Sánchez invita a Felipe VI a dar "pasos de ejemplaridad" con Juan Carlos I

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Gemma Robles / Juan Ruiz Sierra

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Felipe VI y su familia se preparan para unas inminentes vacaciones. En la recta final de los viajes que los reyes están haciendo por toda España tras el fin del estado de alarma ligado al Covid, en Palma se da por hecho que en unos días descansarán allí. Un verano más. No hay confirmación oficial aún, pero sí movimientos ligados a la seguridad en el Palacio de Marivent. En todo caso el panorama no está para mucha desconexión 'real': a la grave situación sanitaria que vuelve a atravesar el país con los rebrotes de coronavirus, se le suma la amenaza de agravamiento económico por medidas como las de Reino Unido, que impone cuarentena a quienes hayan visitado nuestro país. Un dardo envenenado para el turismo, el gran soporte del PIB.

Eso, en cuanto a las preocupaciones generales que a buen seguro irán también en la maleta estival del jefe del Estado. Después están las particulares pero con repercusión institucional y social: los tribunales no dejan de dar noticias, todas preocupantes, sobre las polémicas actividades (ya se verá si delictivas) de su padre, el emérito Juan Carlos I. La última este lunes, jornada en la que se supo que la Audiencia Nacional reabrirá la denominada 'pieza Carol', una más de las docenas que rodean al excomisario José Manuel Villarejo, y en la que se imputará entre otros a la expareja del anterior monarca, Corinna Larsen, que será llamada a declarar en septiembre.

Las pesquisas retomadas por el juez Manuel García-Castellón no afectan, a priori, a Juan Carlos, que solo puede ser investigado en el Supremo por su condición de aforado. Y precisamente en el Alto Tribunal será donde se decida, en semanas y por parte de la fiscalía, si es posible emprender algún tipo de investigación sobre su figura o si los indicios delictivos que parece existen se guardan en un cajón por haberse producido en fechas en que era jefe del Estado y, por tanto, inviolable. Pero los datos que se conozcan en la Audiencia –donde se ahondará en hipotéticas comisiones por el Ave a la Meca- podrán influir en su imagen pública, muy deteriorada ya en los últimos tiempos. Y sin duda aumentan todavía más la presión sobre Felipe VI, al que desde el propio Gobierno se le reclaman gestos contundentes para marcar más distancia de las actividades privadas de su progenitor.

La "estabilidad"

"El Gobierno va a defender siempre la estabilidad institucional. Eso significa tener instituciones robustas, y para esto necesitamos transparencia y ejemplaridad. Todo lo que haga en ese sentido la Casa Real, el Gobierno lo aplaudirá y será bien recibido por la ciudadanía", dijo este lunes Pedro Sánchez en Tele 5, mostrando a las claras que considera que Felipe VI debe tomar medidas más drásticas respecto a su padre.

El jefe del Ejecutivo ha ido ganando en contundencia sobre este asunto. A principios de julio, señaló que las noticias sobre los negocios opacos de Juan Carlos I eran "inquietantes y perturbadoras". Sánchez también alabó que la Casa Real esté "marcando distancias" con el exrey, porque el Gobierno, al menos en la parte socialista, intenta hacer un cortafuegos a Felipe VI, para que la Monarquía no se vea arrastrada por las continuas informaciones.

Pero en la Moncloa creen que el Rey debe tomar la iniciativa. De ahí las palabras de Sánchez. "Si queremos garantizar la estabilidad de las instituciones, hay que dar pasos a favor de la ejemplaridad y la transparencia", insistió en la entrevista. Dos son las medidas que se han estudiado en la Moncloa, y no son excluyentes: la retirada del título de rey emérito a Juan Carlos y su salida del Palacio de la Zarzuela, forzando su traslado a otra residencia en España o incluso al extranjero.

Discrepancias internas

Los socialistas tienen su propio foco de tensión con este asunto en el seno del Gobierno de coalición: a Podemos, partido republicano, le sabe a poco la solicitud de un movimiento jurídico o un cambio de residencia. Los morados son conscientes de que su pacto con el PSOE les obliga a rebajar el tono del discurso antimonárquico, pero les cuesta, especialmente tras haber tenido un sonoro fracaso electoral en las elecciones gallegas y vascas.

El partido de Pablo Iglesias apoya, aun sabiendo que no tiene posibilidades debido al rechazo de socialistas y populares, una comisión de investigación parlamentaria sobre el Ave a la Meca. Y no comparte la frontera entre Juan Carlos I  y Felipe VI trazada por el PSOE. Este fin de semana, en una entrevista con EL PERÓDICO, Jéssica Albiach,  líder de En Comú Podem, afirmó que, conociendo las limitaciones de su acuerdo, los morados deberían empujar al PSOE hacia una consulta sobre la monarquía. El Rey emprenderá en breve vacaciones, sí, pero con presión.

Ante todas estas voces, Sánchez dejó claro que Podemos es otro "partido" y marcó su propio terreno. "Nosotros defendemos la Monarquía parlamentaria. No voy a socavar la confianza en las instituciones ni el pacto constitucional", concluyó el presidente.