Junqueras y Rovira: "No bastará con superar el 50% de los votos"

En las 92 páginas del ensayo 'Tornarem a vèncer (I com ho farem)', de Oriol Junqueras y Marta Rovira, los autores, partiendo de que el plan preferido de los republicanos es el referéndum tras un acuerdo político ("es la opción más sensata y civilizada", apuntan en el libro), repasan las acciones de octubre del 2017, pero desde una perspectiva actual. Analizan qué se hizo bien y qué mal. Para detectar hasta ocho debilidades ("o se gana peso en el área metropolitana o no se podrá hacer un pulso al Estado", señalan, por ejemplo) y seis puntos fuertes, como la "identificación de la voluntad secesionista con la democracia".

Las lecciones que obtienen son varias. Verbigracia: "Cuanto más superemos el umbral del 50% de voto [en unas elecciones], más incontestable será nuestra legitimidad. ¿Bastará con superar el 50%? No, de ninguna manera(...) pero cuantos más seamos, más viable será desbordar el régimen borbónico".

Los autores dedican un capítulo, el último, a la unilateralidad. "Hay que mantener la mano tendida", señala el ensayo, "y, al mismo tiempo, hay que prepararse para desbordar democráticamente el régimen monárquico si se enroca en el inmovilismo". Con todo, y la referencia implícita a Carles Puigdemont es obvia, "no se puede invocar frívolamente la unilateralidad. Hablar de unilateralidad y de confrontación todo el día no obrará un milagro".

Los autores evitan invectivas al 'expresident'. Aseveran, en cambio, que "el rival a batir, en el área metropolitana, es el PSC". Eso sí, Junqueras y Rovira afirman que "a ERC le obsesiona quitar votos al unionismo, no al partido independentista de al lado". "La unilateralidad es viable(...) y muy ligada a ella está la desobediencia civil (...) No es un escenario descabellado: un día salimos a la calle y nos quedamos sine die, reviviendo escenas como las del 1-O o el 3 de octubre", sentencia la dupla republicana.

Finalmente, los autores aseveran, en el epílogo, que "no nos podemos instalar en la melancolía de lo que podría haber sido. No podemos estar toda la vida lamiéndonos las heridas. El 1-O fue extraordinario, no solo por lo que hicimos, si no por lo que aprendimos".

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