El convulso tablero político

Podemos acentúa la presión al PSOE para alejarlo de Ciudadanos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en el Congreso el pasado 9 de abril

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en el Congreso el pasado 9 de abril / periodico

Juanma Romero

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Podemos aprieta, pero el PSOE no se detiene. Ni quiere hacerlo. Por mucho que los morados presionen y muestren sin vacilación su incomodidad con la posibilidad, cada vez más cercana, de que Pedro Sánchez acabe negociando los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, la ley que puede garantizar la legislatura, con Ciudadanos. La Moncloa seguirá con su plan de acercamiento a la formación de Inés Arrimadas, y desoirá por tanto la protesta de los de Pablo Iglesias

Pero a su vez la queja de Podemos cada vez retumba más fuerte. Y el partido insiste en que no es una pose. No lo fue, subrayan desde la cúpula, su movimiento de este viernes. Una comparecencia posterior a la reunión de la dirección, presidida por el vicepresidente segundo, destinada a reforzar el mensaje de que no transigirá con unas cuentas que cuenten con el apoyo de Cs, porque lo que persigue son unos PGE refrendados por la mayoría que hizo posible la investidura de Sánchez. O sea, con ERC en la ecuación y no fuera de ella. Pero los socialistas advierten que no ven disponibles a los republicanos hasta que no pasen las elecciones catalanas —sean en otoño o bien a principios de 2021—, por su feroz competencia con JxCat. 

Isa Serra, portavoz de Podemos, fue la encargada de lanzar el recado a los socialistas. El proyecto de su partido, dijo, es “incompatible” con el de Cs, y “el PSOE sabe” que no puede contar con su socio de coalición si pacta los PGE con los naranjas. “Confiamos en que el PSOE cuide la mayoría que sustenta este Gobierno”, sostuvo Serra en rueda de prensa en compañía de su homólogo Rafa Mayoral

Podemos repite: es "incompatible" con Cs y "el PSOE sabe" que no apoyará unos PGE con el aval de Cs

Según rubricó Serra, la actual crisis del covid-19 se está afrontando de forma "antagónica" a la de 2008, y eso se debe, adujo, a la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno. Así que el partido manifiesta su "veto" a las políticas de "recortes" y "desigualdad" que encarna la derecha. El tono de advertencia subía varios peldaños, y ya las fechas son cruciales, a las puertas de la negociación de verdad de los PGE de 2021. 

Para la formación morada, Ciudadanos defiende las mismas políticas que el PP y eso se palpa en territorios como Madrid, donde los naranjas cogobiernan con los populares y avalan las medidas de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, que pivotan sobre unos servicios públicos "degradados", sin chistar. Por no hablar de que los liberales, añadió, gobiernan en varias comunidades, también en Madrid, gracias al sustento de Vox

Unos "Presupuestos sociales"

La conclusión, para Podemos, es sencilla: hay que salir de la crisis con "más derechos", pero en cambio unos Presupuestos apoyados por la derecha son sinónimo de unas cuentas "antisociales". Igual de contundente fue Mayoral: "Es un camino cerrado". El diputado subrayó que no se puede hablar de unos PGE de PSOE y Cs porque "sencillamente" la formación naranja no forma parte del Gobierno, y el proyecto de ley, recordó, lo confeccionarán los dos socios que comparten Gabinete, PSOE y Unidas Podemos. 

El mensaje oficial del partido fue refrendado por la ministra de Igualdad, Irene Montero: “Poner de acuerdo a la mayoría progresista que posibilitó la moción de censura y la investidura es el camino para construir unos Presupuestos sociales que se alejen de las recetas de austeridad que tanto gustan a PP y Cs”, mantuvo. 

Podemos, así, reiteraba la advertencia que hiciera ya en julio. Y en agosto. No quiere componendas con la formación de Inés Arrimadas. “No estamos dispuestos a meter a Cs a remover la paella. Si regalan sus votos, genial, pero no va a ser así. Van a pedir cosas a cambio que harán que la suma sea menor”, razonan fuentes del partido morado en conversación con EL PERIÓDICO. En Podemos censuran que Sánchez haya “decidido”, antes de explorar el entendimiento con ERC, “girar a la derecha en el primer Presupuesto de la coalición”. 

La dirección de Iglesias también ve como un gesto de acercamiento a la derecha la cita de Sánchez con empresarios del 31

“Que se vea con ellos, que busque su apoyo, que Esquerra diga no y entonces hablamos”, señalan. La dirección de Iglesias también percibe como una señal de alarma que el presidente arranque el curso político, el lunes próximo, con una conferencia con grandes empresarios (y miembros de la sociedad civil).

Para los morados, es otro gesto de acercamiento a la derecha, y de ahí que alcen su voz. Máxime cuando dos días después, el miércoles 2 de septiembre, comienza la ronda de contactos de Sánchez con líderes políticos, que se iniciará con Pablo Casado e, inmediatamente después, con Inés Arrimadas. Ella tiene pase preferente, porque ya será el jueves cuando el presidente reciba a Gabriel Rufián (ERC, con 13 diputados, tres más que Cs) y Aitor Esteban (PNV). Esta es una señal clara de cuáles son las intenciones de Sánchez.  

"Marcar perfil" y "celos"

No obstante, la posición expresada por Serra, Mayoral y Montero este viernes se distancia de la manifestada la víspera, en RNE, por otra ministra de UP, Yolanda Díaz. Ella aseguró que en la negociación presupuestaria "no se puede excluir a nadie", y "menos" ahora que hay una pandemia que combatir. Fuentes del partido morado indican que no hay discrepancias internas, y sí reparto de papeles: Díaz ponía voz al mensaje institucional, mientras que Serra y Mayoral proyectaban el sentir, más firme, de la formación. 

A primera hora del viernes ya había fijado posición Carmen Calvo desde Mérida. La vicepresidenta primera seguía los pasos de su jefe, y advertía de que para sacar los PGE habrá que hacer renuncias. Apuntaba que si parece que empresarios y sindicatos están dispuestos a "arrimar el hombro", los partidos han de entender que "el momento no es normal y las respuestas por tanto, no pueden ser normales". La estrategia del PSOE es diáfana: apelar a “todos” los partidos para que ayuden y alumbren unos Presupuestos “de país”. En ese “todos” está emboscado Cs, porque el Gobierno da por hecho que el PP no se avendrá a negociar unas nuevas cuentas. Sánchez, con todo, piensa en unos PGE transversales, e Iglesias nacidos de la misma mayoría de la investidura.

El martes ya lo dijo de manera nítida el líder socialista durante su comparecencia ante los medios [aquí en PDF]: "Queremos aprobar los PGE con el mayor apoyo parlamentario posible. Queremos y necesitamos unos Presupuestos de país, no unos Presupuestos de un Gobierno u otro. Los Presupuestos antiguos [los de 2018, del PP] eran ya inservibles antes de la crisis provocada por la pandemia. Ahora, tras la crisis, son peor que inútiles, son contraproducentes y nocivos. La negociación de unos nuevos Presupuestos medirá la responsabilidad y también el sentido de Estado de todas las fuerzas políticas y de cuáles anteponen los intereses generales a los partidistas". 

"No entiendo que se metan en esos callejones y luego las pasan canutas para salir de ahí", dice una ministra

La parte socialista del Ejecutivo descodifica el aviso de Podemos como un intento de “marcar perfil”, de “celos” y “búsqueda de espacio” propio. “Va a dar igual lo que digan. Que traigan los votos de ERC”. “Son impresentables. Tiene que haber Presupuestos sí o sí”, indica una ministra. “No entiendo que se metan en esos callejones y luego las pasan canutas para salir de ahí”, tercia otra. 

En las alturas del Ejecutivo y del PSOE, y también del PSC, se ha instalado la convicción total de que ERC no ayudará en estos PGE por su pugna con Carles Puigdemont. De ahí que insistan en que la aritmética manda, y solo podría haber cuentas del Estado si Cs las apoya, opción que se acaricia cada día más como posible, dado que además estos meses de pandemia han servido para fortalecer la relación con los de Arrimadas. Además, Sánchez quiere seguir manejando las dos barajas. Al mantener el diálogo con Cs, el precio del apoyo de ERC baja. Si, como pretende Podemos (Izquierda Unida no ha lanzado ese órdago), ERC debe ser el único interlocutor, entonces los republicanos tendrían derecho de veto. Camino que el PSOE no acepta y que ve muy arriesgado. 

Coalición a salvo

“La pregunta no es si quieres aprobar los PGE con Cs, es si quieres PGE o si quieres prorrogar los de Cristóbal Montoro [de 2018]. Podemos te dice que quiere unas cuentas nuevas. La segunda pregunta es con quién. ¿Alguien piensa que ERC va a dar esa baza a JxCat? Es imposible, y no podemos esperar a las catalanas”, señalan fuentes gubernamentales del máximo nivel. "¿Cuál es la alternativa de Podemos? Que se queden los de Montoro", agregan. Para los morados, sin embargo, los números que se hace el PSOE no son tan fáciles, pues el sí de Arrimadas restaría votos de las formaciones pequeñas, pero importantes, a la hora de cuadrar los apoyos. Es decir, su tesis es que Cs resta, no suma. 

"La pregunta no es si quieres aprobar los PGE con Cs, es si quieres PGE o si prefieres prorrogar los de Montoro", apunta el PSOE

En la Moncloa insisten en que los Presupuestos serán de reconstrucción, expansivos, con sello progresista porque los firmará el PSOE. Pero avisan: son "necesarios" para poder canalizar las ayudas europeas, imprescindibles. “Gobernar no es hacer lo que te dé la gana”, reflexiona un alto cargo, “es adaptarte a la realidad. Por eso no termino de ver la jugada de Podemos. Porque si hay PGE por Cs, se habrán comido su contradicción. Y si no hay cuentas, vamos a elecciones”, añade. Pero en el núcleo duro del Ejecutivo y en Ferraz insisten: la hoja de ruta es clara y la orden de Sánchez, sumar todos los apoyos posibles. "La prioridad es sacar los PGE —resume un miembro de la cúpula del PSOE del máximo rango— y los negociaremos con todo el mundo". Le pese a Podemos o no. 

El malestar del PSOE con los morados crece, y más en una semana marcada por la acusación de “falta de liderazgo” que estos arrojaron sobre la ministra de Educación, Isabel Celaá. Pero la coalición, pese a todo, indican desde el Gobierno, “no está en riesgo”. Los dos socios asumen que, pese a las tensiones, han de seguir conviviendo porque no hay alternativa. Ni, probablemente, la haya en mucho tiempo. El suyo es un matrimonio de conveniencia, y la pareja, apuntan, ha de soportar las discrepancias. Sin que se atisbe, por ahora, la ruptura.