EL COVID AVANZA IMPARABLE

El Gobierno ve confusas e ineficaces las medidas de Ayuso para confinar parte de Madrid

Madrid restringe la movilidad en 37 áreas sanitarias

Madrid restringe la movilidad en las 37 áreas sanitarias más afectadas. En la foto, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, este 18 de septiembre en la sede del Gobierno regional.  / periodico

Juan Ruiz Sierra / Juanma Romero

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La Moncloa sabía casi tan poco como el resto de los ciudadanos sobre las medidas que iba a anunciar Isabel Díaz Ayuso. Pese a los contactos de las últimas horas, de cara a la reunión que la presidenta madrileña mantendrá el próximo lunes con Pedro Sánchez, en el Ejecutivo desconocían qué restricciones aprobaría la comunidad. Cuando Ayuso terminó de hablar, explicando que 37 zonas sanitarias tendrían limitaciones de movilidad, que en esos lugares —básicamente, en barrios y municipios del sur, menos pudientes— quedarían cerrados los parques pero no los bares, las casas de apuestas y los bingos, y que en toda la autonomía las reuniones no podrían ser de más de seis personas, la conclusión entre distintos miembros del Ejecutivo fue la misma: las medidas son "confusas" e "ineficaces". "Caóticas".

Aun así, a solo dos días de la cita en la sede del Gobierno regional entre Sánchez y Ayuso, cuya relación hasta ahora ha sido pésima, y con Madrid acumulando el 30% de los contagios, la reacción oficial fue suave, conciliadora. "Madrid cuenta desde el inicio de la pandemia con el apoyo diario del Gobierno para controlar la transmisión del virus. La unidad y colaboración es y seguirá siendo total. El objetivo es uno: doblegar la curva" de contagios, señaló la Moncloa a través de un comunicado, en el que explicaba que la cita de pasado mañana "permitirá reforzar un espacio de cooperación".

En privado, sin embargo, el Gobierno saca conclusiones mucho menos diplomáticas. Una ministra apuntaba a lo que Ayuso no había anunciado durante su comparecencia en la sede autonómica de la Puerta del Sol: ni más medios para indagar en la expansión del virus, una de las principales carencias de la comunidad en su lucha contra la pandemia, ni refuerzos en el sistema de salud, que ya se encuentra en situación precaria. "Mientras no fortalezca el rastreo y la atención primaria, es muy difícil", alegaba. Esa fue, además, una de las exigencias de la desescalada, y lo que provocó que Madrid saltara de fase.

"Mientras no fortalezca el rastreo y la atención primaria, es muy difícil", destaca una ministra

En aquellas semanas, en mayo, Ayuso protestaba enérgicamente contra el Gobierno central —lo llevó de hecho a los tribunales— porque entendía que quería parar la locomotora económica de España. Este viernes, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, indicó que espera que septiembre finalice con 1.100 rastreadores contratados —ahora la región dispone de 800—, para en octubre llegar a 1.500. Pero esos deberes, recuerda el Ejecutivo y la oposición madrileña, tenían que haber estado hechos hace meses. Defensa ha enviado a la comunidad 150 efectivos para seguir la pista del virus, que son los que ha pedido la presidenta, aunque el ministerio pone a disposición de ella los que requiera. 

Las medidas anunciadas por Ayuso, en sí mismas, tampoco suscitaron el aplauso del Ejecutivo, que en todo caso quiere esperar a la evolución del virus y sobre todo a la reunión entre Sánchez y Ayuso del lunes para mover ficha. "Vamos a estar trabajando con Madrid todo el fin de semana", explicó otra ministra de peso del Gabinete de Sánchez. Esa aseveración, además de la discreción que impone la Moncloa, apunta a una colaboración entre los dos gobiernos para frenar el virus, que puede materializarse en acciones conjuntas. La propia presidenta declaró inaugurada una "etapa nueva" en sus relaciones con el líder socialista, pese a que ha buscado el choque con él en estos meses de lucha contra el covid. Ambos mandatarios han delegado las negociaciones en sus jefes de Gabinete: Iván Redondo, mano derecha de Sánchez, y Miguel Ángel Rodríguez, hombre de confianza de la baronesa del PP.

La movilidad

Sostienen en el Gobierno que, de momento, las iniciativas, que comenzará a aplicar Madrid a partir del lunes, tienen pocos visos de ser realmente eficaces, debido a las excepciones a la hora de limitar los desplazamientos, la confusión de los ciudadanos para saber si residen o no en una zona con restricciones, la falta de medios aportados y el "caos" en la comunicación.  

"Vamos a trabajar con Madrid todo el fin de semana", indican en el círculo de confianza de Sánchez

Ayuso retrasó su comparecencia en dos ocasiones, alegando que las medidas eran "complejas" de aplicar jurídicamente, después de varios días de mensajes contradictorios dentro del Ejecutivo autonómico. Y cuando por fin compareció en Sol, se la vio nerviosa, trasladando una "intranquilidad" palpable, como resaltaban algunos interlocutores del Gabinete de Sánchez. 

"Las limitaciones perimetrales no van a dar resultado. No impiden la movilidad de miles de personas para ir al trabajo", señalaba un miembro del Gobierno central, que también se mostraba crítico con el anuncio estrella de Ayuso, el millón de test rápidos, porque para ser eficaces "requieren asegurar alternativas habitacionales, como por ejemplo hoteles, para quienes no pueden aislarse con garantías de no contagiar a su familia". "Es todo una improvisación constante, ha demostrado que el cargo le viene grande", reprueba otro miembro del Consejo de Ministros. 

"Las excepciones aplicadas a la restricción de la movilidad, incluyendo la actividad laboral y la escolar, son tan amplias que dejan casi sin efecto la medida. La casuística será amplísima y muy difícil de supervisar y asegurar su cumplimiento", explicó otro integrante del Ejecutivo. Un tercero hacía hincapié en la entrada en vigor de las restricciones, el lunes, y en los lugares que se clausuran y los que no. "Caen en el error de cerrar los parques y dejar abiertas las casas de apuestas. Dejan el fin de semana de por medio. No han querido aprender nada. Es todo escandaloso", terciaba, resaltando lo "inocuo" de las medidas. Estas llegan "tarde y mal" y son "insuficientes": esa era la lectura generalizada en el partido y en el Ejecutivo. 

Los socialistas madrileños, por boca de su portavoz en la Asamblea, Ángel Gabilondo, resaltaba la "desigualdad" que está dejando más al descubierto la pandemia, y que han puesto de relieve los alcaldes del sur, que han lamentado haberse quedado al margen de la decisión del Ejecutivo autonómico. "Estamos obligados a medidas sanitarias y sociales, además de las restrictivas, como la contratación y formación inmediata de rastreadores, y reforzar los centros de salud". Gabilondo añadía que es clave garantizar "el cumplimiento" de las medidas, porque de lo contrario "no se avanzará". Y esa es la duda, porque con el abanico de excepciones resultará muy difícil controlar la movilidad. Este viernes, desde Mauritania, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, garantizó el apoyo de Policía y Guardia Civil para proteger "la salud y la seguridad" de los madrileños. 

Otra crítica que se podía escuchar este viernes en el Ejecutivo era el propio diseño del plan regional, al decretar el cierre parcial de 37 zonas básicas de salud. El Gobierno, durante la desescalada, era reacio a dividir el territorio en áreas sanitarias —más amplias que las zonas—, porque los ciudadanos no saben dónde acaban unas y empiezan otras. Ahora, creen que ese obstáculo se repite, por no hablar de que en Madrid la movilidad entre el centro y la periferia es constante. Y mientras, en comunidades limítrofes como Castilla-La Mancha se temen lo peor. Fuentes del Ejecutivo de Emiliano García-Page constataban con pesar que la presidenta no había "hecho nada", ya que es previsible la huida de madrileños hacia la región y porque no se impide el trasiego de 300.000 ciudadanos que, a diario, viajan de una autonomía a la otra. 

"Las excepciones son tan amplias que dejan casi sin efecto la medida", dicen en el Ejecutivo

De fondo, en la rueda de prensa en la Puerta del Sol quedó esta lapidaria frase de Ayuso: "Tenemos que evitar por todos los medios el confinamiento y el estado de alarma". Algunos miembros del Gobierno creen que la dirigente del PP está preparando el terreno para que Sánchez se vea forzado a hacer justo eso, declarar la alarma. Pero esa medida, de momento, sigue sin estar encima de la mesa de la Moncloa. Las dos próximas semanas serán cruciales. De ahí que en el Ejecutivo muchos dirigentes miren a lo que ocurra el lunes, en el encuentro en la Real Casa de Correos de Madrid. La Moncloa quiere aguantar, no tomar la iniciativa. "Pero", como advierte un dirigente de Ferraz, "la duda es si podremos resistir el tirón porque la situación en la región es muy preocupante". 

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