Torra da largas a la mesa de diálogo con Sánchez

El 'president' de la Generalitat, Quim Torra, no tiene prisa en reunir la mesa de diálogo con el Gobierno sobre el conflicto catalán. Según fuentes de su entorno, Torra está centrado en la gestión de la crisis sanitaria y social por la covid-19. Los socios del Govern, ERC, promotores de la mesa de negociación, cuando la investidura de Pedro Sánchez, acusan al ‘president’ de dilatar la celebración de la segunda reunión con el fin de congelarla, quien sabe si para siempre.

"Si se mantiene así", apunta una voz del partido republicano, "vemos muy difícil que la mesa se pueda celebrar en julio", lo que en la práctica significaría que o bien se habilita el mes de agosto o bien, si las elecciones catalanas se celebran finalmente a finales de septiembre o principios de octubre, que no haya un nuevo cónclave entre gobiernos hasta pasados los comicios catalanes. Que es lo que, sospecha ERC, que desea Torra, y Carles Puigdemont, quienes, a decir de los republicanos "siempre han arrastrado los pies en este asunto, porque no quería dar legitimidad a lo que fue un éxito negociador".

Además, la otra parte negociadora, el Gobierno central, segúna afirman fuentes de la Moncloa se muestran dispuestas a poner fecha a un nuevo encuentro, informa Juan Ruiz Sierra. "El PSOE no pone ninguna pega, está esperando a Torra. Aunque si no se celebra la reunión tampoco se tirará de los pelos", pondera esta voz de ERC, que reconoce que, con el espionaje a Roger Torrent y Ernest Maragall, tanmpoco las relaciones entre ambas fuerzas se hallan en su punto más álgido. A todo esto, el 'president' no mueve ficha, alegando que lo importante no es la fecha sino el contenido del encuentro.

Sin cumbre previa

De hecho, Torra anunció una reunión previa con partidos y entidades independentistas, que todavía no se ha convocado pese a haberse dado por hecha hace ya más de dos semanas. Tampoco las entidades y partidos independentistas, en especial la ANC y la CUP, están entusiasmados con esta cita previa. De hecho, los anticapitalistas ya avisaron en la última -y única- reunión de que no veían la utilidad de este espacio y, al igual que la ANC, siguen muy escepticos con el deshielo entre administraciones.

"Que nos aclaren primero qué negociación hay detrás de esta mesa porque ya vemos que no se está negociando una resolución del conflicto político", advierten fuentes de la CUP, y subrayan que tienen "cero esperanzas" en que en este espacio se aborde la autodeterminación y la amnistía de los presos como pide el independentismo. "Esta mesa forma parte de la campaña electoral de ERC", critican.

Por su parte, la ANC aún está encajando los roles de la nueva dirección y no se ha puesta manos a la obra con la estrategia. La presidenta de la Assemblea, Elisenda Paluzie, sentenció en una entrevista en EL PERIÓDICO que le ve un recorrido "nulo" a la mesa de diálogo y fuentes de la entidad apuntan que si Torra les llamara convocarían una reunión de urgencia del comité permanente porque no hay ningún encuentro del secretariado nacional previsto hasta el 29 de agosto. Òmnium, por su parte, mantiene que el deshielo entre gobiernos debe servir para poner fin a la represión, para conseguir la amnistía de los presos y para ejercer la autodeterminación en Catalunya.

Listón muy alto

El 'president' ha dado muestras en los últimos meses de falta de entusiasmo respecto a la reunión con Sánchez. De entrada, afirmó que dada la gestión del Gobierno en relación a la pandemia, en especial por la centralización de competencias, no se daba el clima necesario para convocar una nueva cita. Posteriormente, en el Parlament, puso el listón tan alto que motivó incluso la sonrisa irónica de ERC. Torra exigió que en el orden del día de la posible reunión se incluya poner fecha y condiciones al referéndum de autodeterminación de Catalunya.

Y en la actualidad, tras los rebrotes del Segrià y L'Hospitalet, entre otros, el entorno del 'president' no parece interesado en tomar la iniciativa y poner fecha a una reunión con representantes del Gobierno central. Todo ello, además, en el contexto preelectoral que hace que Junts per Catalunya, a la que apoya Torra, mantenga un discurso contundente contra las instituciones del Estado y llame a mantener la confrontación.

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