Un funcionario de prisiones se encierra en Brians pidiendo una PCR

Un positivo en un interno obligó a realizar este jueves 194 test a los presos del Módulo 4, pero no se le hizo al vigilante, que ha tenido contacto con una compañera contagiada

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undefined46788203 grafcat3201 martorell barcelona 01 02 2019 el autob s 200807162622 / Alejandro García (EFE)

Juan José Fernández

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El funcionario de prisiones Ferran P. no ha vuelto aún a su casa desde que este jueves comenzara un turno de trabajo en el Centro Penitenciario Brians 1. Lleva más de 20 horas encerrado voluntariamente en la cárcel barcelonesa en espera de que le hagan una prueba PCR. Un nuevo positivo entre los presos del Módulo 4, que trajo un recien ingresado, obligó este jueves a la realización de PCRs a los internos, pero no se le hizo test al vigilante.

Confinado en una sala sin uso de la prisión, Ferran, de 46 años, con niños en casa y trato frecuente con familiares ancianos, ha preferido no volver a su domicilio hasta saber de forma efectiva si padece o no Covid 19.  Según el protocolo de las prisiones catalanas, las pruebas PCR intramuros se reservan solo para los presos. Los funcionarios, pese a su contacto con los internos, deberán acudir al centro de atención primaria de su lugar de residencia si tienen sospechas de contagio.

En la tarde de ayer, los mandos de la prisión de Sant Esteve Sesrovires ordenaron la realización de 194 PCRs a los internos, y con más urgencia, habida cuenta de que este viernes es día de comunicaciones de los presos. La razón: un interno había llegado contagiado al módulo 4.

Módulo confinado

A las 15:25, la directora de la prisión, Gemma Torres, informaba a sus profesionales por correo electrónico de que un error de comunicación de los servicios sanitarios les había hecho enterarse tarde de que se había producido "un nuevo resultado positivo Covid 19". El interno fue aislado en la enfermería y se confinó todo el módulo, aislando dentro de él a otros siete presos por contacto estrecho con el contagiado. 

Las conducciones de presos a diligencias judiciales y sanitarias quedaron suspendidas desde ese momento, y las comunicaciones previstas para los internos del área fueron cambiadas por videollamadas. El ambiente en el módulo era este jueves tranquilo, y lo sigue siendo hoy, según fuentes penitenciarias catalanas.

Virus en el 'coche patera'

El temor del vigilante penitenciario catalán tiene un fundamento añadido. Ha mantenido además contacto estrecho con una compañera de dos que han dado positivo en el centro. La funcionaria pudo contagiarse al viajar con otros trabajadores de Brians en un  'coche patera',  como llaman el argot profesional  a los vehículos compartidos por trabajadores para trasladarse al lugar de prestación de su servicio.

En este caso, se trataba de un vehículo en el que a diario viajan desde Lleida hasta Sant Esteve cinco vigilantes. Una del grupo, la que conducía, se encontró mal el lunes y avisó a sus compañeros: tenía covid-19. Otra de los ocupantes también ha dado positivo. Y con ella ha trabajado Ferran sin distancia en el departamento de mujeres de Brians. El jueves por la mañana entró para cumplir con un turno especial de 15 horas. Y no ha vuelto a salir.   

Para Ferran P. llueve sobre mojado: en abril ya pasó por un caso parecido. Había mantenido contacto con un compañero contagiado. Aún estaba alta la curva de la pandemia y baja la de los recusos sanitarios. Cumpliendo el protocolo, fue al centro de salud y allí, en vez de hacerle una PCR, directamente le ordenaron que se confinara en su casa 15 días. Y así lo hizo en un dormitorio, sin análisis y sin certeza alguna de tener o no tener la enfermedad.

Esta vez  no quiere que le pase lo mismo. Atendiendo al teléfono desde una salita sin uso del centro penitenciario, el funcionario no quiere hacer declaraciones ni molestar a sus jefes. Solo comenta: "Llevamos seis meses de pandemia, y la Administración aún no ha previsto este tipo de situaciones".

Kits en la cárcel

La reclamación del funcionario catalán encarna la de un colectivo, el de los trabajadores penitenciarios, que clamó contra su desatención en los momentos duros de la pandemia. En marzo pasado, el sindicato penitenciario ACAIP pidió a la Delegación del Gobierno en Catalunya que realizara a los funcionarios de prisiones los test PCR que no les hacía la Generalitat, dado que Ejecutivo central sí que se los hacía, por fin y tras muchas protestas, a los policías, guardias civiles y vigilantes penitenciarios a su servicio.

Una prueba de PCR de las que utiliza el Institut Catalá de Salut (ICS) cuesta de media 14 euros. La prisión de Brians 1 tiene, según fuentes del centro, kits de PCR del ICS a disposición. Pero la prueba no se le realiza al funcionario. Ni siquiera pese a que las unidades médicas de los centros penitenciarios en Catalunya tienen la consideración y el rango de centros de atención primaria.

Desde Acaip, su coordinador en Catalunya, Francesc López, considera "indignante a estas alturas" que un funcionario "tenga que quedarse en el centro como medida de presión para que le hagan una PCR".

Para el dirigente sindical, Brians 1 "es un centro muy complicado, con hombres, mujeres preventivos y penados. Gemma Torres está gestionando el centro y la pandemia de manera expecional". Sus acusaciones se dirigen a la Secretaría de Mesures Penals de la Generalitat, que gobierna las prisiones y que "sigue menospreciando a sus empleados".

Portavoces del Departament de Justícia, del que depende la Secretaría, explican que una docena de trabajadores del centro penitenciario han tenido contacto con afectados por covid- 19, y que técnicos de las prisiones catalanas "están trabajando con Salut" para que se les desigen designe un centro de atención primaria en el que a esos funcionarios se les haga el test PCR. La prueba se realizará, según prevé Justícia, "esta misma tarde o mañana por la mañana".