penal y se mostró dispuesto a «estudiar» el plan. Según Aragonès, «si se plantean la modificación es porque reconocen que la sentencia es injusta y, en cualquier caso la mejor solución es una ley de amnistía», sentenció.

Gesto vacuo

El alto cargo republicano señaló que el «Gobierno pretende tener un gesto con los presos, que son los que están en peor situación, pero esto no es un gesto». Y detalla que, entre otros factores, «la tramitación dura de cuatro a seis meses, puede ser impugnada al Tribunal Constitucional y solo entraría en vigor tras la sentencia de este tribunal».

Y ahonda: «Al final, el tribunal que debería revisar la sentencia con la nueva legalidad es el mismo que ya los sentenció. Un tribunal que si hubiera aplicado la ley como era pertinente, ahora no estarían en la cárcel».

La conclusión que extrae este alto cargo es que «hay un problema político con el Supremo y con la Fiscalía, y con los poderes políticos que hay detrás. Usan el Código Penal contra el enemigo». Y finaliza: «No es necesario modificar la ley, basta con que se aplique con garantías».

Los otros afectados

 Vilalta, en la rueda de prensa de los lunes, también enfocó otros aspectos. Por ejemplo, que la medida solo daría respuesta parcial a los que ya están condenados y presos por sedición. «Pero, ¿qué pasa con los que pesa aun la acusación de rebelión o malversación?», se preguntó.

Junts per Catalunya no le dio muchas vueltas al asunto y la bandeó sin más. «Nos suena a que, casualmente, ahora que se empieza a hablar de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), es una zanahoría para que el independentismo los apruebe a cambio de nada», interpretó la vicepresidenta de Junts Elsa Artadi, informa Fidel Masreal.

Junts, por la amnistía

Para Artadi, lo primero que el Gobierno central debe poner sobre la mesa es una solución política para que los catalanes se puedan expresar «democrática y pacíficamente», y lamentó que no lo haya hecho Sánchez desde que gobierna. También recalcó que «si algo que hay que hacer con el delito de sedición es suprimirlo», y reiteró que la propuesta de Junts para los presos es la amnistía.

La vinculación del plan a una estrategia de negociación de los PGE no acaba, con todo, de encajar, según fuentes de ERC. Recuerdan que han hecho llegar al Gobierno que todo lo que tenga que ver con el conflicto político tiene como cauce la mesa de diálogo. Y que la negociación de unos presupuestos, es decir, de cuestiones pecuniarias, no debe verse mezclado con algo de mucho más calado. Una mesa de diálogo que, según advirtió Vilalta, quedaría seriamente perjudicada por la inhabilitación del presidente de la Generalitat.

Por otra parte, ajenos al pulso de los independentistas, los ‘comuns’ defendieron también ayer que «el desbloqueo» del conflicto político catalán está ahora más cerca que antes después de que el Parlament avalara reformar el delito de sedición, algo en lo que los comunes trabajan «desde la discreción» desde hace «mucho tiempo», según explicó Joan Mena.