SEÑALAMIENTO

Torra esconde sus cartas pese al cerco de la justicia

Quim Torra, en la reunión telemática con Pedro Sánchez y el resto de presidentes autonómicos del 7 de junio

Quim Torra, en la reunión telemática con Pedro Sánchez y el resto de presidentes autonómicos del 7 de junio / periodico

Ángeles Vázquez / Xabi Barrena / Fidel Masreal

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La Sala Segunda del Tribunal Supremo ya ha puesto fecha para revisar la condena de la que en cierto modo depende el calendario electoral catalán. El 17 de septiembre celebrará una vista en la que estudiará el recurso del presidente de la Generalitat, Quim Torra, contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que le condenó a año y medio de inhabilitación por desobediencia. La foscalía considera que no debería admitirse a trámite la impugnación del ‘president’. Mientras, Torra ha decidido responder con mutismo al calendario electoral que puede abrirse. Su entorno se limita a afirmar que su prioridad es la pandemia. JxCat debate varias opciones en un espacio interno por ordenar y ERCse queja de la falta de acuerdo para resolver el mapa electoral.

Una semana

Y es que el calendario empieza a concretarse. Fuentes del Supremo han señalado a EL PERIÓDICO que debido a la escasa dificultad del caso, el tribunal de cinco magistrados que revisará la condena podría tenerla lista en una semana o incluso antes tras la celebración de la vista, en la que el abogado de Torra, Gonzalo Boye, explicará sus argumentos contra la condena, pese a que él mismo admitió ante el tribunal que desoyó el requerimiento del árbitro electoral para que retirase la pancarta en favor de los presos independentistas en la Generalitat.La Sala Segunda todavía tiene que pronunciarse sobre el cambio del magistrado que redacte la sentencia del alto tribunal, por lo que no se conocen qué cinco magistrados formarán el tribunal. Por ello, la defensa de Torra alega que es pronto para pone fechas a la sentencia. 

En cualquier caso, en JxCat hay varias opiniones sobre la respuesta política a una posible inhabilitación. La más comentada es que Torra convoque elecciones justo antes de que el Supremo lo haga indirectamente por él. Eso obliga a JxCat a resolver el encaje con la posconvergencia del PDECat -que a su vez tiene fugas de agua y constata la creación de un partido moderado, el PNC, con exdirigentes de Convergència- y elegir candidato o candidata.

¿Otra investidura?

En cambio, algunos en JxCat opinan que no se debe entregar la legislatura catalana a la justicia española y por tanto optan por buscar otro candidato en una nueva investidura. Tarea difícil, admiten, porque debe ser un diputado y porque hade lograr los votos de ERC y como mínimo la abstención de la CUP. No es fáci dar con un perfil adecuado a estas necesidades.

Si Torra convoca elecciones en septiembre, el espacio posconvergente ha de resolver en breve -como reclamó el PDECat este lunes- su confusión de liderazgos, intereses y espacios ideológicos. El conflicto sigue donde estaba: el ‘expresident’ Puigdemont trata de imponer el discurso unilateralista y borrar del mapa las siglas PDECat (y todo lo que remita a la antigua Convergència), y el PDECat se niega a desaparecer y se reivindica. La negociación entre David Bonvehí y Jordi Sànchez se retomará en un ambiente «frío», admiten en el PDECat, que pone sobre la mesa el eje ideológico dadas las preocupaciones sociales por la pandemia  (un programa de centro) y no solo el independentismo. El entorno de Puigdemont en marzo rechazaba incluso una coalición. Por ello la posconvergencia no descarta la ruputura.

ERC denuncia la indefinición

Mientras, ERC, muy en la línea iniciada el pasado martes por el líder ‘extramuros’ del partido, Pere Aragonès, reaccionó ayer a las noticias del Supremo alinéandose con Torra. La secretaria general adjunta, Marta Vilalta, denunció que «la represión del Estado sigue adelante» y expresó todo su «apoyo» al president’”: «Siempre nos tendrá a su lado para plantar cara a la represión», sentenció.

Sin embargo, la también portavoz republicana apuntó que era «el momento de volver a sentarnos todas las fuerzas independentistas para ponernos de acuerdo, para evitar que puedan volver a dividirnos, que es lo que quiere el Estado español con su estrategia represiva». ERC insiste en calendarizar el proceso hacia las próximas elecciones, que puede pasar por otra investidura, seguramente fallida.

El objetivo de los republicanos es evidenciar que si Torra no quiere activar un proceso electoral mínimamente acordado para evitar que sea el juez Marchena el que convoque los comicios es «simplemente porque piensa en clave de partido. Y no tienen candidato. ¿Jordi Puigneró? ¿Damià Calvet?¿ Primarias? ¿Una investidura con Marta Madrenas?. Su indefinición nos arrastra a todos”, sentencia una fuente del partido republicano