LOS PAPELES DEL LENDAKARI

Urkullu: entre gozos y sombras en su mediación en Catalunya

El presidente vasco moduló sus estados de ánimo a lo largo de los mensajes que envió en octubre del 2017

El lendakari, Íñigo Urkullu

El lendakari, Íñigo Urkullu / periodico

Xabi Barrena / Gemma Robles

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Tras cierto rostro hierático, quienes le conocen afirman que hay en Urkullu un lado muy afectuoso. Cuesta encontrar en sus mensajes construcciones verbales o gestos mundanos. Pero algunos hay; sobre todo cuando las cosas se torcieron definitivamente hacia la DUI en octubre de 2017 y, también, cuando intentó repartió dosis de cariño, sobre todo, a Marta Pascal y a Santi Vila, en los peores momentos.

Hay, a ratos, un leve tono de amante (político) despechado, al afear por ejemplo informalidad a Pedro Sánchez: «Estimado Pedro: Ya no me quiero referir a que desde el domingo no me hubieras escrito, reconociendo lo que te había dicho y siendo tú el que viniste a la Lehendakaritza y, posteriormente, me hubieras llamado. Estoy radicalmente en contra de la decisión del Gobierno español y que el PSOE ha apoyado [el 155]».

O la desazón por el final que ya adivina, y que anticipa al cardenal Arzobispo Juan José Omella, en busca de consuelo: «Acabo de hablar con el ‘president’. No hay nada que hacer. Lo he intentado todo con él. Se basa en que es un golpe [de Estado]; que se repite la historia del Decreto de Nueva Planta; que se vuelve a  1934 [Fets d’Octubre]; que el Gobierno quiere humillar y cuenta, además, con el apoyo del PSOE; que el PSC (por Meritxell Batet) forma parte del 155... Dice que es consciente de que traerá consecuencias muy graves para la economía española y que tras la DUI aguantarán todas las horas que hagan falta…»

Emocionado

Luego está el Urkullu contento, como en el intervalo en que parecía que Puigdemont convocaría elecciones. Así se lo transmitió a sus dos aliados en el PDECat. A las 12.29 horas el 26-O le mandó a Vila un «estoy emocionado por ti, por Marta, por Catalunya».

Más cálido se mostró, horas después, para confortar a Santi Vila tras su dimisión. Primero, Urkullu no sabía si el ya ‘exconseller’ conservaba el número de teléfono oficial. «¡Estimado Santi! (No sé si sigues manteniendo este número. Si no es el tuyo, no importa que alguien recoja este mensaje y lo utilice. Lo único que pido es que si quien, si no eres tú, recoja el mensaje me diga que no es tu numero)». Y luego ya, entra en materia. «En estas horas en las que soy muy consciente de todo, y tengo muy claro el criterio, también para con cada persona, te escribo para decirte: te agradezco y te reconozco. Tú eres honrado. Sea que yo siga como Lehendakari, como si no (siendo que quizás a mi me sea difícil aparecer por Catalunya), estaré encantado de, si tienes ocasión, si vienes a Euskadi y darte un abrazo físico que hoy te envío figurado pero sentido». 

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